Personas decentes: segundas partes nunca han sido buenas.

“Personas decentes” es una novela del escritor cubano Leonardo Padura, publicada en 2022, que narra dos historias paralelas ambientadas en La Habana de 1910 y de 2016. En la primera, el protagonista es Alberto Yarini, un hombre de buena familia que se convierte en el rey de la prostitución y el juego, y que se enfrenta a su rival francés Louis Lotot por el control del negocio. En la segunda, el protagonista es Mario Conde, un ex policía que se dedica a la compra y venta de libros antiguos para poder sobrevivir, es llamado por su antiguo jefe para investigar el asesinato de un exdirigente del Gobierno cubano que había sido censor de artistas y escritores a principios de la Revolución. Las dos tramas se entrelazan a través de un manuscrito que Conde encuentra en una librería y que cuenta la vida de Yarini.

“Personas decentes”, Leonardo Padura, 2022. Editorial TusQuets.

La novela es una reflexión sobre la decencia y la corrupción, sobre el arte y la censura, sobre el pasado y el presente de Cuba. Padura muestra con maestría las contradicciones y los cambios que vive la isla, especialmente en el año 2016, cuando se produce el histórico deshielo con Estados Unidos y la visita de Barack Obama, así como el concierto de los Rolling Stones y el desfile de modas de Chanel. El autor combina la realidad histórica con la novela policiaca, tratando de crear una trama compleja y fascinante basada en la realidad histórica, que atrape al lector desde la primera página, como lo hizo con mucho éxito en “El hombre que amaba los perros”, pero esta vez el recurso literario no logra funcionar.

La vida de Yarini ha sido varias veces recreada en la literatura cubana, el cine y el teatro, esto hace al tema un lugar común que, lejos de despertar interés, resulta manido. Por otro lado, el renegado y amargado ex policía Mario Conde, insiste cada vez más en sus vulgaridades, a tal punto, que lejos de reafirmar el dramatismo rudo de su accionar, solo consigue el rechazo a su actuar grosero.

El “Personas decentes”, al igual que en el resto de su literatura, Padura, lanza agudas críticas políticas de escasas solapas, aspecto que levanta interés en aquellos que aplauden cualquier manifestación de disidencia, sin buscar los atractivos estéticos y la riqueza psicológica de la novelística hispanoamericana, que tiene en la actualidad situados en la cumbre, escritores de la talla de Isabel Allende, Arturo Pérez Reverte, y Javier Marías, entre otros muchos que destacan y han visitado ya, a las páginas de Lo Real Maravilloso.


Escrita la anterior reseña, pienso que, como lector, esperaba de Padura una de sus novelas siempre exitosas por su novedad, originalidad, estructura y elegante estilo literario. Lamentablemente, a mi modesto entender, claro está, esta vez las expectativas no se han cumplido y con gusto explico mis razones, iniciando de esta forma un debate al cual están todos invitados.

En «Personas decentes», publicado en 2022, se pueden encontrar excesos de expresiones y escenas vulgares que reflejan la realidad cruda y decadente de la Cuba contemporánea. El autor no se corta a la hora de describir el lenguaje soez, la violencia, el sexo y la corrupción que rodean a los personajes de la novela, tanto en el presente como en el pasado. Algunas de las citas que ilustran este aspecto son las siguientes:

«¿Qué coño te pasa, Conde? ¿Te has vuelto loco o qué? ¿Cómo se te ocurre venir a joderme la vida a estas alturas?»

Esta cita corresponde al capítulo 9 de la novela, cuando el protagonista Mario Conde visita a su antiguo amigo y compañero de estudios, Carlos el Flaco, quien se ha convertido en un exitoso productor musical y guarda un oscuro secreto relacionado con el asesinato de un exdirigente del gobierno cubano. Conde le reprocha su falta de solidaridad y su complicidad con el poder, mientras que el Flaco le acusa de ser un fracasado y un resentido.

– «El tipo se había convertido en un hijo de puta de primera categoría, un verdadero cabrón que se había aprovechado de su posición para joder a todo el que se le pusiera por delante» (p. 35).

– «La mujer se abalanzó sobre él y le arrancó la camisa con una furia animal, mientras le mordía el cuello y le arañaba el pecho. Él le devolvió los mordiscos y las caricias bruscas, y en un instante se encontraron desnudos sobre la cama, sudorosos y jadeantes» (p. 87).

En la novela, Padura describe con crudeza y realismo escenas vulgares que describen personajes y situaciones. Por ejemplo, en el capítulo 4, Conde visita el apartamento donde fue asesinado el exdirigente del Gobierno cubano, que había sido un censor implacable de los artistas que no se sometían a las consignas de la Revolución. Allí encuentra una colección de pornografía y objetos sexuales que le provocan asco y repulsión:

«En el cuarto de baño encontró más sorpresas: una colección de consoladores de todos los tamaños y colores, algunos con forma de animales o frutas; arnés con un pene artificial; esposas metálicas; pinzas para pezones; anillos para el pene; bolas chinas; lubricantes; preservativos; y toallas manchadas de sangre y semen. Todo aquello le pareció una muestra grotesca y patética del deseo frustrado y enfermizo de aquel hombre que había tenido tanto poder y tan poca vida.» (Padura, Leonardo. Personas decentes. Tusquets Editores, 2021. Página 50.)

Mario Conde, el paradigmático antihéroe carismático y entrañable de Padura, representa el conflicto entre el deber y el deseo, entre la ley y la justicia, entre la resignación y la rebeldía. Es un personaje, que fuerza su credibilidad con groserías y descripciones soeces, que lejos de hacerlo real, lo lanzan al despeñadero del mal gusto. Este aspecto debe tenerse en cuenta.

Padura parece haber olvidado que el realismo no se logra solo con el uso de palabras malsonantes y descripciones escabrosas, sino con una construcción cuidada de los personajes, las tramas y los escenarios. En “Personas decentes”, los personajes son planos y estereotipados, las tramas son previsibles y confusas, y los escenarios son repetitivos y superficiales. Padura no profundiza en las motivaciones ni en las emociones de sus personajes, sino que se limita a mostrarlos como víctimas o victimarios de una sociedad injusta y cruel. Tampoco logra sostener el interés por el desenlace de las dos historias que se entrelazan en la novela: la investigación de episodios históricos y dos asesinatos cometidos en el pasado y la investigación de un crimen que ocurre en el presente y mueve la trama de una retrospectiva a otra. Ambas historias están llenas de clichés y coincidencias forzadas que restan credibilidad y originalidad a la narración.

Valga decir, que Padura en esta ocasión, no consigue transmitir la atmósfera ni el colorido de La Habana, una ciudad que ha sido el escenario principal de sus anteriores novelas y que ha sabido retratar con maestría y sensibilidad con anterioridad. En “Personas decentes”, La Habana es solo un telón de fondo gris y triste que no aporta nada al desarrollo de la acción ni al conocimiento del lector.


El proxeneta Yarini es uno de los personajes más célebres y controvertidos de la historia de La Habana. Su vida, proxenetismo y muerte han sido objeto de numerosas investigaciones, crónicas y novelas, entre ellas “Personas decentes”, novela que analizamos. En esta obra, el autor retoma el tema de Yarini como un pretexto para explorar la realidad social y política de Cuba a principios del siglo XX, así como las contradicciones y conflictos de una ciudad que se debate entre el progreso y la decadencia, el patriotismo y la corrupción, el amor y el sexo.

Alberto Yarini (izquierda) con su amigo y guardaespaldas Pepito Basterrechea. Foto. El Correo.

Sin embargo, ¿qué hay de novedoso en la aproximación de Padura a la figura de Yarini? ¿Qué aporta su novela al conocimiento histórico y literario de este personaje? ¿Qué recursos utiliza el autor para recrear la atmósfera y el lenguaje de la época? Estas son algunas de las preguntas que intentaré responder en esta reseña, partiendo del análisis de la novela y de su contexto histórico y cultural.

En primer lugar, hay que reconocer que Padura no es el primer ni el único escritor que se ha interesado por Yarini. Desde su asesinato en 1910, a manos de sus rivales franceses, el proxeneta ha sido protagonista o personaje secundario de innumerables obras literarias, como El rey de La Habana (1932), de Pedro Juan Soto; El rey del arrabal (1961), de Carlos Loveira; El rey del mundo (1978), de Miguel Barnet; El rey en el jardín (1981), de Senel Paz; El rey del mambo (1991), de Antonio Benítez Rojo; El rey del juego (1994), de José Luis García Rodríguez; El rey del barrio chino (1997), de José Manuel Prieto; o El rey en el jardín (2009), de Abilio Estévez.

Todas estas obras tienen en común el interés por rescatar la figura de Yarini como un símbolo de la identidad cubana, un héroe popular que desafió al poder colonial y a la moral burguesa, un hombre culto y refinado que defendió el honor y la dignidad de las prostitutas cubanas frente a las extranjeras, un líder carismático que se ganó el respeto y la admiración de sus seguidores y enemigos. Sin embargo, también tienen en común el hecho de basarse en la larga serie de mitos y leyendas que rodean la vida de Yarini, sin profundizar en su verdadera personalidad, motivaciones y circunstancias.

En este sentido, Padura se diferencia poco de sus predecesores, y no renuncia a los mitos y el tono exaltado que toca el elogio, común en la literatura cubana cuando se habla del elegante y educado proxeneta. La crítica literaria de un personaje a todas luces negativos, pierde su autenticidad ante la fachada brillante y seductora de Yarini, que enmascara su ambición desmedida y su crueldad con las mujeres, su complicidad con los políticos corruptos y su falta de escrúpulos.

Así, Padura sostiene el mito del proxeneta devenido héroe nacional tras su muerte y lo muestra como un producto más del sistema neocolonial que imperaba en Cuba tras la independencia formal de España. Un sistema que favorecía los intereses económicos y políticos de Estados Unidos y sus aliados locales, que marginaba y explotaba a las clases populares y generaba una profunda crisis social y moral. En este contexto, Yarini no es más que un oportunista que aprovecha su posición privilegiada para satisfacer deseos propios y ambiciones, sin importarle el sufrimiento de las mujeres que explota ni el interés de los hombres que lo desafían. Padura retrata a Yarini como un personaje complejo y contradictorio, que al mismo tiempo que se muestra arrogante y cruel, también es capaz de gestos de generosidad y lealtad. Un personaje que encarna las tensiones y contradicciones de una sociedad que se debate entre el pasado colonial y el futuro incierto, entre la tradición y la modernidad, entre la opresión y la libertad. Un personaje que, finalmente, paga con su vida el precio de sus ambiciones y osadías.

De este modo, se puede afirmar que Padura no aporta nada nuevo a la biografía de Yarini, sino que lo utiliza como un gancho para atraer lectores y despertar interés. Su novela “Personas decentes” es una investigación real de un tema de interés histórico, pero también es una repetición de un manido recurso ya utilizado en anteriores novelas por otros muchos escritores, historiadores y teatristas.

En conclusión, el libro “Personas decentes” es una obra que no aporta nada nuevo ni interesante al género policiaco ni a la literatura cubana, en adición, repite los mismos recursos estructurales de su novela “El hombre que amaba a los perros”, cambiado los escenarios de la ciudad de México a la barriada de San Isidro en La Habana.

#LoRealMaravilloso

#LiteraturaUniversal

#LiteraturaMágica

#PeriodismoCrítico

#Historia

https://www.volfredo.com/


8 respuestas a “Personas decentes: segundas partes nunca han sido buenas.

  1. Gracias por sus enseñanzas. En algún momento de mi vida, leeré ese libro, me lo apunto.
    Por el momento, y por mi estado emocional actual (debido a mi gran sensibilidad), no estoy en condiciones de ello.

    Parece casualidad, pero ayer mismo en la facultad, nuestro maestro nos habló del libro que se publicará en breve. El autor, un alumno suyo, que apenas ronda los cincuenta años, detalla perfectamente la brutalidad del ser humano, desde la Prehistoria… (canibalismo, traiciones en la lucha por la supervivencia del ‘Homo Neanderthalensis’… etc.). Me enteraré del título exacto, el nombre del autor y la editorial, para recomendárselo (sabiendo que le gusta ese tipo de lectura). Está documentado en estudios paleontológicos… ¡¡¡Son hechos reales!!!

    Un saludo.

    Le gusta a 1 persona

    1. Espero por las sugerencias de lectura, aunque en Cuba se hace difícil conseguir los libros, tengo varias formas de conseguirlo en formato digital, ya siento ansiedad por conocer las referencias.
      Lo Real Maravilloso suele publicar sobre arte y literatura, además, hay espacio para todos, máxime si provienen de personas que han hecho de la Pasión y el Alma de un niño, sus referentes en la vida.
      Feliz día y cordial abrazo.

      Me gusta

      1. Buenas noches, desde Madrid.

        Aunque ahí, debido a la diferencia horaria, entre ambos países, nada tenga que ver con España.

        El título, del libro prometido, es:
        ‘Tierra Arrasada’

        Su autor: Alfredo González Ruibal

        Editorial: Gerraenlauni
        Lo vende: ‘La casa del libro’

        Clasificación: Crítica

        Sinopsis:
        Un viaje por la violencia del paleolítico, al siglo XXI.

        Espero que estos datos, sean suficientes para localizarlo.

        Un afectuoso saludo.

        Le gusta a 1 persona

  2. Querido Volfredo, no he leído el libro de Padura, le he conocido y me ha interesado gracias a ti. Las citas que pones de su novela, sí que pueden resultar malsonantes si están fuera de contexto, pero creo que dentro del contexto de la novela, es una forma realista de decir las cosas como son y hablar de la cruda realidad. Por cierto, sabes que aquí tenemos a un Mario Conde, banquero, que estuvo en la cárcel, hace años, por delitos de estafa y apropiación indebida. Casualidades, o no. Y de Yarini creo que ya hemos comentado en otra entrada tuya.
    Como siempre, excelente entrada y gracias por compartir. Un fuerte abrazo.

    Le gusta a 1 persona

    1. Querida Marylia, Padura es un gran escritor, que surgió del periodismo crítico y tiene un lenguaje directo. Pienso que «El hombre que amaba los perros», es una gran novela, recreada en sucesos históricos verídicos que transcurren en paralelo a la acción principal de la novela. Mi crítica, hoy radica, en que la estructura y diseño se repite en «Personas Decentes», tendencia está que no debe repetir. Es un gusto enviarte un cordial abrazo que recorra el Atlántico en tu búsqueda. Feliz noche

      Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s