En 1929, termina la construcción del Paseo del Prado, tal y como los conocemos hoy. El paseo se abrió paso entre innumerables palacios y hoteles de gran valor patrimonial, configurando un hermoso conjunto que compartía sus valores arquitectónicos con la magia de la cuidad encantada.
Es entonces cuando Bacardí, empresario cubano que había atesorado una inmensa fortuna con la destilación de alcoholes, decide trasladar y unificar sus oficinas en un lujoso edificio, que en su momento fue el más alto de La Habana.
El Edificio Bacardí, así bautizado, ocupó la esquina de las calles Monserrate y San Juan de Dios.
Pero ¡Valga Dios|, el proyecto Bacardí representa una ruptura en el contexto de la arquitectura colonial y barroca de los alrededores. Su estilo “Art déco” es una amalgama de influencias que provienen del constructivismo, el cubismo, y el futurismo europeo, asociados a elementos de arquitectura del Antiguo Egipto, donde la impronta en ciertas líneas duras y la solidez de las formas confieren monumentalidad y fuerte presencia en sus composiciones.
No obstante Cuba contar con grandes canteras famosas y mundialmente reconocidas por la calidad de sus piedras calizas, el Edificio Bacardí puede decirse que tiene mármol y granito de casi todas las naciones de Europa, pues contiene material procedente de Alemania, Suecia, Noruega, Italia, Francia, Bélgica y Hungría
Este edificio no es único en su artero ataque a nuestra Habana Colonial, y junto a su legendario murciélago, logotipo de la firma que ocupa un lugar cimero en lo más alto de su torre, son tan solo el primero, de otros muchos sacrilegios urbanos que le sucederán.
El Edificio Bacardí, así bautizado, ocupó la esquina de las calles Monserrate y San Juan de Dios.
Pero ¡Valga Dios|, el proyecto Bacardí representa una ruptura en el contexto de la arquitectura colonial y barroca de los alrededores. Su estilo “Art déco” es una amalgama de influencias que provienen del constructivismo, el cubismo, y el futurismo europeo, asociados a elementos de arquitectura del Antiguo Egipto, donde la impronta en ciertas líneas duras y la solidez de las formas confieren monumentalidad y fuerte presencia en sus composiciones.
No obstante Cuba contar con grandes canteras famosas y mundialmente reconocidas por la calidad de sus piedras calizas, el Edificio Bacardí puede decirse que tiene mármol y granito de casi todas las naciones de Europa, pues contiene material procedente de Alemania, Suecia, Noruega, Italia, Francia, Bélgica y Hungría
Este edificio no es único en su artero ataque a nuestra Habana Colonial, y junto a su legendario murciélago, logotipo de la firma que ocupa un lugar cimero en lo más alto de su torre, son tan solo el primero, de otros muchos sacrilegios urbanos que le sucederán.
Así ven mis ojos este retraso de historia que cuento, así de lamentable resulta tomar al pie de letra, el concepto de modernidad.