Mi pequeño Principe.

Cuando en 1943, Antoine de Saint-Exupéry publicó El principito (Le Petit Prince), un cuento poético acompañado de ilustraciones hechas con acuarelas, nunca pudo imaginar que su libro dirigido a la infancia por la forma en la que había sido escrito, iba a convertirse en una obra maestra para adultos, dada la realidad y profusión de los múltiples sentimientos humanos que aborda, como el sentido de la vida, la soledad, la amistad, el amor y el temor a lo desconocido.

Con el paso de los años, El principito se ha convertido en el libro en francés más leído y cuenta con traducciones a más de doscientos cincuenta idiomas y dialectos, incluyendo al sistema de lectura braille.

Hoy, favorecido por la magia de las nuevas tecnologías, me es grato contarle a mi nieto de tres años, historias ilustradas al tope de las posibilidades de la edición digital, especialmente escritas y editadas para mi pequeño Dylan, y por qué no, también dirigidas a mis amigos, con los cuales me resulta muy placentero compartirlas:

Dylan, este es un pequeño bote, dónde dos hombres buenos salen a pescar, en un apacible mar todo paz y reposo.

–       Abuelo, y ¿por qué están solos, no sienten miedo?

Tienes razón mi niño, la soledad es ingrata; vamos a buscarles compañía.

  • Ahora, son dos barcos pescando, podrán ayudarse entre ellos, socorrerse y hacerse mutua compañía.
  • Abu, y ¿por qué el mar y el cielo han tomado tonos sepia, está triste la Naturaleza?

Es cierto pequeñín, hagamos al cielo azul puro, para que la obra de Dios se haga evidente.

  • Me gusta más así, pero ahora que los boteros no pescan solos, van a agotar los recursos del mar y tocarán a menos. Hagamos que se separen y cada cual tome un rumbo diferente.

Complacido pequeño príncipe. Ya los pescadores navegan en solitario, a través de un inmenso mar cubierto de azules nubes.

  • Abuelo, y ¿podrán volar?

Ya vuelan mi niño, y navegan alto y lejos como la querida cigüeña que te trajo a la vida.

  • Que emocionante abuelo, poder volar tan alto como los sueños y los papalotes. 
  • Abu, sigamos soñando y lleguemos a Japón, para poder contemplar el sagrado y Nevado Monte Fuji, entre cerezos florecidos.

Llegamos al final de nuestro viaje Dylan, alégrate, hemos logrado navegar y volar en un pequeño bote a remos, hemos logrado alcanzar nuestros sueños, y divisar desde lo alto, las nieves que cubren montañas sagradas rodeados de cerezos, en este bello cuento de hadas que trascurre silencioso y da sentido verdadero a nuestras vidas.

«Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos». Saint-Exupéry, Antoine de (2009). «Capítulo XXI». El principito


23 respuestas a “Mi pequeño Principe.

  1. Excelente fábula, es «El pequeño príncipe» uno de los libros más leídos y citados en cada momento de nuestra vida, me pareció exquisita esta página para » niños adultos» . Cómo bien das fin a la misma, …no se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos, hay que buscar con el corazón…..Felicitaciones, como siempre una lectura maravillosa. Gracias por hacernos parte de ella.

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  2. Espectacular hermano, El principito es una obra magistral de la literatura mundial, sin embargo el relata que escribiste para tu querido Dylan es como te dije antes espectacular y narrado al estiilo d ese gran escritor. Dylan es muy dichoso d tener un Abu como tu y tu aún más dichoso d tener a ese pequeño principe d nieto. Felicidades amigo una vez más

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  3. Gracias 😊 el principito expresión genuina de la grandeza en lo sencillo…y en esta historia el infinito mundo que cabe en la mente de un niño; sobre todo si es estimulada por un Abu tan genial como este…Alexa ya te mandará sus consideraciones..un abrazo.

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