Elvira González nos visitará en breve.

Pronto llega a Cuba, de visita oficial, una gran amiga procedente de México. Ella es multifacética; vital y ama intensamente un amplio abanico de actividades y pasiones que abiertamente declara en su blog: «Escribir, leer, pintar, cocinar, escuchar música, bailar, meditar. Los árboles, plantas, flores, fuentes, piedras, velas aromáticas, perfumes, caracoles, estrellas de mar. Estas son algunas de las cosas que más me gustan; las cuales verás integradas en mis historias…»

Elvira González. Has sentido que…@hassentidoque.wordpress.com

En un sencillo mensaje me comunicó, que tan solo apetecía comer sándwiches cubanos, de carne marinada y mantequilla. Luego finalizaba: «Estoy segura de que tú los sabes preparar, ¿me puedes obsequiar una publicación de comida cubana, por favor?».

Nada perezoso y pletórico de voluntad y buenos deseos, ya pongo manos a la obra, con un enorme balazo sangrando activamente en medio del pecho: Yo no soy un buen cocinero y solo tengo experiencia en comidas para subsistir durante los ciclones tropicales.

¡Válgame Dios, qué descortesía!, comidas aciclonadas son inmerecidas para mi ilustre visitante, como tampoco merece la pena consultar las socorristas recetas culinarias de YouTube, que darían un toque impersonal y publicitario a nuestro ansiado encuentro.

Por suerte; lo cual sucede con frecuencia en los mundos mágicos que habito, se hizo presente mi Musa, esa divinidad griega que siempre me socorre y auxilia en momentos de zozobra:

– Volfredo, pide consejos a Augusta, ella es la mejor cocinera de las bellas letras americanas.

– ¿Augusta?, y, ¿cómo llego hasta ella? Pregunté a Mese, cuyo nombre nunca olvido por ser también el nombre de una de las cuerdas de la lira.

– Viaja a través del tiempo.


Cuando toqué el aldabón de la casa de la calle San Lázaro, era todo nervio, por suerte al penetrar en el enorme recinto, algunos invitados ya habían llegado y pasé inadvertido, mientras observaba cada detalle de lo acontecido y tomaba notas en mi mente. Debía ser el anfitrión de una futura cena para recibir a Elvira, y estaba en la obligación de conocer la estética y la etiqueta de las cenas familiares en el seno de una familia criolla ilustre de principios del siglo XX.

Novela “Paradiso” de José Lezama Lima. (La Habana, 19 de diciembre de 1910 –íbid, 9 de agosto de 1976).

En el capítulo séptimo de la novela Paradiso de José Lezama Lima, doña Augusta ofrece un almuerzo a sus invitados en su casa de la calle San Lázaro. La comida lezamiana es un regalo para el paladar, en el espíritu barroco del escritor. Es un pretexto para excitar el hedonismo a través de sabores y los olores.

… «Doña Augusta indicó que pasáramos al comedor y fue distribuyendo a toda la familia en los asientos que según ella le correspondían. Se sentó en una de las presidencias de la mesa, señalando la otra para el doctor Santurce. -Es el ceremonial clásico, dijo-, el que representa la familia invitada debe estar en la presidencia de homenaje…»

«Doña Augusta se había preocupado de que la comida ofrecida tuviese de día excepcional, pero sin perder la sencillez familiar. La calidad excepcional se brindaba en el mantel de encaje, en la vajilla de un redondel verde que seguía el contorno de todas las piezas, limitado el círculo verde por los filetes dorados…El color crema del mantel, sobre el que destellaba la perfección del esmalte blanco de la vajilla, con sus contornos de un verde quemado, consiguiendo el efecto tonal de una hoja reposada en la mitad del cuerno menguante lunar».

«Doña Augusta destapó la sopera, donde humeaba una cuajada sopa de plátanos. -Los he querido rejuvenecer a todos – dijo- transportándolos a su primera niñez y para eso le he añadido a la sopa un poco de tapioca. Se sentirán niños y comenzarán a elogiarla, como si la descubrieran por primera vez. He puesto a sobrenadar unas rositas de maíz, pues hay tantas cosas que nos gustaron de niños y que, sin embargo, no volveremos a disfrutar…»

Luego de la sopa, Doña Augusta dijo…«Troquemos; e hizo su entrada el segundo plato de un pulverizado suflé de mariscos, ornado en la superficie por una cuadrilla de langostinos, dispuestos en coro, unidos por parejas, distribuyendo sus pinzas, mientras el humo brotaba de la masa apretada como un coral blanco». …«Formaba parte también del suflé, el pescado llamado emperador, que doña Augusta solo empleaba en el cansancio del pargo, cuya masa se había extraído primero por círculos y después por hebras; langostas que mostraban el asombro cárdeno con que sus carapachos habían recibido la interrogación de la linterna al quemarles los ojos saltones».

«Después de ese plato de tan lograda apariencia de colores abiertos, semejante a un flamígero… doña Augusta quiso que el ritmo de la comida se remansase con una ensalada de remolacha que recibía el espatulazo amarillo de la mayonesa, cruzada con espárragos de Lubeck».

«Luego vino el pavo. Los mayores solo probaron algunas lascas, pero no perdonaron el relleno que estaba elaborado con unas almendras que se deshacían y con unas ciruelas que parecían crecer de nuevo con la provocada segregación del paladar».

…«Al final de la comida, doña Augusta quiso mostrar una travesura en el postre. Presentó en las copas de champaña la más deliciosa crema helada. Después que la familia mostró su más rendido acatamiento al postre sorpresivo, doña Augusta regaló la receta: -Son las cosas sencillas –dijo-, que podemos hacer en la cocina cubana, la repostería más fácil, y que enseguida el paladar declara incomparables. Un coco rallado en conserva, más otra conserva de piña rallada, unidas a la mitad de otra lata de leche condensada, y llega entonces el hada, es decir, la viejita Marie Brizard, para rociar con su anisete la crema olorosa. Al refrigerador, se sirve cuando está bien fría…»

«Al mismo tiempo que se servía el postre, doña Augusta le indicó a Baldovina que trajese el frutero, donde mezclaban sus colores las manzanas, peras, mandarinas y uvas… El frutero, como un árbol marino al recibir el rasponazo de un pez, chisporroteó en una cascada de colores, estirándose el langostino contento de la nueva temperatura, como si quisiera llegar al cielo curvo del plato, pintado de frutas».

«Discretamente, doña Augusta había eliminado los vinos de la comida. Donde estuviesen reunidos Santurce, Alberto y Demetrio, era preferible evitarlos para no encender discusiones excesivas, pues cualquier nimiedad engendraba un hormiguero bajo la advocación de Pólemo».

«Después café, los puros con esas luciérnagas, salieron de nuevo al frío del portal, desde donde se divisaban las olas que venían en anchurosos toneletes sobre el Malecón, rompían sus aros, lanzaban sus mantos que querían clavarse en las estrellas amoratadas y después avergonzados se deshilachaban en sucesivas capitulaciones sobre los troncos rocosos».

Mientras inhalaba bocanadas de humos, a riesgo de sucumbir en la embriaguez vertiginosa del tabaco, aproveché para encender velas por la paz del planeta, el bienestar y el amor entre los seres humanos, mientras qué del fondo de aquel enorme salón, brotaba de la garganta de un gramófono recién traído de Norteamérica la melodía «Lágrimas Negras», bello bolero cubano compuesto por Miguel Matamoros en 1929.


La estatura de José Lezama Lima en el mundo de la intelectualidad y las bellas letras no tiene parangón en la historia literaria de nuestra nación. Lezama es considerado uno de los autores más importantes de la literatura hispanoamericana, especialmente por su novela Paradiso, una de las obras más importantes en la lengua castellana y una de las cien mejores novelas del siglo XX en español.

Del capítulo VII de Paradiso hemos tomado las citas literarias que servirán de recetas culinarias, inspiración y protocolo en la cena de homenaje que nuestro blog brindará a Elvira González, en su próxima visita a Lo Real Maravilloso.

Lecturas relacionadas:

El día que conocí a Lezama:

Paradiso ríe mientras otros lloran:

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#LiteraturaUniversal

#LiteraturaMágica

#HistoriaMágica

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12 respuestas a “Elvira González nos visitará en breve.

      1. Infinitas gracias Volfredo eres de verdad un encanto amigo. Un favor anoche era madrugada para mi y ya no te lo mencioné, podrías rectificar por favor @hassentidoque.wordpress.com
        Lo veo con todo gusto, gracias otra vez.
        Un abrazo grande.

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    1. Sabes Elvira es una excelente amiga, a la cual nunca he visto en persona. Ella escribe con pasión escenas picantes rodeadas de alta cocina y música sentimental de fondo, en un sencillo cumplido de reconocimiento a una excelente persona. Feliz noche y un abrazo. Dulces sueños

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