Víctor Manuel García Valdez (La Habana, 31 de octubre de 1897 – La Habana, 2 de febrero de 1969) fue un pintor cubano cuya vocación por la pintura se manifiesta en la infancia. Matrícula con 13 años en la Academia San Alejandro donde es discípulo de Leopoldo Romañach, y conoce desde muy joven, la pintura académica en tiempos de la colonización española.
Desde el primer momento su pintura se alejó del academicismo del maestro, debido a las influencias vanguardistas que recibió durante su estancia en Francia (entre 1924 y 1927), donde conoce las obras de los pintores primitivistas italianos y postimpresionistas.
Sus primeras pinturas demuestran una tendencia franca a mezclar la escuela europea, con la realidad y paisaje americano. Su obra pictórica transita desde las influencias ejercidas por los postimpresionistas y otras vanguardias francesas, hasta la pintura abstracta de rasgos cubistas, en los años que precedieron a su muerte.
Sus principales obras, iniciadoras del arte cubano moderno, son: Gitana tropical, (1929), Paisaje (1918), Paisaje gris (1927) y Vida interior (1932).

Gitana tropical, pertenece a los años iniciales de Víctor Manuel cuando su pintura recibe influencias de sacudida y fundación. Aquí están presentes los componentes esenciales de su imaginación plástica: Gauguin como punto de partida de su percepción poética, una discreta presencia cezanniana, los primitivos italianos, Modigliani, Marie Laurencin. Pero su definitivo carácter americano es puesto de relieve por el propio autor: “Es una mestiza, una mulata, pero le puse ojos rasgados de india del Perú, o México.”. Tan heterogéneos ingredientes son recompuestos a partir de la intuición unitaria que convierte a esta obra en el símbolo central de su obra pictórica. “Gitana tropical” es la imagen que más fascinación ha ejercido entre los espectadores, al punto de ser considerada, como Mona Lisa de América. Según la crítica especializada, la “Gitana tropical” inició la pintura moderna en Cuba, afirmación que todos aceptan sin reparos y la han convertido en lugar común dentro de la pintura cubana, un símbolo, un prototipo de mensaje caribeño, una leyenda con gran carga de ficción.
Víctor Manuel muere en La Habana en 1969 a sus 72 años de edad, después de haber legado una rica imagen modernista a las artes visuales. En su sepelio dijo Nicolás Guillén: «Fue no sólo un gran dotado, sino un trabajador consciente, un artista de rapidísima vibración espiritual. En su obra se aúnan el hallazgo plástico de lo criollo y nacional y su expresión más exigente, en una síntesis de motivaciones y recursos que sólo a un poderoso artista le es dable ofrecer».
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#ArtesVisuales
Excelente
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Seguimos haciendo arte, feliz día.
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Hacer arte, es hacer vida. Feliz día tengamos todos, gracias por tus comentarios..
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Interesante historia eres un Genio haciendo arte..continua..
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Hacia allá vamos, gracias por tu apoyo.
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