El conspicuo amor entre Rubens y Venus.

Pedro Pablo Rubens fue uno de los pintores más destacados del siglo XVII, tanto por su talento artístico como por su éxito social y económico. Su obra abarca una gran variedad de temas y géneros, entre los que destacan: Pintura de historia, retrato pictórico, pintura mitológica, pintura del paisaje, pintura religiosa, desnudo, pintor de cámara y pintor retratista.

Rubens volcó en la pintura mitológica su imaginación y dominio del color, del movimiento y la sensualidad. Entre las figuras mitológicas que más le interesaron, se encuentra la diosa Venus, por la que sintió un profundo amor platónico declarado a través de su vasta obra pictórica sobre su idolatrada divinidad, la cual pintó en 18 ocasiones.

Venus en el espejo (Het toilet van Venus). Rubens, 1613-1614.

Las numerosas representaciones que Rubens hizo de Venus, «aislada o como parte de escenas mitológicas», se caracterizan por la viveza de su colorido, tomado de la escuela veneciana, en especial de Tiziano. También por el movimiento y vitalidad de la composición y por el uso de representaciones de Venus carnales y sensuales, lo cual logra con deslumbrante magisterio, mediante el uso de la pincelada suelta y el escorzo.


Rubens pintó a la diosa en diversas situaciones: en solitario o acompañada de distintos personajes, como Cupido, Adonis, Plutón o sus ninfas. Estas pinturas reflejan la visión que el artista tenía de la diosa como símbolo del amor, la belleza, la fertilidad y la naturaleza.

La relación entre la diosa Venus y Adonis es una de las más apasionadas de la mitología romana. Según el relato más conocido, Venus se enamoró de Adonis, un joven cazador de gran belleza, cuando lo vio herido por un jabalí. Lo llevó a su palacio y lo cuidó hasta que se recuperó. Desde entonces, se convirtió en su amante y le pidió que no se expusiera al peligro de la caza. Sin embargo, Adonis no hizo caso a sus súplicas y volvió a salir a cazar. Esta vez, se encontró con un jabalí gigante que lo atacó y lo mató. Venus, al enterarse de su muerte, corrió a su lado y derramó lágrimas sobre su sangre. De cada gota nació una flor llamada anémona, que simboliza el amor fugaz y la fragilidad de la vida.

La muerte de Adonis de Rubens. Óleo sobre lienzo 212 × 325. Museo de Israel.

La relación entre la diosa Venus y Cupido es una de las más relevantes y cargada de pasión en la historia de la mitología romana. Venus era la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y Cupido era su hijo, el dios del deseo y la atracción. Según algunas versiones, Cupido era el fruto de la unión de Venus con Marte, el dios de la guerra, mientras que otras lo consideraban hijo de Mercurio, el mensajero de los dioses. Cupido era el encargado de disparar sus flechas a los mortales y los dioses para hacerlos enamorar o desenamorar. A veces, actuaba por orden de su madre, pero otras veces lo hacía por capricho o por venganza.

Venus amaba a su hijo y lo protegía de los peligros y, por otro lado, sentía celos de las aventuras amorosas de Cupido y trataba de interferir en ellas. Un ejemplo de esto es el mito de Psique, una princesa mortal que era tan bella que Venus se sintió amenazada por ella. Venus le ordenó a Cupido que la hiciera enamorarse del hombre más feo y miserable del mundo, pero Cupido se enamoró de ella al verla dormida. Cupido la llevó a su palacio secreto y se casó con ella, pero sin revelarle su identidad. Psique vivía feliz con su esposo anónimo, hasta que un día cedió a la curiosidad y encendió una lámpara para verlo. Al descubrir que era Cupido, lo despertó accidentalmente con una gota de aceite caliente. Cupido se sintió traicionado y abandonó a Psique, que tuvo que superar una serie de pruebas impuestas por Venus para recuperarlo. Al final, los dioses se compadecieron de ellos y les concedieron el matrimonio eterno.

Venus y Cupido. Rubens. Óleo sobre tabla 52 × 79. Academia de Bellas Artes de Viena.

Este mito muestra la relación entre Venus y Cupido como una mezcla de amor y odio, de ternura y crueldad, de armonía y discordia. También refleja el poder del amor para superar los obstáculos y las adversidades.

Muchas interpretaciones pictóricas se han derivado de la leyenda de Venus y los dioses que la cortejaron, pero las más apasionadas, lo entiendo así, corresponden a nuestro invitado de hoy, el genial maestro de la pintura Pedro Pablo Rubens.


Peter Paul Rubens nació en el Sacro Imperio Romano Germánico, actual Alemania, el 28 de junio de 1577 y falleció en Flandes (Países Bajos Españoles), actual Bélgica, 30 de mayo de 1640; razón por la que también es conocido como Pieter Paul, Pieter Pauwel, Petrus Paulus, y, en español, Pedro Pablo Rubens. Su fructífera y provechosa estancia en Italia (1600-1608), marcó en adelante su arte y vida, y tal punto, que continuó escribiendo sus cartas en italiano, las cuales siempre firmó como «Pietro Pauolo Rubens», nombre por el que debemos reconocerle los amantes del arte, por ser su voluntad manifiesta.

Leer más sobre Rubens en el siguiente enlace:

#LoRealMaravilloso

https://www.volfredo.com/


13 respuestas a “El conspicuo amor entre Rubens y Venus.

  1. Tanto el año anterior en la facultad, estando en Literatura… el catedrático que impartía esta materia, innumerables veces nos comentó que el motor que mueve al mundo, es el AMOR.

    Al contrario que muchas personas piensan, el dinero es muy poderoso, pero lo mucho más el amor. Despierta los más bellos poemas, sinfonías, escritos, pinturas…etc. Todos los buscan, y tan sólo unos pocos llegan a encontrarlo. El amor es la felicidad plena, entrar en sincronización con tu Alma Gemela, debe ser la mayor riqueza que el ser humano puede tener.

    Enhorabuena de nuevo, por esta última entrada. Emocionar, es contactar Alma con Alma.
    Algo realmente difícil en los tiempos que vivimos.

    Gracias por compartirlo y enhorabuena una vez más por ser humano.
    Caridad

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    1. Gracias Caridad, me alegra te gusten mis historias. Cuando escribí sobre la relación entre la diosa Venus y Adonis, una de las más apasionadas de la mitología romana, sabía de antemano que te iba a gustar. Cuando Adonis desconociendo los consejos de su amada Venus va a la caza de un jabalí gigante, que lo ataca y da muerte, Venus desesperada corrió a su lado y derramó lágrimas sobre su sangre. De cada gota nació una flor llamada anémona, que simboliza el amor fugaz y la fragilidad de la vida. Sé que gustas de las flores, tu blog es un jardín y a partir de ahora, cada vez que retrates anemonas recordarás esta bella historia de amor. Feliz semana y cordial abrazo.

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