Suzanne Valadon: modelo, y pintora de vida bohemia.

Como todas las buenas historias, esta empieza con una partida. A los 14 años (corría el 1880), dejó su casa en Limosin, y se fue a probar suerte a París. Su madre (costurera y criada), la tuvo sola y nunca se supo de su padre, al menos no hay datos.

Aún conservaba su nombre de nacimiento, Marie-Clémentine Valade, cuando, dos años después, la encontró un acróbata moreno haciendo malabares con unas manzanas que había robado y se la llevó con él al circo. Duró poco como trapecista, el apuro, la valentía arrebatada, y un mal giro le ocasionó un accidente que la alejaría para siempre del circo.

En una de sus presentaciones en el circo Mollier se encontraba el pintor Toulouse-Lautrec entre el público. ¿Cómo no maravillarse frente a su belleza? Se acercó amistoso después del espectáculo, con su barba, su bastón, su metro cincuenta y la miró de arriba abajo, la estudió minuciosamente y comprobó lo que había visto desde la tribuna: era preciosa. Entonces le dijo que quería pintarla, que fuera su modelo, su musa, que posara para él.

Durante la Belle Époque, el mundo del espectáculo formaba una unidad y los artistas circenses poca diferencia establecían con las bailarinas de cabaret. En los bares y tabernas, los acróbatas, los pintores y los poetas bebían juntos y brindaban por una Francia más libre. La bohemia era una forma de vida, requería ética y estética, y Suzanne Valadon tenía ambas cosas. Así fue que posó para Edgar Degas, Pierre-Auguste Renoir y Pierre Puvis de Chavannes, entre tantos otros. No había pintor en todo París que no soñara con el desafío de poner en el óleo su belleza irreproducible.

Una noche en el atelier de Toulouse-Lautrec, mientras desnudos bebían vino, recostados sobre el parqué, Suzanne Valadon le mostró sus dibujos. Lautrec quedó encantado, tan es así que un día, bebiendo con sus amigos pintores, mostró uno de estos dibujos y, sin decir quién los había hecho, les pidió que adivinaran. La sorpresa fue saber que la musa, la gran musa guardaba dentro de sí una artista prometedora.

La relación con Suzanne con Henri próspero a punto de proponerle matrimonio, pero la promiscuidad en la que ambos vivían hizo que la convivencia no prosperara, y en 1888 terminó el vínculo con un intento de suicidio por parte de Suzanne.


Su juventud y su belleza hicieron que pronto se convirtiese en una modelo muy solicitada, ella era realmente bella y todos competían por sus servicios de modelo y amante.

Suzanne Valadon en “La trenza” de Pierre Auguste Renoir (1886).

Fue modelo y aprendió técnicas pictóricas posando para Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Pierre-Auguste Renoir y Pierre Puvis de Chavannes, y mantuvo relaciones íntimas con algunos o todos ellos. Fue asidua a los bares de mala reputación de Montmartre, donde la burguesía parisina acudía a encanallarse en refinamientos mundanos. Fue en uno de esos bares donde Toulouse-Lautrec hizo de ella el motivo de un retrato: La Buveuse (La Bebedora).

Suzanne Valadon es “La bebedora” (1888) de Henri de Toulouse-Lautrec.

Muchos artistas la pintaron por su intensa mirada de ojos azules. La profesión de modelo, al principio, parecía un trabajo muy adecuado para una chica joven, hermosa, y sin muchas perspectivas de futuro. La relación establecida entre pintores y modelos constituyó un mundo muy especial, hay muchas historias de modelos que se convirtieron en amantes de los pintores, y ella no era excepción ni noticia.

Suzanne fue retratada por muchos de los grandes artistas del momento. Podemos decir que fue una de las modelos favoritas de Renoir, representada en la obra “Danse à la ville”, “Danse à la champagne”, publicada en 1883.

Esta experiencia como modelo influyó en su formación como pintora y en su trabajo posterior, al abrirle las puertas al saturado mundo artístico de Montmartre. Ella fue una artista moderna, que pintó y estuvo interesada en los mismos temas que muchos de los artistas para los que modeló.

El almuerzo de los remeros (1881) de Pierre-Auguste Renoir.

En “El almuerzo de los remeros “, Renoir nos presenta una escena de sobremesa en una terraza sobre el río en la que comen y descansan unos remeros y unas mujeres jóvenes, además de otros clientes del bar. Los remeros llevan su uniforme, mientras ellas llevan un vestuario a la moda de la época. Todos los personajes son amigos cercanos del pintor, algunos pintores y otros, marchantes de arte, además de Aline Charigot, su futura esposa. Suzanne Valadonaparece doble: la mujer de la izquierda y la del centro

Suzanne nunca recibió una educación artística formal y fue a través de la obra del pintor, desde su posición de modelo, que aprendió el oficio observando con atención los gestos, la técnica, la forma de construir la pintura, la composición y la organización de los personajes. Suzanne construirá su obra a partir de esta visión de observadora y observada, lo que forma una relación especial y privilegiada.

Degas se fijó en las líneas vivas de sus dibujos y pinturas y la animó a continuar pintando. Conoció el éxito en vida y pudo salir a flote a pesar de las dificultades económicas de su juventud y sacar a su hijo adelante, al que llamó Maurice Valadon, pero al que luego cambió el apellido al ser reconocido y adoptado por el también pintor Miquel Utrillo.

Los dibujos protagonizan la primera etapa de su vida como artista, desde 1883 hasta 1893, prácticamente todo lo que se ha conservado en su obra son dibujos. Ella misma es la modelo y a su vez la pintora. Empieza por dibujar, centrándose en ella misma, y en la vida cotidiana y las costumbres que constituyen su mundo más íntimo.

A principios de la década de los 90 comenzó a introducir el color en sus pinturas; acentúa su trabajo con pastel y comienza a pintar en el óleo. Junto a Lautrec, Suzanne descubre las grandes posibilidades del color, al mismo tiempo que experimenta con los desafíos del lienzo en blanco. Poco a poco, penetra en el mundo de la pintura. Más tarde Degas le enseñó la técnica del aguafuerte. Así crece como una artista rodeada de pintores y protegida por Degas.

Suzanne Valadon pintó naturalezas muertas, ramos y paisajes admirados por la fuerza de su composición y colores vibrantes. También es conocida por sus desnudos. Sus primeras exposiciones, a comienzos de los 1890, se componían principalmente de retratos, uno de ellos de Erik Satie, con quien mantuvo una relación en 1893 y quien le propuso matrimonio tras su primera noche juntos.

Espíritu libre y caprichosa hasta la extravagancia, se la conocía por llevar consigo un manojo de zanahorias y tener una cabra para que «se comiera sus malos dibujos», en un estudio donde alimentaba a sus gatos con caviar los viernes.

Se casó en 1896 con el agente de cambio y bolsa Paul Moussis, del que se separó en 1909, aburrida de la vida burguesa: Suzanne dejó a su marido y se enamoró de un amigo de su hijo, André Utter, 20 años más joven que ella, un electricista que quería ser pintor, y admiraba mucho a Valadon. Aunque nunca se convirtió en un gran artista, se encargó de gestionar la obra de Valadon y Maurice Utrillo.

Utter descubrió un mundo de sensualidad que le era desconocido, y era el modelo de muchos de los desnudos masculinos que hacía Suzanne. Esta tumultuosa unión duró unos veinticuatro años. Uno de sus lienzos más conocidos es el de “Adam et Ève”, donde André es Adán y ella, Eva.

“Adán y Eva” (1909) de Suzanne Valadon, donde ella es Eva y André Utter es Adán.

Con posterioridad, Utter la engaña y Suzanne queda sola durante los últimos años de su vida, pero no por mucho tiempo, pronto recoge a un hombre más joven que ella. No sabía quién era ni de donde vino, decía llamarse Gazi y quería ser pintor, pero ganaba la vida tocando la guitarra en un bar. Suzanne lo lleva a vivir con ella, y lo mantuvo a su lado durante los últimos cuatro años de su vida.

Suzanne Valadon murió el 7 de abril de 1938, rodeada de sus amigos pintores, André Derain, Pablo Picasso y Georges Braque. Fue enterrada en el cementerio de Saint-Ouen.


  • Marie-Clémentine Valadon (1865-1938, 72 años).
  • Cónyuge: Paul Moussis (1896-1909), André Utter (1914-1938).
  • Parejas: Miquel Utrillo (1889-1893), Erik Satie (desde 1893), André Utter (1914-1919).
  • Hijos: Maurice Utrillo

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5 respuestas a “Suzanne Valadon: modelo, y pintora de vida bohemia.

    1. La discriminación de género ha existo desde siempre en todos los países y culturas, el arte no es una excepción. Las féminas pintoras han sido muy marginadas, de eso no hay dudas. Un cordial abrazo desde Cuba, dónde siempre existe el calor ambiental y humano (para los buenos amigos, está claro).

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