La Edad de Oro neerlandesa.

Pintura de género, es un tipo de obra artística, principalmente pictórica, en la que se representan escenas cotidianas de la vida tanto en interiores como en exteriores. Tradicionalmente se consideró como un “género menor”, en oposición al “gran género”, que era la pintura de historia.

La representación artística de temas cotidianos se consideró una actividad artística inferior en el Renacimiento y el Barroco, cuando se asumía que el arte tenía un contenido intelectual y creativo que debía volcarse en temas cultos y en ensalzar a personajes de categoría, de las clases altas, o ejemplos nobles del pasado histórico, religioso o mitológico. Por ello la pintura de historia se consideraba el “género superior”, mientras la representación de campesinos y demás población modesta, sin un pretexto argumental o moraleja, era impropio de los grandes maestros.

A partir del siglo XVII comenzó a valorarse más la representación de aquello que el arte clásico consideraba «comedia»: lo cotidiano, las historias menores de gente común.

Aunque en el sur de Europa se realizó pintura de género a partir de Caravaggio, lo cierto es que, este nuevo estilo se cultivó y apreció principalmente en los países nórdicos. Los grandes comitentes del barroco (monarquía y clero católico) cedieron su espacio al finalizar la Guerra de los Ochenta Años y la Reforma, a la burguesía naciente y la iglesia protestante, que prohibió las sofisticadas imágenes de culto en el interior de las iglesias.

Surge así, un nuevo estilo en arte, interesado en obras de pequeño formato, que tuvo gran fortuna y difusión entre la burguesía, la clase media y los comerciantes, debido a su tema familiar y frecuentemente sentimental. Eran cuadros que no exigían un esfuerzo especial a la hora de valorarlos, pues no había mensajes crípticos que desentrañar a través de símbolos, como ocurría con frecuencia en la pintura de historia. No es casualidad, que los primeros grandes pintores de escenas de género surgieran en los Países Bajos, respondiendo a las demandas mercantiles de la nueva y pujante burguesía.

Banquete de los arcabuceros de San Jorge de Haarlem. Frans Hals, 1616.
 

La escena de género es un tipo de obra artística, principalmente pictórica, en la que se representa a personas normales en escenas cotidianas, de la calle o de la vida privada, contemporáneas al autor. Lo que distingue a la escena de género es la representación de la vida diaria, como los mercados, interiores, fiestas, tabernas y calles. En todas estas expresiones se usa el término «género» en una traducción un tanto forzada del inglés «genre». En español se ha utilizado con mayor acierto el término “pintura costumbrista” o “cuadro de costumbres”.

Mujer leyendo una carta. Johannes Vermeer, 1662-1663.
La lechera. Johannes Vermeer, 1660.

El éxito de la pintura de género en Holanda durante la Edad de Oro, se debe a la aceptación de obras consideradas menores con anterioridad, como el retrato, los bodegones o el paisaje. Esto se explica, en gran medida, por la reforma protestante y su componente iconoclasta de rechazo a la representación de escenas bíblicas, y de la veneración a los santos, razón por la cual la pintura religiosa desapareció del país en la práctica.

Los Países Bajos dejaron de ser dominados por la nobleza y las instituciones eclesiásticas, y pasaron a ser dominados por las clases mercantiles: grandes comerciantes, burgueses acomodados y artesanos ricos. Fueron ellos los que impusieron sus preferencias, y financiaron obras realistas, que pudieran entender con facilidad, y cuyo tamaño, generalmente pequeño, fuese adecuado para la exposición en un hogar de clase media. Este tipo de cuadros interesó con anterioridad a la nobleza solo como mera curiosidad en sus palacios. La realidad cambió para siempre, con el esplendor de la Edad de Oro neerlandesa, sus artes y nuevos estilos llegaron y se mantienen en nuestros días.

Autorretrato con boina y cadena de oro. Rembrandt, 1631.

Dentro de los géneros pictóricos más cultivados durante el Siglo de Oro, se encuentran: la pintura de género; el retrato, incluidos los retratos de grupo a gran formato y los “tronie”; el bodegón, también conocido como naturaleza muerta, y la pintura de paisajes, vistos desde el nivel del suelo, con horizontes muy bajos que permiten enfatizar las formaciones de nubes, a menudo imponentes, típicas del clima de la región, que proyectan luz sobre la escena de forma muy particular.

Fueron los principales exponentes de esta etapa de la historia del arte: Frans Hals, Johannes Vermeer van Delft y Rembrandt van Rijn, entre otros muchos grandes artistas.

Sobre todos estos grandes maestros de la pintura de la Edad de Oro neerlandesas iremos en próximas publicaciones.

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#Historia

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9 respuestas a “La Edad de Oro neerlandesa.

  1. Thank you for this interesting text, dear Volfredo.

    I like genre painting in general because I am curious to see how different people live in different countries. Genre painting often conveys a particular atmosphere and tells us a lot about special customs and traditions, without using words, only pictures.

    Also I like to see how the common people live or have lived, not only those high up, the aristocrats. Therefore I like Vermeer, his girls and women working at home, in calm, quiet, serenity, almost in meditation, I would say. It is interesting to see their homes, how they dress, what kind of tools they use, how they live their everyday lives.

    Of those three Dutch painters you are presenting here, I certainly like Vermeer best. I am not so fond of Rembrandt and Hals

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    1. Once we agree Olivia, for me Vermeer is the best Dutch painter. He makes a discreet judgment of light and dark without the black and gray tones predominating. The excess of shadows by Has and Rembrandt sometimes remind us of mourning and their paintings, far from recreating, sadden the observer.
      After studying the Baroque from Caravaggio to Velázquez, I came to the conclusion that the light and the exterior painting of the Impressionists are my favorite works.
      Happy weekend and an affectionate greeting full of good wishes.

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  2. For me too, I like the impressionists best. Their novelty is amazing. Often their hazy brush strokes are so artful. They create shimmering, fleeting moods. It i a supreme art, to be able to do that.
    I do not particularly like baroque, but Vermeer is certainly an exception. Have a good Sunday, dear Volfredo.

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    1. Dear Olivia, once again we agree in our opinions and that satisfies me very much. After studying the baroque, its dark, immobile and gloomy paintings of interiors where the light is always scarce and enters through a window, I came to the conclusion that I don’t like baroque paintings and personally I prefer other styles. The exception, of course, is Vermeer, serene and enlightened in his paintings.
      Personally, I prefer the impressionist painters with their exterior illuminated oil paintings and their moving characters.
      I take this opportunity to wish you a happy Sunday and send you a warm and tropical greeting.

      Le gusta a 1 persona

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