Lo Real Maravilloso

La figura histórica de Lucrecia Borgia está teñida de prejuicios y tintes novelescos, mientras que los testimonios documentales fiables son insuficientes. Poco se conoce sobre Lucrecia y esto hace difícil tener certeza sobre la veracidad de las historias que le atribuyen una participación activa en los crímenes perpetrados por su padre y hermano.

Existe certeza, que el padre y el hermano de Lucrecia Borgia, concertaron para ella, una serie de casamientos con hombres importantes o poderosos de la época, siempre con las ambiciones políticas de la familia en mente. Lucrecia se desposó con Giovanni Sforza (señor de Pésaro), Alfonso de Aragón príncipe de Salerno, y con Alfonso d’Este, príncipe de Ferrara. Uno de sus amantes, Troggia Gazela, pudo ser asesinado por César Borgia cuando su valor político comenzó a eclipsar.

 “Retrato de una mujer” es considerada un discutible retrato de Lucrecia Borgia, basados en una descripción de la época: los rasgos, el cuello delicado y carnoso, el óvalo completo de su cara, pronto agravada, la barbilla apenas esquiva, los ojos azules mezclado con gris, el rubio del cabello que en los mechones colgantes cerca de los templos se vuelve brillante, coinciden con las descripciones de sus contemporáneos. La suya es esa mirada larga, atenta a las comparaciones secretas, que toca las cosas y las rechaza.

En 1493, su padre Rodrigo, quien ya había sido elegido papa, casó a Lucrecia con Giovanni Sforza con el fin de obtener una poderosa alianza con esta familia milanesa. La boda fue todo un escándalo, pero no mucho más que otras extravagantes celebraciones del Renacimiento. Al poco tiempo, la familia Borgia no tenía necesidad alguna de los Sforza, y la presencia de Giovanni en la corte papal era innecesaria. El papa necesitaba otras alianzas mucho más ventajosas, motivo por el que ordenó su asesinato. El hermano de Lucrecia, César, le informó de esto a su hermana y ella advirtió a su marido, quien huyó de Roma.

Mientras se llevaba a cabo la separación de Giovanni Sforza, Lucrecia estuvo recluida en un monasterio y su única relación con el exterior era mediante mensajes que le enviaba su padre por medio de un tal Perotto. Justo antes de la boda con su siguiente marido, Alfonso de Aragón, a los 17 años de edad, dio a luz a un niño al que nombraron Giovanni. La creencia más difundida es que el niño, hijo de Lucrecia, era el fruto de su incestuosa relación con César, y que Perotto, dada la debilidad que sentía por ella, dijo que el niño era suyo.

Con posterioridad, la alianza estratégica entre los Borgia y Alfonso de Aragón príncipe de Salerno, fue sellada con el matrimonia de Lucrecia, mientras la unión resultó beneficiosa para sus intereses.

Con el tiempo dicha alianza se volvió políticamente adversa, entre otros motivos por las intrigas maquiavélicas de los Borgia. César mandó a eliminar una vez más al esposo de su hermana, Alfonso, quien fue atacado una noche de julio de 1500 quedando herido. En venganza los hombres de Alfonso dispararon a César con sus arcos cuando caminaba por el jardín. César jura venganza. Lucrecia al corriente de estos acontecimientos, no se separaba día y noche del lecho de Alfonso hasta que, engañada por su hermano, salió de la habitación, oportunidad que aprovecho uno de los hombres de confianza de César para darle muerte.

Al año de la muerte de Alfonso, la fama de Lucrecia Borgia, no podía ser peor, no obstante, su ambiciosa familia la logra casar, en terceras oficiales nupcias, con un vástago de la familia D’Este, duques de Ferrara, de nombre Alfonso, por trágica segunda coincidencia.

Lucrecia parte para Ferrara, donde en 1505, tras la muerte de Ercole (Hércules) d’Este, padre de Alfonso, pasa a ser duquesa de Ferrara. Durante su estancia en la ciudad se descubre como amante de las artes y tiene una relación platónica con el poeta Il Bembo.

En 1519, tras el parto de su octavo hijo, Lucrecia Borgia murió de fiebre puerperal a los 39 años.

Se preguntarán ahora, el por qué de la presencia de la fatídica Lucrecia Borgia, en un artículo sobre la moda de los vestidos de novia. La explicación resulta sencilla, la historia recoge que ella solía casar vestida de negro, y su trágico legado, alcanza la contemporaneidad de nuestros días.

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Gemma Andreu, directora de marketing y comunicación de Pronovias, indicó en una entrevista a Efe que el interés por los vestidos de novia negros ha aumentado en las redes, pero a la hora de la verdad, no son tantas las mujeres casaderas que se atreven a dar el paso.

«Es algo anecdótico, en nuestras redes sociales publicamos contenido (de vestidos de novias negros) y la gente comenta: ‘¡Qué bonito! ¡Me encanta!’, pero una cosa es lo que la gente dice y otra, lo que en realidad terminan haciendo y en cuestión de ventas no hemos visto el auge de los vestidos de novia de color negro».

«Empezamos a pensar en algunos diseños nuevos que se adaptan más al negro», señala Coleman y explica que algunas novias optan por un vestido más tradicional en la ceremonia y luego, para el festejo, se cambian a otro de otro color, entre los que cabe el negro o el rosa claro.

Famosas en redes y medios, vestidas de negro en sus bodas.

Avril Lavigne (Napanee, Ontario, 27 de septiembre de 1984) es una cantautora, diseñadora de moda y actriz canadiense, conocida en el mundo del espectáculo como la princesa del pop punk.

En julio de 2012, Avril empezó su relación con Chad Kroeger, cantante y guitarrista de la banda de rock alternativo canadiense Nickelback. La relación floreció cuando se unieron para escribir una canción para el quinto álbum de Lavigne y el 1 de julio de 2013, contrajeron matrimonio en el castillo de Cannes (Francia).

La información de la boda se mantuvo en secreto hasta último momento, y solo asistieron sus familiares más cercanos y amigos íntimos. Durante la ceremonia de boda se prohibieron los teléfonos móviles y cámaras, para así evitar la presencia de paparazzi e invitados indiscretos.

La ceremonia fue cubierta en exclusiva por la edición canadiense de la revista ¡HOLA!

El intercambio de anillos, en un escenario de ensueño en donde centenares de velas dieron a la capilla el toque de intimidad deseado, fue el punto culminante de una celebración que duró tres días y tuvo como testigos a 110 invitados, entre familiares y amigos más cercanos.

Avril Lavigne, desafiando convenciones vistió todo el tiempo de negro y portó en sus manos y cabello, hermosas flores de igual color.

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Christine Quinn, estrella de «Selling Sunset», se casó con el empresario Christian Richard en una ceremonia secreta que se celebró el 15 de diciembre de 2019. Fue en fecha reciente, cuando la famosa reveló las fotografías de su extravagante fiesta, la cual incluyó miles de arreglos florales, esculturas y un carruaje.

La novia de 31 años y el novio de 41 se festejaron su amor en una catedral de Los Ángeles frente a 75 invitados. El evento fue organizado por Lisa Lafferty, quien tuvo la tarea de convertir en realidad la fantasía de Christine de un invierno gótico.

La novia trabajó de la mano de la diseñadora Galia Lahav para crear dos hermosos vestidos negros, uno para la ceremonia y otro para la fiesta. Christine llegó a la iglesia en un carruaje tirado por un caballo negro y caminó hacia el altar de la mano de su padre, mientras un cuarteto de cuerdas tocaba ‘Sweet but Psycho’.

El precio de cada uno de los vestidos negros lucido por la novia el día de la ceremonia, fue calculado en 50,000 dólares, y el costoso escenario de invierno gótico nevado, que inundó con sus blancos copos el recito nupcial haciendo contrastar el negro de los vestidos, fue valorado en la modesta cifra de 1,000,000 dólares. Discreta cantidad, que representan el gusto de los famosos por sus singulares preferencias.

Al termino de escribir estas lías, ambas novias vestidas de negro, han roto sus matrimonios. A desemejanza de Lucrecia Borgia, sus respectivos excónyuges gozan de perfecta salud y hasta la fecha no existen sospechas forenses de envenenamiento. No obstante, Lo Real Maravilloso seguirá atento a las noticias.

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