En ufología u ovnilogía, un encuentro cercano es un evento en el cual una persona es testigo de la presencia de un objeto volador no identificado (OVNI) y, en ocasiones, de sus hipotéticos ocupantes. Esta terminología y el sistema de clasificación que subyace en ella fueron inventados por el astrónomo y ufólogo estadounidense Josef Allen Hynek (1910-86), y apareció por primera vez en un libro escrito por él en 1972.
“Encuentros cercanos del tercer tipo” es una película de ciencia ficción de 1977 con guion y dirección de Steven Spielberg. El argumento de la película se centra en la idea de un contacto extraterrestre. A través de varios eventos misteriosos, un hombre llamado Roy Neary (interpretado por Richard Dreyfuss) se ve involucrado en un encuentro cercano con una nave extraterrestre, después de que su vida se cruza con otros personajes que también han tenido experiencias inexplicables relacionadas con avistamientos de objetos voladores no identificados (OVNIs). La historia se desarrolla en paralelo con una investigación gubernamental sobre estos fenómenos, lo que culmina en un impresionante y trascendental contacto directo con una civilización alienígena en un sitio remoto, donde se produce un intercambio de señales con los extraterrestres.
La película se estrenó en un momento en que el fenómeno OVNI estaba ganando notoriedad en la cultura popular, en parte debido a eventos como el caso de Roswell en 1947 y el informe de avistamientos masivos en los años 60 y 70. “Encuentros Cercanos” contribuyó a la popularización del tema y fomentó una mayor curiosidad y especulación sobre la posibilidad de vida extraterrestre.
A diferencia de otras representaciones cinematográficas previas, que a menudo mostraban a los extraterrestres como hostiles (por ejemplo, en “La guerra de los mundos”), Spielberg presentó una visión más optimista y filosófica. Los extraterrestres en esta película no son invasores, sino seres que buscan un contacto pacífico y mutuo, lo que provocó un cambio en la manera en que el público comenzó a imaginar a los extraterrestres en la cultura popular.
La película fue innovadora en el uso de efectos especiales para la época, creando una atmósfera que, para muchos, resultó muy realista y emocionante. El uso de luces y sonidos como medio de comunicación con los extraterrestres fue un recurso que dejó una huella en la manera de representar la vida extraterrestre en el cine.
La posibilidad de que nuestra existencia no sea única en el infinito universo que nos rodea en hoy una hipótesis científica que muchos investigadores consideran altamente probable. Esto tocó una fibra sensible en muchos espectadores que se sintieron conectados con la idea de que estamos interconectados con algo más grande y desconocido en el universo.

Los visitantes extraterrestres de “Encuentros Cercanos” no son los invasores hostiles de otras películas de ciencia ficción, sino casi seres divinos o transcendentes que vienen a la Tierra con una misión de entendimiento. La pelicula plantea una de las interrogantes fundamentales en relación con nuestra existencia humana: ¿Estamos solos en el universo? Y si no lo estamos, ¿cómo se integra este conocimiento con nuestras concepciones del mundo y de la historia? La película no solo invita a imaginar una comunicación con inteligencias extraterrestres, sino que nos obliga a reconsiderar nuestra historia, nuestras creencias y nuestra relación con lo desconocido.
El impacto filosófico de la película nos invita a preguntarnos si, en el fondo, las antiguas culturas ya sabían algo que nosotros hemos olvidado o desechado. Las pirámides de Egipto, los templos de los mayas, las figuras en Nazca… ¿son meros restos de civilizaciones pasadas o huellas de un conocimiento superior, un testimonio de un contacto ya vivido? Spielberg, con su aproximación elegante y casi poética, deja abierta la puerta a la interpretación. En este sentido, la película también habla de la fragilidad del ser humano frente al misterio cósmico y de la necesidad de mantener una apertura positiva y abierta ante lo hoy inexplicable.
La película, actúa como una reflexión sobre el anhelo humano de trascender nuestros límites, de ser parte de algo más grande. Los extraterrestres, lejos de ser una amenaza, son una llamada a despertar una conciencia universal. Hoy debemos preguntamos si, como humanidad, estamos preparados para este tipo de revelación.
El misterio ya publicado en Lo Real Maravilloso de los “Geoglifos de Nazca; imponentes figuras trazadas en el desierto peruano que solo adquieren su verdadero significado desde el cielo, nos invita a tratar en nuestra próxima entrada; una serie de preguntas que cruzan los límites entre la arqueología, la simbología y, por supuesto, el enigma del contacto extraterrestre.
Nuestra historia continua en:
https://volfredo.com/2024/11/25/enigmas-de-nazca-geoglifos-y-misteriosas-momias-extraterrestres/
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Magnífica entrada Volfredo, me transporta la nostalgia a ese pasado de la juventud, a ese mundo estelar, a la ciencia ficción en el cine, en las novelas, los libros de Eric Von Daniken, Spielberg….todo era posible porque nuestra mente lo hacía posible, mirar los cielos nocturnos buscando señales…eramos navegantes novatos viajando por el espacio y la vida, ambos desconocidos e inexplorados.
Ahora con unos años de más, los ojos ya no se alzan al cielo buscando respuestas, más bien miran hacia dentro, hacia aquel espacio inmenso tras nuestros ojos, ese espacio insondable y desconocido, por mucho que en nuestra arrogancia creamos tener «dominado», enviamos sondas a Marte y a rincones de galaxias remotos, y olvidamos el misterio más grande, nosotros.
Somos millones, trillones de neuronas, células y formas de vida, bacterias benéficas, no tan benéficas, violencia, guerras entre organismos vivos, campo de batalla el cuerpo…y todo ello acontece sin que nos demos cuenta de nada, sin intervención de nuestra voluntad….
Dijo una vez un sabio: «Cuando tu cuerpo se dirige a la tienda a comprar el pan, ninguna célula puede negarse a ir». Somos un universo profundo e insondable por descubrir…
Recuerdo con nostalgia las novelas de ficción de segunda mano en los mercadillos de usado, aún conservo alguna de Asimov y de escritores rusos, y una a la que le tengo cariño, por la sorpresa que supuso: La princesa de Marte, de Edgar Rice Burroughs, más conocido por ser el creador de un personaje carismático, Tarzán.
Disculpa si me he extendido en exceso, siempre es agradable, y a veces inevitable, una charla amena en la taberna de la imaginación. Salud!!!
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Publicación del 2020
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Publicaciones del 2021
El lun., 25 de noviembre de 2024 11:39 a. m., nieves Morales < nievesdelacaridad61@gmail.com> escribió:
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