Yukio Mishima (Hiraoka Kimitake; Tokio, 1925 – 1970), fue un prolífico escritor japonés, autor de más de veinte novelas, decenas de piezas teatrales y numerosos cuentos, poemas, artículos y ensayos. Su temática audaz y descarnada, atenta a los aspectos más oscuros de las pasiones humanas, contrasta con la delicadeza y contención de su estilo. Probablemente, el escritor nipón más conocido en el extranjero, trazó con doloroso detalle el desarrollo de la personalidad y el efecto devastador de las crueles paradojas que la conforman: deseo y rechazo; belleza y violencia. De él, dijo el galardonado premio Nobel, Yasunari Kawabata: «No comprendo cómo me han dado el premio a mí existiendo Mishima. Un genio literario como el suyo lo produce la humanidad solo cada dos o tres siglos. Tiene un don casi milagroso para las palabras».
Mishima nació el 14 de enero de 1925 en Tokio. Pasó los primeros años de su infancia bajo la sombra de su abuela, Natsu, quien se lo llevó consigo y lo separó de su familia inmediata durante varios años. Natsu provenía de una familia vinculada a los samuráis de la era Tokugawa, su mal carácter y tendencia a la violencia, incluso con salidas mórbidas cercanas a la locura, será posteriormente descrito en muchos escritos de Mishima.
Mishima fue un adolescente frágil y pálido, que comenzó a escribir sus primeras historias a la edad de doce años. Fue llamado a las filas de la Armada japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, y luego incapacitado de la armada por padecer de tuberculosis, frustrándose así su sueño de ingresar como piloto kamikaze. Sobrevivió a la guerra, sintiéndose culpable por haber sobrevivido y haber perdido la oportunidad de una muerte heroica.
Su primer trabajo extenso, “El bosque en flor”, fue publicado en 1941. Esta obra, al igual que “El cigarrillo” (1946), y “Ladrones” (1948) fueron escritas durante la Segunda Guerra Mundial y muestran el total abatimiento del autor por la trágica realidad de la guerra y la derrota.
Su siguiente novela fue “Confesiones de una máscara”, 1949; es una obra autobiográfica que describe la vida de un joven que debe esconderse tras una máscara para encajar en la sociedad. Con sus referencias a la homosexualidad, las falsas apariencias y la crisis de identidad nacional japonesa tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, la novela tuvo un enorme éxito y convirtió a Mishima en una celebridad a la edad de veinticuatro años y lo catapultó a la fama.
En la novela, Mishima narra en primera persona las experiencias de un joven llamado Koo-chan, que desde su infancia se siente diferente a los demás por su sensibilidad y sus inclinaciones homosexuales reprimida. Koo-chan vive con su abuela, una mujer autoritaria y enferma, que le impone una educación tradicional y conservadora.
A lo largo de la novela, el protagonista nos cuenta sus fantasías sexuales y sádicas, su atracción por la belleza, la sangre y la muerte, y su frustrado intento de amar a una mujer. En el colegio, Koo-chan se enamora de un compañero llamado Omi, pero no se atreve a confesarle sus sentimientos. Más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, Kochan intenta adaptarse a la sociedad y se finge enamorado de Sonoko, la hermana de un amigo, pero no logra consumar su relación.
El protagonista de la novela, Kochan, es el otro yo de Mishima, y comparte con él su nombre real (Kimitake), su constitución débil, su educación bajo la influencia de su abuela y su atracción por el cuadro de Guido Reni “El martirio de San Sebastián”. Además, la novela contiene numerosas referencias a la historia y cultura japonesas, así como a la Segunda Guerra Mundial, que marcaron la vida de Mishima.
Algunos ejemplos o citas que demuestran el carácter autobiográfico de la novela son:
– «Durante mucho tiempo afirmé, y estaba en realidad convencido, de recordar el instante de mi nacimiento» (página 9). Esta frase inicial revela la singularidad del narrador y su tendencia a la fantasía.
– «En aquellos tiempos había comenzado a comprender vagamente aquel mecanismo según el cual lo que los demás consideraban una impostura, por mi parte, en realidad, era expresión de la necesidad de afirmar mi propia manera de ser; en tanto aquello que los demás suponían mi verdadera forma de ser no era más que una impostura» (página 59). Esta frase muestra el conflicto interno del protagonista entre identidad y apariencia, así como su dificultad para adaptarse a las normas sociales.

– «El cuadro representaba a un joven desnudo atado a un árbol. Su cuerpo estaba atravesado por varias flechas. La sangre brotaba de sus heridas. Era el Martirio de San Sebastián» (página 69). En esta crucial obra en prosa de Mishima, el narrador se ocupa de una representación de “El Martirio de San Sebastián, una imagen que ha descubierto en un volumen occidental ilustrado en la biblioteca de su padre (que este habría adquirido en uno de sus viajes al extranjero), y que despierta una actividad onanista que provoca la primera eyaculación del narrador, una “embriaguez llena de luz”, como la define.
– «Me enamoré de Omi. Era un chico robusto y moreno. Tenía los ojos rasgados y el pelo negro y rizado. Su voz era grave y ronca. Era el líder indiscutible de nuestra clase» (página 85). Esta frase narra el primer amor del protagonista por un compañero de escuela, que contrastaba con él en su aspecto físico y su carácter.
– «Me sentí aliviado al saber que iba a morir pronto. Me imaginé que moriría como un héroe en el campo de batalla, rodeado de cadáveres y con una sonrisa en los labios» (página 211). Esta frase expresa el deseo del protagonista de morir gloriosamente en la guerra, como una forma de escapar de su realidad y de cumplir con su ideal patriótico.

“Confesiones de una máscara”; es un clásico de la narrativa japonesa que nos muestra la complejidad y el drama de un ser humano que busca su lugar en una sociedad que lo rechaza. En la novela, Mishima refleja sus propios conflictos internos y su visión del mundo. Es una obra que explora temas como la homosexualidad, el erotismo, el arte, la violencia y el suicidio, con un estilo elegante y poético.
La interpretación sadomasoquista de Mishima sobre el martirio de San Sebastián tuvo gran repercusión a lo largo de su vida y lo llevó finalmente al suicidio, suceso que no pasó inadvertido en Occidente y potenció en las artes, la interpretación erótica y fanática del suplicio del santo patrono. Una obra bellísima que cuenta una historia terrible: la de la impostura de toda una vida.
Nuestra historia continua….
#LoRealMaravilloso
#ArtesVisuales
#LiteraturaUniversal
Contenido interesante, gracias Volfredo.
Lindo y bendecido día.
Un abrazo.
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Hay que variar de cuando en cuando la temática, para que todos puedan sentirse representados. Feliz fin de semana y cordial abrazo.
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Gracias Volfredo, es interesante.
Feliz fin de semana, cordial saludo.
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Gracias Elvira, aprecio mucho tus comentarios y positivo apoyo. Cordial abrazo y feliz semana.
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Gracias Volfredo siempre tan gentil.
Estamos para apoyarnos los unos a los otros. Un gusto visitar tu blog.
Otro cordial abrazo.
Feliz fin de semana.
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Qué bonito recorrido, querido Volfredo. Hoy, relacionado con el gran escritor japonés considerado de los más grandes del siglo XX que también tuvo una vida difícil por su homosexualidad. Su padre le prohibió escribir después de las primeras historias y fue su madre quien le protegió para que siguiera y era la primera en leer cada nueva historia. Una entrada preciosa llena de belleza y sensibilidad. Un abrazo y feliz día. 🌹🌹😘😘😘😘
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Mi intención, con esta serie de entradas centradas en la vida e iconografía de San Sebastián, es demostrar las muchas interpretaciones personales que puede tener el arte, todas válidas. A la vez y como ya es costumbre, realizo un recorrido por la literatura y la pintura de insignes escritores y maestros del arte universal, hasta finalizar el recorrido en el Prado, es ya compromiso y palabra empeñada. Me gustaría mucho me acompañes en la visita, el corazón me dicta que serás una guía empática y erudita, como la magia de nuestro blog. Feliz fin de semana y un gran abrazo.
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En este recorrido, a tu lado, siento la magia. Sabes que te estoy esperando. El Prado es nuestro lugar. 👍👍😘😘
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Esta canción es de Sivio, se llama Claro de Luna:
En el claro de la luna
Donde quiero ir a jugar
Duerme la reina fortuna
Que tendrá que madrugar
Mi guardiana de la suerte
Sueña cercada de flor
Que me salvas de la muerte
Con fortuna en el amor
Sueña talismán querido
Sueña mi abeja y su edad
Sueña y si lo he merecido
Sueña mi felicidad…
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Gracias ♥️ Siempre Silvio.
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Interesante historia,muchas gracias Wolfredo
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Muy interesante, mañana con el favor de Dios, pienso completarla. Feliz fin de semana.
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Ese Sanse tan pícaro, desdibujando las líneas del dolor y el deseo….besos al vacío desde el vacío
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Tal como dices, es un santo un tanto lascivo que disfruta de extrañas formas de placer. Feliz fin de semana
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Hay que beber cada día, en Lo Real Maravilloso, para aprender, sorprendiéndonos siempre, con algo desconocido, juro que este blog es enigmático y eso me atrae permanentemente. Gracias, Camacho.
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Gracias querido amigo, es un blog, que en esta serie viene y va, de Occidente a Japón, avanza y retrocede en el tiempo y finaliza a día de hoy en el Museo del Prado, porque la cultura es Universal y no tiene dueño ni patrimonio. Un abrazo
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