En la imagen, un niño juega al fútbol en las colinas de Soacha, a las afueras de Bogotá, en Colombia. La mayoría de los inmigrantes viven ilegalmente en el vecindario y, a menudo, la policía los obliga a irse.

Esta bella fotografía narra una historia de lucha por la supervivencia. Es un canto vital que elogia al futbol; es un bello poema revelado en una imagen. En un entorno miserable, donde sombríos habitáculos de desechos reciclables, a duras penas pueden guarecer a sus moradores del frio y la lluvia. Al fondo, una cruz improvisada hecha de madera rustica, protege a un niño que juega, orgulloso de portar la camiseta que distingue al equipo de futbol de Catar, el país más rico del Planeta, sede del actual mundial 2022.
El niño se llama David, así lo imagino. Juega al futbol mientras fragua la inspiración bíblica de vencer a Goliat, con goles hechos de hambre, pasión, esperanzas frustres y perseverancia.
Imagino a Jesús muy complacido porque el niño le honra con una cruz rústica de madera y le pide presencia para proteger sus juegos. Jesús dio la vida por los pobres y no es ajeno al dolor, al sufrimiento extremo y al hambre. Imagino al niño, con todo su empeño puesto en la pelota, tiene que hacerse campeón por esfuerzo propio, él no puede pagar entrenadores y compró con abstinencias su pelota y camiseta; es la única opción para sacar de la miseria extrema a su familia. Esta es la esencia y fuerza del futbol en Latinoamérica, este es el atributo de sus atletas triunfadores, hechos de sangre y fuego.
Mientras escribo, se desarrolla la vigésima segunda edición (22°) de la Copa Mundial de Fútbol masculino organizada por la “Federation Internationale de Football Association” más conocida por sus siglas, FIFA.
La elección de Catar como país anfitrión se decidió en diciembre de 2010, meses después de la contienda en Sudáfrica. Es el primer país de Medio Oriente en albergar un mundial.
El encuentro futbolístico contará con la celebración de 64 partidos desde la fase de grupos hasta la final, que se lleva a cabo desde el 20 de noviembre hasta el 18 de diciembre de 2022. Todos los partidos se jugarán en los ocho lujosos estadios de diseño exclusivo, que ha preparado Catar para el mundial, repartidos en cinco distritos de su capital, Doha.
Estos son: Lusail Stadium (con capacidad para 80.000 personas); Al Thumama Stadium (69.000 personas); Ahmad bin Ali Stadium (40.740 personas); Al Janoub Stadium (40.000 personas); Khalifa International Stadium (40.000 personas); Education City Stadium (40.000 personas) y el Stadium 974. Cabe mencionar que todos los estadios serán reacondicionados con posterioridad al evento y reducirán su capacidad para servir también como centros comunitarios.

Dado la pequeña extensión territorial de Catar, 11586 km², superficie que corresponde a la décima parte de la superficie de Cuba, no habrá grandes distancias entre una y otra instalación deportiva, tal como en anteriores ediciones. Incluso, según informó FIFA, se podrá asistir a dos partidos en un mismo día.
Según el medio especializado en economía deportiva, “Front Office Sports”, Catar gastó al menos 300,000 millones de dólares en albergar la Copa del Mundo 2022. He aquí el listado del coste de los 8 mundiales más caro de la historia, para que puedan establecer comparación.
La lista de los ocho mundiales más caros de la historia (en dólares):
- Qatar 2022: 300.000 millones
- Brasil 2014: 15.000 millones
- Rusia 2018: 11.600 millones
- Corea del Sur-Japón 2002: 7.000 millones
- Alemania 2006: 4.300 millones
- Sudáfrica 2010: 3.600 millones
- Francia ’98: 2.300 millones
- Estados Unidos ’94: 500 millones
- Total, de gastos de los 7 mediales más caros precedentes: 138,300 millones de dólares.
La conclusión de este despilfarro es abrumadora: Catar gastó en la construcción de facilidades deportivas y organización del mundial, 3 veces más dinero que los 7 mundiales más caros que le precedieron en la historia de la FIFA, tomados en conjunto.
Reportes indican que el país anfitrión gastó no menos de 10,000 millones de dólares en los siete estadios construidos y en la remodelación de uno (el estadio Khalifa). El resto fue destinado a infraestructura de transporte, hostelería, telecomunicaciones y seguridad, incluidos 36,000 millones en el sistema de metro de Doha, un nuevo aeropuerto, carreteras y más de 100 hoteles, entre otros.
En una ocasión, expresé en uno de mis escrituras, que Dios brota de mi corazón cuando la primavera necesita savia para sus flores. Hoy añado: Dios no gusta de la opulencia y cuando observa semejantes derroches en un mundo donde la UNICEF a duras penas recauda sus insuficientes fondos para salvar a millones de niños del hambre y las enfermedades, muere una vez más de pena. Agoniza mientras guarda para otros sus bendiciones.
Hoy amanecemos con la gran noticia: Con el empate entre Países Bajos y Ecuador (1-1), la anfitriona Catar se convirtió en el primer país eliminado en Copa del Mundo 2022, record negativo que se implanta por primera vez en la historia, en un país sede de un mundial.
El equipo dirigido por Félix Sánchez cayó en el partido inaugural frente a Ecuador (0-2), siendo la primera selección anfitriona que pierde el partido inaugural de un Mundial.
El dinero no garantiza el éxito, no compra la voluntad de Dios. El equipo de futbol del estado de Catar, ha hecho el papel más pobre y lamentable de un país anfitrión, en la historia de los mundiales de futbol.
¡Alabado sea Jesús Cristo, Señor de la Justicia y la Historia!, acojo con alegría y pasión de futbol su voluntad.
#LoRealMaravilloso
#HondaDeDavid
#PeriodismoCrítico
#ReligiónyMagia
Qué abrumador texto, aunque la sonrisa del niño y el tributo que le brindas a los deportistas latinoamericanos son hermosos. Coincido contigo. El despilfarro es atroz. Hay incluso aire acondicionado en los estadios. Se supone que es una fiesta para unir a las naciones y termina siendo otra muestra del mercantilismo más monstruoso que está destruyendo a nuestro planeta.
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Es una dura realidad, que lejos de admiración causa pena. Feliz fin de semana Paula, es un gusto recibir tus comentarios.
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Estoy totalmente de acuerdo Volfredo, es un despilfarro imperdonable especialmente a sabiendas de las grandes necesidades que están sufriendo tantos en este mundo. Pero a los ricos no les importa, jamás le ha importado, la lucha por la supervivencia de los pobres del mundo. Catar es un país que no respeta a nada ni a nadie salvo el dinero y el estatus que quieren lograr en el mundo. Yo, amante fanático del futbol, me encantaría presenciar un mundial, especialmente cuando juega España tan bien como ha comenzado este, pero no pongo un pie sobre esas arenas de Catar. Se han gastado no solo dinero, pero ha costado muchas vidas construir esos estadios, que sabe Dios lo que harán con ellos después del mundial… han tratado a los obreros migrantes como animales. Un saludo amigo y feliz día.
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Querido amigo, yo he trabajado en Catar y conozco por experiencia personal la historia. Es tal como dices, es cruda y testimonial verdad, esa es la razón por la cual aseguro, que el dinero no compra goles y valga, Catar ha sido el país anfitrión con el peor desempeño en la historia de los mundiales de futbol. Dios hizo justicia. Un abrazo y feliz fin de semana
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Así es Volfredo, Dios siempre hace justicia, nadie se escapa… Un abrazo
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Un abrazo
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Un gran despilfarro con las necesidades que vive el mundo actualmente y siempre
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Unos mueren de hambre y otros despilfarran, pero no pueden comprar goles.
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