Resiliencia y cubanía.

La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad.

Desde la neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión existencial. La resiliencia es la entereza más allá de la resistencia, es la capacidad de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas.

Cubanía, es la condición que me es inherente como persona jurídica, por haber nacido en esta tierra, y va mucho más allá, al identificar guarapo de caña brotando con mi sudor de verano, mientras rasgo la tierra en busca de una tasa de humeante café.

Cubanía, es la cualidad de ser cubano, y a la vez algo más que un simple concepto. La cubanía es algo inmaterial e intangible, es una impresión esquiva que no se deja atrapar fácilmente por las palabras, que no se puede sintetizar, ni resumir en una frase o en un párrafo.

Se pueden dedicar muchos pliegos de papel e incluso escribir todo un libro acerca de lo que es la cubanía, y aún no estaría incluido todo lo que este concepto abarca, la esencia misma de lo que es Cuba, la savia y esencia de su pueblo.


Eran media noche, el calor y los mosquitos no me permitían conciliar el sueño, en una húmeda cama que flotaba naufraga en un mar de sudor. Si, “flotaba”, han sido tantos los eventos que vienen y van, que la cama, la almohada y sus sábanas han aprendido a nadar; otrora blancas; ahora cetrinas, porque lavanderas impenitentes y piruetas mágicas, no logran borrar la huella del sudor nocturno que todo tiñe de amarillo.

Luego me sumerjo en el conflicto existencial y shakesperiano de mis insomnios “ser o no ser”: si abro las ventanas, me devoran los mosquitos, aliados incondicionales de Mefistófeles, si no lo hago, muero de asfixia una y otra vez. Es tan profundo mi conflicto existencial, que intra psiquis, termino aceptando la trascendencia de Shakespeare. Todas y cada una de sus palabras trasciende en mí, él fue el dramaturgo de la realidad en sus angustias y nació en una isla, esa condición nos hermana pasados cuatro siglos ya, de su muerte física, entre otras muchas razones.

Creo estar soñando, pero no, no sueño, yazgo en plena realidad. Vigil escucho con claridad un pregón, un pregón inaudito que confundo con mis sueños freudianos. Entre desazones y mal dormir, el caudal irracional de mis pensamientos no brota en esta ocasión del inconsciente, todo lo contrario, tiene origen en plena calle, tangible, palpitante y cubano.

Transcurría la media noche y en la barriada todos contábamos musarañas mientras intentábamos dormitar en portales, patios y azoteas.

Vendedor de media noche. Fotografía de Lo Real Maravilloso.

Una vez más vuele la ilusión onírica: – “Vendo panetelas de coco y mantequilla”. ¿Habré enloquecido?, esta situación nunca antes ha acontecido, al menos en mi folclórico y caribeño barrio de Días Pardo.

¿Quién se atreve a comer panetelas de coco a media noche?, la abuela siempre aseguró que el coco y la digestión son enemigos acérrimos.

Por curiosidad, por hambre y otras muchas y oscuras motivaciones, salgo a la calle a llamar al pregonero.

Un festín de parlanchines vecinos rodeaba al desconocido y original vendedor y le hacían cola. Su voz clara y diáfana, atravesaba las calles sin la competencia diurna del tráfico, penetraba en cada casa, en cada refugio improvisado por los apagados noctámbulos que salían voraces del letargo, haciendo caso omiso a la hora, al indigesto coco y sus amenazantes vaticinios de flatulentas distensiones.

Increíble y más allá. Sobrepasando lo inverosímil, el anciano y mágico vendedor ambulante, agotó todos sus dulces en un santiamén, un tanto porque la ansiedad hace voraz el apetito y otro tanto, porque el mucho calor sufrido durante las interminables noches a oscuras, despierta sentimientos antropófagos que se ocultan en los genes y claman por el alimento.

A más de un vecino, le había asaltado el artero apagón por la espalda, en plena pirotecnia culinaria, mientras sus cocinas, oscuras y rendidas por la superioridad numérica de los apagones, abandonaban al libre arbitrio, atributos, platos y calderos que se arrojaban a las esquinas sin esperar por los socorristas.

El pregonero mágico gano de inmediato su espacio en mis letras, sus muchos años lo habían hecho astuto y a fuerza de terquedades frustradas, había aprendido que, vender a plena noche protege a todos del sol y la deshidratación del verano, y que el eco de sus pregones sin competencias diurnas, se hacía magnificente en sus péndulos; mientras, agotada su arsenal de dulce, vendido sus golosinas a precios inflacionarios tan altos, que alcanzaban a tocar las estrellas.

El buen vendedor desconocía que su accionar era fruto de la resiliencia de los cubanos tintos, él no era erudito, esa condición es un lastre en la contemporaneidad, pero era todo un modelo de adaptación y praxis, razón que le permitió ocupar espacio inmediato en nuestras letras.


Amanece, mientras los gallos frustrados llaman al combate, con distónicos croares que resultan inútiles, hoy nadie acudirá a sus tareas, deberes y malabares. El mucho sueño acumulado, las frustraciones y los retorcijones abdominales producidos por las raspaduras del coco, se lo impiden.

“Pelea de gallos”, del cubano Mariano Rodríguez (1912-1990), es la venta de arte latinoamericano de mayor valor que se ha hecho en Christie’s, la célebre casa de subastas situada en la neoyorquina Rockefeller Plaza, en el corazón de Manhattan. Fue vendida entre aplausos a US$ 1.087 millones, un récord para el artista, de resiliencia y cubanía.

Aprovechar la mañana para dormir, antes que el calor del mediodía me bañe de sudor una vez más en la cama, anegado y flotando en el mar. Todo lo demás que se vaya lejos. En este entorno, en que las tres dimensiones del espacio le dan la mano el tiempo, sobrevivimos y sobre viviremos, consciente o no consientes de la resiliencia intrínseca que yace en el corazón de todos los cubanos.

#LoRealMaravilloso

https://www.volfredo.com/


12 respuestas a “Resiliencia y cubanía.

  1. Una entrada magnífica, rica, frondosa y exhuberante, repleta de imágenes visuales y sensoriales. Ha sido todo un viaje, placentero, de descubrimiento. Porque es cierto eso que dicen por ahí de que si vas a algún espectáculo, como la ópera y vas con un amante o entendido de la misma, llega un momento en el cual llegas a entender o penetrar en ese universo con una profundidad emotiva imposible de alcanzar si vas solo. Una especie de ósmosis. Tu entrada la siento así…la cubanía, no ya la palabra sino la dimensión de su signifcado, más que lectura ha sido una experiencia enriquecedora. Saludos.

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      1. Una vez más unidos por un objetivo común, en esta ocasión semi científico y molesto: la lucha contra el Aedes, armados de prosa poética y mágica. Gracias por sus comentarios y bienvenida una vez más el vertiginoso mundo de Lo Real Maravilloso.

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    1. Es un gusto leer tu positivo comentario que nos hace viajar unidos a las prosas mágicas de Lo Real Maravilloso, con una pequeña salvedad en esta ocasión: los sucesos que cuento en la crónica son rigurosamente ciertos, el vendedor de media noche es un personal real y tangible y los apagones me acompañan cada noche, como plañidos discordes de guitarra rota. Es un placer, hacerte llegar un abrazo, desde esta pequeña isla del Caribe.

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      1. Así los he interpretado yo, como ciertos, eso les da un valor añadido y forma parte de la magia que no necesita de juegos de palabras para hechizar, solo contemplar…y dejarse llevar. Un abrazo de vuelta, Volfredo.

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  2. He disfrutado de tu relato, renglón por renglón. Y al final me hizo reír, por los retorcijones a causa del coco comido a media noche. Suele suceder no solo por el coco, muchos otros alimentos lo producen sobre todo si uno es goloso.
    Buenas noches, buen comienzo de semana.

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  3. Atreves de El Blog, Lo Real Maravilloso conoceremos, la capacidad de afrontar la adversidad y una vez más le damos la gracias a Camacho por hacernos llegar tantos datos importantes que desconocíamos. Es cierto que el estrés es sufrido por un sin número de la población, como nos comentó Camacho en su Blog Lo Real Maravilloso, hay que tratar de tener frente esa situación de estrés mayor equilibrio emocional y sobreponerse al dolor y situaciones adversas. Cuando salimos de Cuba, nunca dejamos de pensar en ella, en sus tradiciones, el calor humano que solo ahí lo saben dar, al escuchar el Himno Nacional se nos pone la piel de gallina y ver la bandera cubana no podemos evitar ver rodar una lagrima por las mejillas de la emoción ya que la distancia no nos hace olvidar de nuestras raíces. Pero el cubano es fuerte y a la vez acepta la trascendencia de Shakespeare recordando sus palabras, ya que él fue el dramaturgo de la realidad en sus angustias, y después de una larga noche oscura producto del apagón y el servido de los mosquitos, el sudor que baña las sábanas producto a todo eso, no se puede conciliar el sueño por el calor sufrido de interminable noches oscuras donde las cocinas rendidas por tantos apagones abandonaban al libre albedrio los platos y calderos tirados en una esquina sin esperanzas de ver los socorristas y por esa razón es que los vendedores ambulantes se aprovechan y los productos elevan el precio y se sienten tocar las estrellas sin escrúpulo sin piensa que no está al alcance de un gran % de la población. Y al despertarlo el canto de los gallos que los llama para el deber cumplir, y se sienten inútil porque después de una larga noche nadie acudirá a sus deberes ya que el sueño acumulado y el cansancio se lo impiden , pero como nos contó Camacho en El Blog Real Maravilloso, las dimensiones del espacio le da la mano al tiempo y sobreviven consiente o no consiente de la capacidad que tiene el ser humano para sobreponerse a circunstancia de adversidad en su existencia. Y . de nuevo le damos la gracias a Volfredo por aceptarme en El Blog “Lo Real Maravilloso , donde todos los días vemos algo desconocidos para todos que dios nos bendiga a todos.

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    1. Así mismo, levanto mi mano en gesto de aprobación. Dios bendiga a todos los cubanos, estén donde estén, aquí o allá; porque siglos de tradiciones y sanas costumbres nos unen. Acepto la propuesta y elevo mis oraciones, para que Dios establezca su larga cadena de bendiciones, que nos mantengan unidos, imperecederos, vigorosos en nuestros accionar y resilientes en la intención.

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  4. Yo tengo un poder de adaptación increíble, he empezado mi vida desde cero, tres veces y no descarto una cuarta.
    Me encanta el coco, las panetelas borrachas y el guarapo ni se diga, por cierto, en este viaje me tomé un pomo de 1 litro en El Rincón, pero una amiga catalana me dijo hace años, que la patria es la que te da de comer. Soy cubana y moriré siendo cubana, pero creo que no le falta razón a mi amiga.

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