Gustave Courbet (1819- 1877) fue un pintor francés, fundador y máximo representante del Realismo pictórico. El propio pintor fue quien acuñó el término en 1885, cuando expuso algunas de sus obras en el Palacio de las Artes de la Exposición Universal de París, pero al ver el rechazo del jurado hacia algunos de sus cuadros, decidió inaugurar una exposición individual en las proximidades del campo de Marte, a la que bautizó con el nombre de «Pabellón del Realismo».
Courbet, tuvo fama de arrogante y efectista; afirmaba que «si dejo de escandalizar, dejo de existir». Algunos le achacaban que provocaba escándalos solo para entretener a las clases biempensantes y que, en realidad, su arte se mantenía fiel a cierta exquisitez formal. Sin embargo, otras voces, como Eugène Delacroix, lamentaban que Courbet malgastaba su habilidad al elegir temas sin un contenido «elevado» y sin «cribar» de ellos muchos detalles «innecesarios».
Gustave Courbet es conocido por su pintura de desnudos, expresión de su visión realista y provocadora del arte, que no se conforma con los cánones académicos ni con las convenciones morales de su época. El pintor francés, considerado el padre del Realismo, retrató el cuerpo femenino sin idealizarlo ni censurarlo, mostrando su belleza natural y su sexualidad libre. Así, sus obras desafiaron las convenciones artísticas y morales de su época, que preferían los desnudos alegóricos o mitológicos, más sutiles y decorosos.
Los desnudos de Courbet son una obra maestra del arte moderno, que anticiparon las vanguardias del siglo XX y abrieron el camino a nuevas formas de expresión y representación del cuerpo femenino. Su valor ético indiscutible reside en su honestidad y su valentía, en su rechazo a la hipocresía y la represión, en su defensa de la naturaleza y la individualidad. Sus obras son un testimonio de su visión del mundo y de su compromiso con el arte.
Courbet no pretendía escandalizar ni erotizar al espectador, sino confrontarlo con la realidad de la carne y el sexo, sin filtros ni tabúes. Sus desnudos son una reivindicación de la libertad y la dignidad del ser humano, más allá de las normas sociales o religiosas. Sus modelos eran mujeres reales, no idealizadas, que posaban con confianza y orgullo, sin vergüenza ni sumisión. Algunas de ellas eran sus amantes, como Joanna Hiffernan o Constance Quéniaux, a quien se atribuye ser la modelo de “El origen del mundo”, que muestra el sexo de una mujer en primer plano, una de sus obras más polémicas y censuradas.
Una de sus obras más controvertidas: “El sueño”, representa a dos mujeres desnudas abrazadas en una cama. Esta pintura fue considerada obscena y escandalosa por la crítica y el público de su tiempo, que las rechazaron por atentar contra la decencia y el buen gusto. Sin embargo, desde una perspectiva ética, se podría argumentar que Courbet no pretendía ofender ni erotizar a sus espectadores, sino más bien desafiarlos a confrontar la realidad sin prejuicios ni tabúes.
Courbet defendía el derecho del artista a pintar lo que quisiera, sin someterse a las normas establecidas por la sociedad o la religión. Así, sus desnudos son una reivindicación de la libertad creativa y de la dignidad humana, que no se basa en el pudor o la vergüenza, sino en el respeto y la igualdad. Sus escenas de mujeres desnudas en aparente sexo lésbico son un ejemplo de ello, ya que no las muestra como objetos de deseo masculino ni como víctimas de pecado, sino como sujetos de placer y amor mutuo. Courbet no las juzga ni las idealiza, sino que las pinta tal como son, con sus cuerpos reales y sus emociones auténticas. De este modo, sus desnudos son una invitación a la tolerancia y a la diversidad, que cuestionan los roles y las normas de género impuestos por la cultura patriarcal.
“El sueño” es un óleo sobre lienzo de gran tamaño (mide 135 por 200 cm), pintado en1866, encontrándose actualmente en el Museo del Petit-Palais, de París. También es conocido como “Las durmientes”, “Pereza y lujuria” o “Las amigas”.

Se trata de un cuadro de carácter sensual, propio de algunas de las obras que el autor pintó durante el Segundo Imperio. Protagonizan el cuadro dos figuras femeninas desnudas durmiendo, que recuerdan a las figuras de diosas mitológicas de la escuela veneciana. Trataba un tema morboso para la época en que vivió el artista: la relación sexual entre dos mujeres. Aún es objeto de debate si la pintura trata solo de representar el sueño inocente de dos amigas o se trata de una obra sobre el amor lésbico.
La puesta en escena es refinada. Las mujeres están sobre una cama, enmarcada por cortinas de terciopelo azul oscuro. Se ha considerado que, por la expresión del rostro, la mujer de cabellos rubios tiene un sueño erótico. En primer plano, sobre una mesita de madera con motivos florales en la tapa, hay un cáliz y un collar de perlas roto, han de interpretarse como alegorías. En efecto, el collar roto que pasa por debajo de la mujer morena, simbolizaría la falta cometida, mientras que el cáliz es signo de arrepentimiento. Al fondo, a la derecha, hay un jarrón con flores, posible regalo de una de las amigas a la otra.
“El origen del mundo”, es una controvertida pintura de desnudo, realizada en 1866. Oculta durante gran parte de su historia, la recibió el Estado francés en 1981, pero continuó almacenada hasta 1995. Desde entonces se exhibe en el Museo de Orsay de París. Fue adquirida por el anticuario Antoine de la Narde en la subasta que se realizó en 1868. Sus andanzas posteriores son, en cambio, poco claras. Desde 1995 se expone en el Musée d’Orsay de París junto con otras obras de Courbet.

“Mujer en las olas”, es una pintura creada en 1868, que en la actualidad pertenece a la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

La pintura representa en primer plano a una mujer joven sumergida en el mar que se apoya en una roca oscura. Su cabello ondulado, castaño rojizo, está casi escondido detrás de sus brazos levantados sobre su cabeza, cubriéndose el uno al otro, mientras varios mechones ondulados caen sobre su rostro. Al levantar los brazos, la mujer deja a la vista dos grandes pechos, que hacen aún más erótica la obra. Los brazos y los senos forman un contrapunto que conduce a una antítesis entre la contracción de los primeros y la expansión de los segundos. Pequeñas salpicaduras de agua golpean el torso de la joven y se vuelven más espumosas. El escenario de la imagen es oscuro, ya que el sol, en el lejano horizonte, está a punto de ponerse y la noche se avecina. Un barco se puede ver en la distancia.
El cuadro forma parte de una serie de desnudos realizados por Gustave Courbet entre 1864 y 1868, tras el éxito del cuadro “El nacimiento de Venus” de Alexandre Cabanel, expuesto en el Salón de 1863. El cuadro se caracteriza por un gran realismo, con el que Courbet contradecía las técnicas artísticas entonces aceptadas en el Salón, siendo por ello tildado de «vulgar» e incluso «obsceno». En efecto, el tratamiento realista de la piel, los volúmenes naturales y el no omitir la presencia del vello en las axilas no se corresponden con las bañistas tradicionales, además de que la curbetiana es mucho más sensual y provocadora. Se desconoce la identidad de la modelo.
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Algo muy difícil de entender pero muy bien representado
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Si ahora sus cuadros generan fuertes polémicas, podrás imaginar lo sucedido en el siglo XIX, ???
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Un pintor que reflejaba lo natural, tal cual, pero para la moral de la época resultaba escandaloso y polémico. Como de costumbre, muy bien explicado querido Volfredo. Un gusto leer tus post. Abrazosss😘😘😘
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Estamos hablando del padre del Realismo Pictórico, pinto su mundo cual tal era, sin máscara ni cosméticos, lamentablemente era un entorno que dejaba mucho bueno que desear: Feliz noche y un gran abrazo, ya te extrañaba, te juro.
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Estoy aquí disfrutando y aprendiendo con tus preciosas entradas. 😘😘😘
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Coubert…
Una maravilla, que sólo reconocen los que aman la vida sin tapujos. Los médicos, por ejemplo.
La vida es como es. ¿Para qué ponerle camuflajes?
Espero y deseo que el libro ‘Tierra Arrasada’ le cautive.
Un abrazo 🫂
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Courbet fue un innovador, un rompedor daríamos hoy, si bien Monet y Manet se independizaron del Salón y en rebeldía crearon el impresionismo, el tiro de gracias al academicismo fue dado por él.
Antes de Courbet la cultura se ocupaba de las representaciones de «temas elevados»: religiosos, históricos, mitológicos y retratos de las monarquías, toca a él el mérito de escoger los temas y personajes de la realidad cotidiana, y crear el Realismo tal y como lo conocemos hoy. Feliz fin de semana y cordiales abrazo.
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