Lo Real Maravilloso

Ya finalizada las publicaciones, sobre la trilogía de “Los tesoros avileños”, tan solo me queda por redactarles una respuesta pública a los numerosos comentarios que desde geografías diferentes y utilizando cuanto medio de comunicación existe, han llegado hasta mí. Este hecho me hace feliz, porque son muchos los que ya siguen nuestras publicaciones y agradezco a todos.

Como su nombre indica, nuestro blog es mitad realidad y mitad magia, en un binomio perfecto donde el todo; resulta en un hecho agradablemente creíble.

En Ciego de Ávila, el número de leyendas sobre tesoros ocultos, y enterramientos de valores, supera los hallazgos reales y bien documentados. Aunque para hacer honor a la realidad, muchos afortunados han dado, las más de las veces por azar que de forma intencionada, con monedas y otros objetos de valor que sus dueños ocultaron y luego partieron de este mundo sin decir a nadie donde encontrarlos.

Si bien es cierto que en las lanzaderas y otros componentes de las antiguas máquinas Singer se utilizaron aleaciones de metales pesados de alta cotización en la actualidad, su concentración ínfima no alcanza interés comercial.

Hay un hecho cierto y así me lo han testificado en decenas de comentarios públicos y comunicaciones privadas. En las casas de las familias avileñas de antaño, las máquinas de coser permanecen donde las dejaron nuestras abuelas al partir, porque constituyen una forma tangible de venerar sus memorias, tenerlas presentes y hasta escuchar el sonido de su pedaleo afanado. En ese sentido, las antiguas máquinas de coser Singer, constituyen verdaderos tesoros patrimoniales, que enaltecen a los ancestros de las familias avileñas de larga estirpe.

La preservación esmerada de cientos de máquinas antiguas de coser, es un hecho inédito que hace peculiar a nuestro terruño, porque algunas culturas no gustan de guardar antigüedades, por considerarlas simples objetos anacrónicos e inservibles y otras son de formación tan reciente, que carecen de historias que contar.