En otoño de 1921, Alice Prin conoció al artista visual estadounidense Man Ray, y los dos pronto entraron en una tormentosa relación de ocho años. Vivió con Man Ray en su estudio en la rue Campagne-Première hasta 1929, tiempo durante el cual hizo cientos de retratos de ella. Se convirtió en su musa en ese momento y en el tema de algunas de sus imágenes más conocidas, incluida la imagen surrealista Le violon d’Ingres (Violín de Ingres) y Noire et blanche (Blanco y negro).
En 1954, Man Ray, a un año de fallecida Alice Prin se hace retratar ante su icónica fotografía, tomada en 1922.

El rostro de él, es el de una persona de conciencia sucia atormentada por el remordimiento, mientras que el de ella, muestra la eterna y siempre bella mujer, que pasó a la historia del arte contemporáneo como Kiki Prin la reina Bohemia de Montparnasse.
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