Crucifixión y Muerte de Jesús en la Cruz vista desde el Arte.

Jesús fue azotado y llevado al Gólgota, donde fue crucificado junto a dos criminales. Durante su crucifixión, Jesús sufrió una gran cantidad de dolor y humillación. Fue clavado a la cruz, desnudo y expuesto al sol y al viento. La multitud se burlaba de él y le lanzaba insultos.

Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó, pero no quiso tomarlo. Tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras. En la cruz, sobre su cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos».

Después de tres horas en la cruz, Jesús murió. Según la Biblia, hubo un terremoto y la oscuridad cubrió la tierra durante tres horas. El velo del templo se rasgó en dos, y muchos muertos resucitaron y aparecieron en las calles.

El cuerpo de Jesús fue bajado de la cruz y enterrado en un sepulcro. Tres días después, Jesús resucitó de entre los muertos, lo que se celebra como la Pascua cristiana. La crucifixión y Resurrección de Jesús resultan fundamentales para la fe cristiana, porque Jesús murió para salvar a la humanidad y abrir las puertas de la vida eterna.

Mt 27:32-44, Mc 15:21-32, Lc 23:26-43, Jn 19:16-24.


El Viernes Santo es el día en que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús, por lo que algunos de los cuadros más famosos relacionados con este día son:

– «La crucifixión» del pintor español Diego Velázquez: Este óleo sobre lienzo del siglo XVII muestra a Jesús clavado en la cruz rodeado de soldados romanos y personas llorando. Es una escena muy emotiva y dramática.

Velázquez no trató mucho la temática religiosa en su obra. Pero cuando lo hizo, fue a lo grande. Su cuadro más emblemático al respecto es el Cristo crucificado, que realizó en torno a 1632, poco después de su primer gran viaje a Italia.

La tela mide 250 por 170 centímetros y muestra a un Cristo anatómicamente perfecto, apacible y sereno. Está muerto, pero pareciera estar dormido, ajeno a todo el terrible sufrimiento que supone la crucifixión. Velázquez lo representó con cuatro clavos y los pies sobre un supedáneo, siguiendo las indicaciones de su maestro y suegro, el pintor y teórico del arte Francisco Pacheco.

Cristo se alza en medio de un fondo oscuro, que resalta la sensación de soledad y abandono del crucificado, al tiempo que recrea las tinieblas que, según los evangelios, cubrieron la tierra a su muerte. No obstante, una restauración realizada hace pocas décadas reveló que ese fondo no es totalmente negro, ya que presenta toques verdosos e incluso incluye la sombra del Cristo, producida por la luz que llega desde el extremo superior izquierdo del cuadro.

El rostro de Jesús aparece parcialmente cubierto por pelo. Una famosa leyenda refiere que Velázquez, insatisfecho por el progreso de su trabajo, perdió la paciencia, arrojó su pincel a la tela y manchó la cara del Cristo. El maestro optó entonces por pintar un mechón de cabello en esa parte del cuadro para arreglar el desliz.

«Cristo crucificado» de El Greco, XVI.
“La crucifixión de Velázquez”, siglo XVII.

– «El descendimiento» de Van der Weyden: Este óleo sobre tabla del siglo XV muestra a Jesús siendo bajado de la cruz por sus discípulos y seguidores. Es una escena muy triste y conmovedora.

– «El entierro de Cristo» de Caravaggio: Este óleo sobre lienzo del siglo XVII muestra a Jesús siendo colocado en su tumba por sus discípulos y seguidores. Es una escena muy triste y conmovedora, con un ambiente de luto y dolor.

– «El Cristo muerto» de Mantegna: Este óleo sobre tabla del siglo XV muestra a Jesús muerto en la cruz, con una gran atención al detalle anatómico. Es una escena muy realista y conmovedora, que muestra el sufrimiento y la muerte de El Salvador.

– «La crucifixión» de Tiziano: Esta obra del siglo XVI muestra a Cristo en la cruz con la Virgen María y San Juan a sus pies.

– «Cristo crucificado» de Francisco de Zurbarán: Esta obra del siglo XVII muestra a Cristo en la cruz, con un cuerpo muy detallado y realista.

– «Cristo crucificado» de El Greco: Esta pintura del siglo XVI muestra a Cristo en la cruz, con un estilo artístico único y distintivo del artista.

«Cristo crucificado» de Zurbarán, siglo XVII.
«Cristo crucificado» de Goya, siglo XVIII.

– «Cristo crucificado» de Francisco de Goya: Esta obra del siglo XVIII muestra a Cristo en la cruz, con una expresión de dolor y sufrimiento.

– «Cristo crucificado» de Rembrandt: Esta pintura del siglo XVII muestra a Cristo en la cruz, con una técnica de luz y sombra impresionante y una gran expresividad.

– «Cristo crucificado» de Salvador Dalí: Esta obra surrealista del siglo XX muestra a Cristo en la cruz, con una composición inusual y elementos simbólicos.

Salvador Dalí dejó claro su intención de que su Cristo fuera “la imagen más bella y alegre de todas las que se han pintado hasta ahora …Mi propósito estético en este lienzo era exactamente el contrario del de todas las representaciones de Cristo.

El Cristo crucificado, de Dalí, se exhibió por primera vez en Londres, con gran éxito de público (aunque no de crítica), en diciembre de 1951. El propio Dalí envió una carta con instrucciones precisas sobre el modo en que debían exhibirse e iluminarse el Cristo y sus otros cuadros.

«Cristo crucificado» de Salvador Dalí, 1951. Museo Kelvingrove de Glasgow, Escocia.

Tom Honeyman, director de la asociación de museos y galerías de arte de Glasgow (Escocia) negoció con Salvador Dalí la compra del “Cristo de San Juan de la Cruz”, así como sus derechos de autor, por 8 mil 200 libras esterlinas, una importante cantidad para la época. Desde entonces, y salvo un breve paréntesis, el cuadro se exhibe en el Museo Kelvingrove de Glasgow, y en 2005 fue votado como la pintura más popular de Escocia.

– «Cristo crucificado» de Antonio López García: Esta pintura realista del siglo XX muestra a Cristo en la cruz, con una técnica detallada y precisa.


Incontables son las representaciones de la Crucifixión que ha legado el arte a lo largo de los siglos, como un eco perpetuo de la Pasión que partió en dos la historia de la humanidad. Desde los frescos más primitivos en las catacumbas romanas hasta las sublimes pinceladas de los grandes maestros del Renacimiento, cada imagen ha sido concebida con unción reverente, como si el lienzo mismo se transformara en altar. En todas ellas, sin excepción, resplandece la misma devoción insondable hacia Aquel que, clavado en el madero, encarna el misterio más hondo de lo divino: el Creador del universo suspendido en la fragilidad de la carne, el Señor del tiempo entregado al suplicio de los hombres. Ninguna de estas obras es un simple ejercicio de técnica o estética; son plegarias visibles, himnos pintados que transfiguran el dolor en belleza y el sacrificio en redención. Así ha obrado el arte, en su dimensión más sagrada: no como mero ornamento, sino como testimonio de fe y vehículo de contemplación eterna.

#LoRealMaravilloso

#ReligiónyMagia

https://www.volfredo.com/


Una respuesta a “Crucifixión y Muerte de Jesús en la Cruz vista desde el Arte.

Deja un comentario