Escribir sobre sobre Miguel Ángel resulta un reto. A temprana edad ya era reconocido como el artista más grande del renacimiento. Fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida: “Le vite de’ più eccellenti pittori, scultori e architettori”, de Giorgio Vasari, publicada en 1550, en la cual fue el único artista vivo incluido, y “Vita de Michelangelo Buonarroti”, escrita en 1553 por Ascanio Condivi, pintor y discípulo de Miguel Ángel, que recoge datos facilitados por el mismo Buonarroti. Fue muy admirado en vida por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino.
Benedetto Varchi, el 12 de febrero de 1560, le envió una carta para pedirle regresara a Florencia desde Romo, donde se encontraba trabajando para el Vaticano, en nombre de todos los florentinos diciéndole:
«… toda esta ciudad desea sumisamente poderos ver y honraros tanto de cerca como de lejos… Vuestra Excelencia nos haría un gran favor si quisiera honrar con su presencia su patria».
Michelangelo Buonarroti (Caprese, 6 de marzo de 1475-Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obras arquitectónicas.
Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo. La escultura, según había declarado, era su predilecta y la primera a la que se dedicó; a continuación, la pintura, casi como una imposición por parte del papa Julio II, quien le contrato con carácter permanente para que decorara la bóveda de la Capilla Sixtina; y ya en sus últimos años, realizó proyectos arquitectónicos.
Desde muy joven, Miguel Ángel manifestó sus dotes artísticas para la escultura, disciplina en la cual empezó a sobresalir. En abril de 1488, con doce años de edad y gracias al consejo de Francesco Granacci, otro joven que se dedicaba a la pintura, entró como aprendiz en el taller de los famosos Ghirlandaio (Domenico y Davide). Su familia del artista y los Ghirlandaio formalizaron un contrato de estudios por tres años. En este sentido, podemos decir que nació con la bendición de Dios, en el lugar adecuado, en el momento adecuado, pues Florencia era ya considerada como la cuna del Renacimiento.
Allí permaneció como aprendiz durante un año, pasado el cual, bajo la tutela de Bertoldo di Giovanni, empezó a frecuentar el jardín de San Marcos de los Médici, donde estudió las esculturas antiguas que había allí reunidas. Sus primeras obras artísticas despertaron la admiración de Lorenzo de Médici, también conocido como el Magnífico, que lo acogió en su Palacio de la “Via Longa”. Con el rico mecenazgo de los Médici, ricos banqueros que gustaban y conocían del arte verdadero, los caminos se abrieron al futuro sin tropiezos.
Lorenzo de Médici, fue un estadista italiano y gobernante de facto de la República de Florencia durante el Renacimiento italiano. Príncipe de Florencia, mecenas de las artes, diplomático, banquero, poeta y filósofo renacentista. fue una de las figuras políticas más destacadas de Italia durante el siglo XV.
Entre los años 1490 y 1492 Miguel Ángel, siendo un adolescente hizo sus primeros relieves: la “Virgen de la escalera” y “La batalla de los centauros”, conservados en la Casa Buonarroti de Florencia, en los que ya se puede apreciar una clara definición de su estilo. Se muestra como el claro heredero del arte florentino de los siglos XIV y XV, a la vez que establece una vinculación directa con el arte clásico.
Después de la muerte de su bienhechor Lorenzo el Magnífico en 1492, Miguel Ángel decide buscar nuevos horizontes y patrocinios, razón por la que marcha a Roma el 20 de junio de 1496.
La primera escultura que realizó en Roma, fue un Baco con un sátiro de medida natural, con gran parecido a una estatua clásica, encargada por el cardenal Riario, que luego la rechazada y vende al banquero Jacopo Galli.
El dios Baco, conocido en la mitología clásica, como Dionisio, es el dios de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, estado de plenitud máxima y experiencia de unidad de los sentidos, en la que pensar, sentir, entender e incluso hacer están armónicamente integrados para brindar placer.



El Baco es una obra en la cual, cada una de sus partes, corresponde a la descripción de los escritores antiguos sobre su aspecto festivo: el rostro tiene deformaciones y la expresión de una persona ebria, y los ojos llenos de lascivia, son los de aquellos que se han dado en exceso a los placeres del vino. Su mirada se fija tanto en los espectadores como en la copa de vino que lleva en la mano y parece invitar a todo aquel que lo mira a beber. Sostiene una copa con la mano derecha, como quien está a punto de ingerir un largo sorbo, y la mira amorosamente, sintiendo el placer del licor que es su gran inventó; motivo por el cual se le representa coronado con un trenzado de hojas de vid… Con la mano izquierda sostiene un racimo de uva, que hace las delicias de un pequeño sátiro alegre y vivo que hay a sus pies.
Si la observamos en detalle, podemos apreciar, que el Dios romano no cuenta con el cuerpo atlético típico del renacimiento y de la antigüedad, y permite apreciar el deterioro que producen los muchos vicios sobre el cuerpo humano.
El Baco, también pierde el equilibrio y se contonea como todo el que ha bebido en exceso, y para lograr este efecto, Miguel Ángel se vale del recurso clásico del “contraposto”, empleado desde los tiempos del escultor griego Policleto: así se genera la estabilidad del cuerpo del Baco, con una pierna activa, que soporta el peso.
El “contraposto” permite que la figura sea creíble. Porque el dios del vino está de pie, pero con paso titubeante, con su torso girado y la espalda llevada un poco hacia atrás; debido a los efectos del vino en su organismo.
“El Baco ebrio con un sátiro”, es la primera gran obra maestra de Miguel Ángel, donde se muestra la característica constante de la sexualidad en su escultura. Con 21 años y después de una serie de esculturas de formación en Florencia y Bolonia, se puede decir que el Baco marca el paso al joven Miguel Ángel para convertirse en un escultor competente, capaz de igualarse con el resto de los artistas italianos de su tiempo. Pocos años después, en plena juventud, con la ejecución de “La Pietà” y el “David”, superará con la maestría y genialidad de sus creaciones a todos sus contemporáneos y pasando a ser reconocido desde entonces como el escultor más grande de la Historia.
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Gracias, Volfredo, bella e instructiva crónica para un despertar, un abrazo
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Es muy temprano para aceptar la invitación del Baco, pero con este frío más tarde habrá que tenerla en cuenta. Feliz día.
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Para mi Miguel Angel y Botticelli son los mejores del Cinquecento y da Vinci lo están sobrevalorando, en mi humilde opinion. Un saludo amigo cubano. Alégrate que allá en Cuba no haga tanto frio como aquí, estamos a zero grados…
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Voy a defender una tesis en tres posts que siguen: si Miguel Angel se hubiese retirado a los 27 años, había ya hecho lo suficiente para ser el mejor escultor de la historia, sencillamente fue y es insuperable. Feliz día y un poco de sol del trópico, aquí la temperatura está muy agradable, y el cielo es uniformemente color azul turquesa, no hay una sola nube y la luz lo inunda todo, invitación abierta a los impresionistas a que nos visiten. Un abrazo.
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Fenomenal! Aquí también brilla el sol, pero con frio, no es una temperatura desagradable, para mi es idónea pues ha subido a los 16 grados que es la temperatura que mas me gusta. Estoy a la espera de los siguientes posts que has mencionado. Un abrazo.
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Con mucho gusto, mañana nos prometió visita la Pietá seguida del David con su colosal belleza. Feliz día.
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Vale, te espero. Bon dia
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Feliz día
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Miguel Ángel un genio. Magnífico.
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Seguro, a los 27 años ya había garantizado su paso a la historia como el escultor más grande de la historia.
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Excelente artista e interesante artículo Wolfredo me encanta todo lo que nos muestras
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Cuanto me agrada Glice, feliz tarde
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Cualquier escultura que ha hecho, está llena de sensualidad, una sensualidad «santa». Sin importar el sujeto o il tema. Qué don increíble que tenía. Un envíado por las divinidades, todavía ángeles que caen del cielo para demostrar una obra eterna.
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Pienso que es así, no en valde le llamaron en vida «El divino», y falta por publicar la Pietá y el David, las esculturas más hermosas jamás realizadas por un ser humano. Un cordial abrazo.
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