Siempre te he amado, desde mi humilde posición de sanguijuela de redes, que no tiene solvencia económica y mucho menos visado, para viajar a tu encuentro. Pero te he sido fiel. Tan pronto veo tu inspirado nombre, María Antonia García, descargo tu artículo de un tirón y lo leo; y lo vuelvo a leer; cada vez con más satisfacción y disfrute.
¿Cuándo empezó mi devoción hacia tu persona y obra, devoción que crece y se multiplica a diario?
Lo recuerdo bien, y seré preciso, pero por favor no me reproches por publicar intimidades: Te amo desde que “le cantaste las cuarenta” a la Real Academia Española de la lengua.
La expresión popular cubana “le cantó las cuarenta”, significa que alguien le dijo a otra persona todo lo que pensaba de ella, sin pelos en la lengua, generalmente de forma ofensiva o reprobatoria. Por ejemplo: “María le cantó las cuarenta a la Academia, cuando percibió que la acosaban”.
El origen de esta frase se remonta al siglo XIX, cuando Cuba era una colonia española y se apostaba mucho al juego de cartas llamado “tute”. En este juego, el jugador que tiene en su mano cuatro cartas del mismo palo (oros, copas, espadas o bastos) puede cantarlas y sumar 40 puntos a su marcador. Sin embargo, si otro jugador tiene el rey del mismo palo, puede “contradecir” al que cantó las cuarenta y quitarle los puntos. Esto solía generar discusiones y peleas entre los jugadores, que se decían oprobios.
Así, la expresión “le cantó las cuarenta” pasó a emplearse en el lenguaje popular, para referirse a cualquier situación en la que alguien le dice a otro lo que no le gusta o lo que le molesta, sin importarle las consecuencias.
Así las cosas, un afortunado día de esos que bien pudiésemos llamar de “contar cuarenta” sin jugar al tute, leí en alguna parte: “Es hora de que nuestro español parta cobijas con España”, e iba a seguir de largo, cuando adjunto al título veo la fotografía de un rostro que me resultaba adorable: María Antonia García Torre.
No pude sustraerme a la magia, cerré todos los diálogos y tareas que tenía en curso y de inmediato comencé a leer con pasión el artículo de mi amada María, haciendo anotaciones al finalizar cada párrafo, en letra cursiva, mientras leía.
Es hora de que nuestro español parta cobijas con España.
«Durante siglos, incluso después de nuestro grito de independencia, la Real Academia Española ha mantenido un estricto control sobre la forma en que utilizamos el español en el continente americano. El control de la lengua es el último bastión de un sangriento sistema colonial. A pesar de que dicho sistema se desintegró y los territorios controlados por la corona se convirtieron en naciones autónomas, persiste la obediencia lingüística y nadie en territorio americano ha osado cuestionar el poder de la omnipresente RAE. La obedecemos a pesar de que no reconocen las palabras creadas en América como español “puro” y las relegan a un diccionario de americanismos». ¡Bravo María!, estás hablando a favor de los inocentes y suspendidos en las universidades, en exámenes de grado sobre Literatura Española.
«De allí que, en un artículo publicado en eldiario.es, afirma incluso que el español que hablamos a este lado del charco “no existe”, y qué palabras como “falda” y “nevera” son términos que en realidad nadie utiliza y que hacen parte de un esfuerzo de Disney en los 80 por destrozar el verdadero español que importa: el peninsular». Podemos lanzar una ofensa con palabras fuertes, pero mejor lo dejamos así, no vaya a ser que nuestras palabras de protestas las confinen al diccionario de americanismos.
«La verdad es que en Latinoamérica hemos soportado ya demasiados desaires frente a nuestro propio uso de una lengua impuesta a sangre y fuego, como si no les fuera suficiente con la erradicación de una herencia indígena milenaria. Si no podemos evitar hablar español y si es casi imposible extirparlo tras cinco siglos de presencia en nuestro continente, lo que sí podemos hacer es desmarcarnos de una academia restrictiva y limitante». Te propongo María un cambio de nombre, en lugar de Real Academia Española, llamarle Real Inquisición Española de la lengua, eso les autorizaría a quemar en la hoguera a aquellos que no respeten sus preceptos, acusándolos de herejes.

«La Real Academia Española, esa especie de reyezuelo de la lengua, ni siquiera hoy reconoce términos paridos en América como “ripostar” y los relega con desprecio. Aun así, en este lado del charco, por alguna misteriosa razón, seguimos obedientes a esta relación de sumisión, si bien no nos une ya ningún lazo a la madrastra patria. Mientras tanto, lenguas como el inglés van creciendo y ramificándose a voluntad sin que ninguna academia discrimine entre el inglés “real” o producido en Inglaterra y el inglés “bastardo” o producido en Estados Unidos, Canadá o Australia».
«El inglés, a diferencia del español, va cual vaquero del lejano oeste, conquistando tierras y expandiéndose a voluntad, al punto de que cuenta ya con unas 600.000 palabras. Mientras tanto, en el español limitadísimo que nos permite su majestad la RAE tenemos que bandearnos con menos de 80.000». María, te propongo adicionar un dato para demostrar que somos eruditos y no trasladar la batalla al resto de Europa. El árabe tiene más de 12 millones de palabras. Eso quiere decir, que los mal llamados “infieles islámicos” por la Corona, tiene más palabras en su idioma que todas las lenguas de europeas tomadas en conjunto.
«Los hablantes de la lengua española en Latinoamérica están en mora de lanzar un sonoro grito de independencia contra el control de la RAE para empezar a expandir la lengua a voluntad, e incorporar todos los términos que llevamos siglos usando, pero que injustamente se han relegado al cajón del “español de segunda”». Para llamar al combate, en Cuba utilizamos la expresión “a la carga, al machete”, en honor a los mambises que lucharon en la guerra de independencia, por cierto, lucharon contra España ¿habrá sido un enfrentamiento por razones léxicas?
«Nada les debemos a los señores de la RAE, que en una mesa redonda controlan, a silla por letra, la forma en que cientos de millones de hablantes se expresan (nos expresamos) a decenas de miles de kilómetros de distancia. Y no solo eso, estamos también en mora de reivindicar las lenguas indígenas que hoy malviven acorraladas y que fueron prácticamente exterminadas por la corona española. Tenemos que revivirlas, estudiarlas, protegerlas y enaltecerlas, pues son ellas sobrevivientes de uno de los mayores genocidios que haya registrado la historia de la humanidad: el arribo de los españoles a América. Nuestro español no solo existe, a diferencia de lo que cree la soberbia España, sino que tenemos que partir cobijas de una vez y para siempre con un país que explotó nuestras tierras, violó nuestras mujeres y esclavizó a negros e indígenas durante siglos, no queremos tener cerca a esas “chandas*”». Qué rápido aprendes María, de un párrafo a otro, iniciaste la tu primera carga al machete, eres, de hecho, una ejemplar mambisa. Ovación prolongada.
*Chanda: del quechua o chhanta, sarna. f. Cosa fea y de mala calidad.
MARÍA ANTONIA GARCÍA DE LA TORRE es una periodista y escritora colombiana que se ha hecho famosa por sus comentarios críticos y humorísticos en la red social Twitter, donde tiene más de 200 mil seguidores. Actualmente, vive en Estados Unidos, donde realiza un doctorado en Literatura Española. También es columnista del periódico El Tiempo y curso una maestría en Periodismo bajo el auspicio del diario El Mundo de Madrid. Su interés por la cultura, la política y la sociedad la convierten en una voz influyente y original en el panorama mediático latinoamericano.

La redacción de la entrada, es puro periodismo mágico, licencia otorgada a nuestra redacción por el inminente académico y escritor macondiano, José Arcadio Buendía, padre fundador y pie de estirpe de todas las generaciones que nos han acompañado en nuestro largo viacrucis por Cien Años de Soledad.
Al margen y como nota cultural reseño: El idioma árabe posee alrededor de 12 millones de palabras. Esta increíble cifra se debe a que son más de 280 millones de hablantes de árabe segregados en un territorio amplio, en los cuales se han desarrollado gran cantidad de dialectos y expresiones que se han ido anexando con el pasar de los años, sin proscribirlas o confinarlas a diccionarios auxiliares. Esta actitud conciliadora debe considerarse, como ejemplos tangibles de tolerancia, diversidad e inclusión.
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Amo nuestra lengua
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El español es una lengua respalda con por una rica literatura, además puede ser considerada la tercera lengua del mundo por el total de hablantes tras el mandarín y el inglés.
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Siempre he sido defensor de las lenguas originarias, lastima, que de la nuestra, se conozcan tan pocas palabras, pero, con todo eso, son más, que la de los celtas. Reiteramos, nuestro agradecimiento, por tan interesante e instructivo artículo, a Lo Real Maravilloso.
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Hermano/vecino, el sentimiento de muchos intelectuales de este lado del océano hacia la RAE, NO es favorable, porque muchas palabras de nuestro español diario, que también forman parte de la literatura que leemos, son tachadas de americanismo, esto pica y mi amada María, saltó en uno de sus artículos y les cantó las cuarenta. Un abrazo
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Pensé que María era mejicana porque en Méjico, cuando estuve hace varios años, nos manifestaron su sentir, del que no nos sentimos nada orgullosos, cuando estuvo Hernán Cortés.
La Real Academia de la Lengua Española hace ya bastante tiempo que va haciendo cambios continuos incorporando palabras muy populares que utilizamos a diario y que antes era impensable que las aceptara. Por ejemplo, «almóndiga» cuando es albóndiga, pues ya las dos son correctas, «asín» un vulgarismo que se utiliza mucho y que no era correcto hasta que lo ha sido. Ahora es lo mismo asín que así. También «micromachismo».
Existe e imagino que lo conoceréis, el Diccionario panhispánico de dudas para resolver dudas con el uso del idioma español en toda la comunidad hispanoamericana. Su primera edición fue en 2005. Ha tenido bastantes críticas por sus contradicciones al respecto. El idioma español, a fecha de 2021, tiene 100.000 palabras y es el cuarto más hablado del mundo
Entiendo la redacción de la entrada al estar hecha por el gran José Arcadio Buendía. #PeriodismoMágico Un fuerte abrazo, querido Volfredo.
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Mi querida Marylia, mi interés por la RAE como academia, surgió muy recientemente, a la luz de la irreparable muerte de Javier Marías Franco (escritor al que admiro y leo). Supe entonces que ocupaba la silla R. y eso me decidió a escribir: https://volfredo.com/2022/09/12/ha-muerto-javier-marias/ como homenaje póstumo.
Mientras escribía la entrada, me hacía preguntas y trataba de responder interrogantes, alguna de las cuales, adía de hoy, no he logrado despejar:
En primer lugar, la academia hace sinónimos “idioma español”, de “idioma castellano”, por su origen como lengua romance en el reino medieval de Castilla. Ahora bien, y ¿el resto de España no contribuyó con sus lexemas y dialectos a la formación del español moderno?
Luego observé que el Diccionario de Americanismo de la academia, contiene 70 000 voces, lexemas complejos, frases y locuciones y un total de 120 000 acepciones, este número es mayor que las palabras que contiene el diccionario principal ¿Por qué mantenerlas en espera?
Por último, llegó a mis manos el artículo de María, periodista contestataria y feminista que decidí aplaudir de pie, acompañado de mi alter ego, José Arcadio Buendía.
Cordial abrazo y feliz noche. Es un gusto contar con tu colaboración y apoyo en Lo Real Maravilloso. Muchas gracias.
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Mi querido Volfredo, se me olvidó comentar la frase «cantar las cuarenta». Me encanta practicarla cuando hay que hacerlo y admiro a quien lo hace y no sólo en el tute.
El término idioma español es recomendable cuando se habla en general y se utiliza internacionalmente. En España se usa el idioma castellano cuando se refiere a la lengua común del Estado en relación con otras lenguas cooficiales como el gallego, catalán o vasco.
En cuanto a Javier Marías he sido una asidua lectora y admiradora de sus artículos semanales en el diario El País pero no tanto de sus libros. Y al final me resultó un tanto contradictorio. No obstante, ha sido un gran escritor descendiente de una saga de grandes nombres de la literatura española como su padre Julián Marías.
Un placer, como siempre, leerte y gracias por permitirme colaborar en #LoRealMaravilloso Un gran abrazo.
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Sabes, durante 40 año tuve mucho que ver con la cardiología, y conozco algo de anatomía. En términos hemodinámicos eres para lo Real Maravilloso y para mi, algo así como el ventrículo izquierdo, una fuente generadora de energía y vida. Mil gracias, te admiro muchísimo. Un fuerte abrazo ❤️❤️❤️
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Mil y mil y mil a ti. ♥️♥️♥️♥️♥️
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