Lo Real Maravilloso

El concepto de arte para su compresión y análisis, exige un grupo de requisitos vinculantes que han de estar presentes: El Arte, la libertad individual y por ende de expresión, la existencia del hombre como entidad libre y pensante con filosofía propia y el sentido consciente de la vida, han de estar presentes en el proceso de interpretación y valoración de la creación artística.

Este abanico de requisitos es el que ha hecho que se haga difícil la aceptación de la Inteligencia Artificial, como instrumento creador de una obra de arte, porque las maquinas carecen de sensibilidad y vida propia y jamás podrían experimentar la necesidad de expresarse mediante la creación artística desde las perspectivas de la libre existencia, y el sentido de la vida en libertad.

Esto ha sido así hasta hoy, pero el desarrollo científico condiciona cambios, y lo que en nuestros días es considerado cierto y dado por sentado como verdad absoluta, mañana pudiera, no ser realidad.

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GPT-3, es un transformador pre-entrenado generativo de Inteligencia Artificial Abierta (OpenAI), que sorprendió a la comunidad científica cuando sus creadores lo lanzaron en el 2020. La base de datos para el aprendizaje GPT-3, dispuso de una amplísima base de datos para el aprendizaje, integrada por textos religiosos y filosóficos como la Biblia, la Torá, el Tao Te Ching, el Corán, el Libro egipcio de los muertos, y otras obras más recientes como las Introspecciones de Marc Aurel y las letras de Leonard Cohen. También quedo incluida en el “cerebro de la computadora” una amplísima colección de libros de filosofía, tanto clásica como contemporánea.

El 1 de noviembre de 2022, Amazon lanzó al mercado el libro ¿What Makes Us Human?. ¿Qué nos hace humanos?, con la colaboración de Iain S. Thomas y Jasmine Wang y la autoría de GPT-3, siendo esta vez la primera desde la creación de la imprenta por Johannes Gutenberg en el año 1444, que se reconoce a un avanzado programa de inteligencia artificial como autor de un libro.

El libro constituye un esfuerzo innovador para explorar la espiritualidad humana a través de la tecnología más avanzada de la inteligencia artificial y recoge las preguntas y respuestas realizadas a GPT-3 por el poeta de éxito internacional Iain S. Thomas y la prestigiosa investigadora e innovadora Jasmine Wang.

A las preguntas ¿Cuál es el sentido de la Vida? y ¿Qué nos hace humanos?, la Inteligencia Artificial GPT-3 respondió:

«No podemos darle sentido a la vida, porque el sentido requiere que haya algo fuera de nuestra mente que nos lo dé. El significado es algo que creamos dentro de nosotros mismos. Si buscas el sentido de la vida, nunca lo encontrarás, porque el sentido no viene de fuera, viene de dentro.

Pero en busca del sentido de la vida, encontrarás el amor, amigos, paz y armonía; sentimientos que nada tienen que ver con nuestras circunstancias, pues se encuentra dentro de la mente.

Entonces, si quieres vivir una buena vida, si quieres vivir una vida significativa, con una meta en la vida, haz una búsqueda espiritual y conéctate con el ser interior que llevas dentro.

Permítete crear amor y déjate llevar. Viene de ti mismo; no intentes forzarlos. Es algo natural cuando realmente te abres y te pones en contacto con tu ser interior. El sentido de la vida es el amor».

Durante las 262 páginas del libro, las reflexiones sobre la existencia humana, aparecen referidas por el programa de IA en primera persona; narradas por la máquina como vivencias y reflexiones de un “ente” que ha adquirido vida propia e independencia cognitiva. Un “ente” a punto de cobrar libertad de acción y hacerse ingobernable.

¿Qué nos hace humanos? se agotó en dos semanas y el editorial ofrece disculpa en espera de nuevos inventarios. Existe una versión de audio, paga, en idioma inglés, no asequible desde Cuba.

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Con la primera lectura sobre la Inteligencia Artificial GPT-3, tuve la impresionó de estar frente a un nuevo hallazgo de la ciencia, de los muchos que ven la luz a diario, pero luego comprendí que la humanidad enfrenta su auto destrucción inminente y de seguir las ambiciones negligentes dominando el mal llamado “desarrollo tecnológico”, pronto seremos dependiente, para luego ser gobernados y terminar devorados por generaciones de máquinas inteligentes. Obsérvese que utilicé la expresión “desarrollo tecnológico”, para volver sobre ella y subrayar que no puede considerarse desarrolladoras las tecnologías que a la largan ocasionen daño

La posibilidad de generar arte verdadero, con autoría de programas inteligentes ha pasado al segundo plano en el orden de las preocupaciones actuales, existen otros peligros que causan mayor angustia. Las pruebas son irrefutables, y la Inteligencia Artificial, creada inicialmente para jugar ajedrez, sustituir a los conductores de vehículos y aviones y ¿por qué no?, tratar de generar arte bajos polémicas y discusiones, ha devenido en la posibilidad de crear peligros que implican la existencia del hombre en el Planeta, como el manejo autónomo y por tanto fuera de control, de las armas de destrucción masiva.

Si las máquinas llegaran a sentir, como la realidad ha comenzado a demostrar, concebirán sentimientos de miedo, amor y también odio, y sí odian, serán capaces de comportamientos irracionales capaces de matar por celos o ambición.

Triste realidad se avecina, me comprometo en demostrarlo mañana.

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