Autorretrato

Desde siempre he admirado el entorno de realidades mágicas que rodearon en vida a Oswaldo Guayasamín Calero, nacido el 6 de julio de 1919 en Quito, Ecuador. Hijo de padre quechua y madre mestiza, fue portavoz en persona y artes, de las culturas ancestrales de los pueblos de América.

En 1942, el artista montó su primera exposición individual y quiso el destino, la suerte, el aura, los dioses del Olimpo o como bien les plazca llamarle, que entre los asistentes al evento se encontrara el político y coleccionista de arte Nelson Rockefeller, quien era en ese entonces el encargado de Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, el cual no demoró en adquirir cinco de sus pinturas, además de invitarle a exhibir su trabajo por todo Estados Unidos. Con el beneficio de la invitación, Guayasamín visitó innumerables museos en los Estados Unidos, y descubrió la obra de grandes artistas como El Greco, Goya, Picasso y Velázquez, quienes tendrían una influencia importante en su trabajo posterior.

La gloria y la fortuna, llegaron precoces a la vida de Guayasamín, quien es considerado uno de los más grandes promotores del arte y la cultura en Ecuador, y una de las figuras más importantes del arte latinoamericano del siglo XX.

Considerado como un pintor expresionista-indigenista, sus profundo arraigo y pertenencia a las culturas latinoamericanas originarias, no impidió que Oswaldo Guayasamín muriese a los 79 años, en la ciudad de Baltimore, Estados Unidos. La noticia fue confirmada por la hija del pintor, Berenice, que lo había acompañado hasta Baltimore el 19 de febrero de 1999, para una operación ocular en la ultra privada y costosa clínica, John Hopkins.

Cientos de eventos vitales, hacen de Guayasamín una figura controversial, pues era considerado demasiado exitoso y rico por la izquierda radical y demasiado comunista por la aristocracia que compraba sus pinturas.

La obra de Guayasamín se enmarca en un profundo humanismo y refleja el dolor y la miseria que soporta la mayor parte de la humanidad, al tiempo que denuncia la violencia que le ha tocado vivir al ser humano en el monstruoso Siglo XX, marcado por las guerras mundiales, las guerras civiles, el genocidio, los campos de concentración, las dictaduras, y las torturas.

Huacayñan, es la primera gran serie pictórica del artista; su nombre significa en el idioma kichwa “El Camino del Llanto”. Es una serie de 103 cuadros pintados después de recorrer durante 2 años toda la América Latina.

La edad de la Ira, comprende la segunda gran serie pictórica o etapa del artista. La temática fundamental de esta serie son las guerras y la violencia, lo que el hombre hace en contra del hombre. Los conflictos bélicos y la injusticia social de la contemporaneidad, influye sobre el creador y lo estimula a pintar en los años ‘60, la tragedia del siglo XX, las guerras, las torturas y la angustia de las madres que perdieron a sus hijos.


La obra pictórica de Oswaldo Guayasamín, posee características que la hacen fácilmente reconocible: Utilizando colores como el ocre, gris, rojo y negro, el artista retrata la angustia entorno a los eventos y da una voz a las víctimas de injusticias en el mundo, esto lo hace sin lugar a cuestionamientos, el portavoz de los oprimidos y desclasados del planeta.

Autorretrato. “Un artista sin rostro”. Macondo 2022.

Lo Real Maravilloso admira con devoción la obra del pintor ecuatoriano, que deforma la anatomía de las figuras humanas para mostrar la cruda realidad de la angustia en aquellos que sufren. El tratamiento que el artista da a las manos y dedos de sus personajes, reptantes, con brazos de pulpos o dedos de culebras del monte, crea una atmosfera de horror malsana que trasmite sin ambigüedad, y de forma inclemente, el mensaje de su arte.

Autorretrato. “La cabeza que estalla”. Macondo 2022.

Bajo influencias de Guayasamín, la cual reconozco, traigo hoy para ustedes dos autorretratos, editados en blanco y negro, donde dedos reptantes atrapan y estrangulan mi rostro y comprimen fuertemente el cráneo, tratando de evitar en empeño frustre, que este estalle bajo el peso de la angustia del presente interminable en que habito y yago, haciendo del tiempo sin un mañana, una agonía interminable que se niega a continuar la marcha.

#LoRealMaravilloso

#ArtesVisuales

#Existencialismo

#LiteraturaMágica


4 respuestas a “Autorretrato

  1. Auto retrato publicado por Volfredo Oswaldo Aparicio Guayasamín, Calero nació el 6 de Julio 1919 en Quito Ecuador ,este pintor ecuatoriano comenzó a pintar y dibujar desde su infancia vendiéndoles sus trabajos a los turistas y así fue creciendo el auto retrato se define, como un retrato hecho de la misma Persona que lo realiza , es uno de los ejercicios de análisis más profundo que puede llegar hacer un artista , ya que implica escrutarse , observando , o examinando bien con mucha atención y minuciosidad, el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento se traduzca en el dibujo o la pintura que aborda , Oswaldo fue un destacado pintor ,dibujante ,escultor, grafista y Muralista , fue un reconocido artista ecuatoriano , que durante su carrera abordó temas sensibles para la humanidad , tales como: la crueldad, la injusticia, el dolor y la ternura a través de una pintura que impacta a quien la mira, por el carácter humanista que en ella refleja es digno de admirar con devoción la obra del pintor ecuatoriano ya , que en las figuras humana como dije anteriormente muestra la crueldad, la cruda realidad y angustias en aquellos que sufren , así es el tratamiento que el artista da al pintar las manos y los dedos de sus personajes creando una atmósfera de horror, transmitiendo por ese medio el mensaje de su arte .Oswaldo muere a los 79 años el 10 de marzo de 1999 en Baltimore E.U

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    1. Guayasamín, cae dentro del grupo de los grandes artistas afortunados en vida, la inmensa mayoría no corre esa suerte. Los autorretratos en blanco y negro de la publicación, los edité en mi PC, esperemos que algún descendiente de Rockefeller los vea y la historia se repita, viviría eternamente agradecido de Dios y la vida. Feliz domingo

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  2. Me parecieron muy bien logrados los dos autorretratos. Tanto “Un artista sin rostro” como “La cabeza que estalla”, reflejan la dura realidad que vive el retratista en su natal Macondo; lástima que Rockefeller no habrá de pasar por esa galería, ya sea por su propio desinterés o por la indiferencia enfermiza y colectiva de los habitantes de Macondo. Lo cierto es que el artista vivirá agradecido a Dios y a la vida mas por su fortaleza interna y su naturaleza indomable y bravía que por el favor ajeno… y ya eso es de muy alta estima.

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