“El viñedo rojo” (La vigne rouge) es una pintura al óleo del pintor holandés Vincent van Gogh, realizada en Arlés a principios de noviembre de 1888. Fue una de las poquísimas obras que Vincent vendió en vida, aunque no la única, como se ha pretendido con frecuencia. La obra se exhibió por primera vez en la “Exhibición anual de Los XX”, 1890, en Bruselas, y fue vendida por 400 francos (el equivalente a 710 euros actuales) a Anna Boch.
Anna Boch era rica, pues su familia era copropietaria de Villeroy et Boch, hoy, uno de los principales fabricantes del mundo de cerámica industrial y doméstica. Además de ser pintora impresionista y la única mujer entre los miembros de Les XX, era coleccionista de arte.
Su hermano Eugène también era pintor y un generoso mecenas de otros artistas, además de amigo de Van Gogh, a quien visitó en 1888 en Arlés.
Quizás por amistad o por el deseo de ayudar a un pintor sin dinero, o de pronto porque quería demostrar que apoyaba a Van Gogh tras el acalorado enfrentamiento en vísperas de la exposición que a continuación describiré, o acaso porque sencillamente le gustó “El viñedo rojo”, pagó 400 francos por él.
Anna Boch conservó “El viñedo rojo” hasta 1907.
Fue adquirido por el coleccionista vanguardista ruso Ivan Morosov por 30.000 francos, una indicación del rápido ascenso a la fama de Van Gogh.
La colección de Morosov fue nacionalizada en 1918, un año después de la Revolución Rusa, y su mansión en Moscú se convirtió en un museo público.
En 1948, “El viñedo rojo” fue una de las obras transferidas al Museo Pushkin.
Sin embargo, no estuvo expuesto durante los últimos años de Stalin, pues el líder soviético consideraba que ese tipo de arte moderno era inapropiado para una sociedad comunista.
Después de la muerte de Stalin, que el incandescente viñedo de Van Gogh volvió a aparecer.
“No puedo cambiar el hecho de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el momento en que la gente reconocerá que valen más que el costo de las pinturas utilizadas en el cuadro”.
La cita, escrita por Vincent van Gogh en una carta enviada su hermano Theo en octubre de 1888, resultó profética. Aunque él nunca lo supo.
A pesar de que en el último par de años de su vida había empezado a ganarse el respeto de sus pares, Van Gogh murió antes de que hubiese el menor indicio de que llegaría a ser lo que es hoy: uno de los grandes pintores de la historia del arte.
Varios investigadores han encontrado algunas referencias que apuntan a que posiblemente hubo más ventas. Y si se tiene en cuenta que intercambió obras con otros artistas y en ocasiones recibió comida o materiales para pintar sus cuadros a cambio de alguno de ellos, se podría decir que vendió varias de sus creaciones durante su vida.
Sin embargo, sólo hay una venta documentada, registrada y reconocida oficialmente que tuviera lugar cuando aún estaba vivo: la de “El viñedo rojo”.

Van Gogh pintó “El viñedo rojo” en una época feliz. Se había mudado a Arlés con el sueño de crear una comuna de artistas y estaba de visita uno de los amigos que más admiraba, el postimpresionista francés Paul Gauguin.
Era una tarde de octubre de 1988, cuando ambos amigos que salieron a caminar, buscando el disfrute del paisaje en su tiempo juntos.
“¡Si hubieras estado con nosotros el domingo!”, le escribió a su hermano Theo.
“Vimos un viñedo rojo, completamente rojo como el vino tinto. A lo lejos se volvió amarillo, y luego un cielo verde con un sol, campos violetas y amarillos chispeantes aquí y allá la lluvia en la que se reflejaba el sol poniente”.
Aunque le gustaba pintar al aire libre, el dramático paisaje en rojos y amarillos otoñales en el que campesinos vestidos de azul recogen la cosecha al lado de un camino reluciente, bajo un cielo amarillo brillante, fue creado en su estudio.
“Los lienzos hechos de memoria siempre son menos incómodos y tienen un aspecto más artístico que los estudios de la naturaleza, especialmente cuando estoy trabajando en condiciones mistrales”, escribió a Theo en una carta posterior.

Vincent quedó satisfecho con su obra, pues cuando, un año después, lo invitaron a participar en la exhibición anual del grupo Les XX, la incluyó entre las seis que envió al evento.
En un exquisito reportaje publicado por la redacción de la BBC el 19 agosto 2023, se ofrecen datos inéditos que realzan la trascendencia del momento histórico:
Les XX, o Les Vingt, o, en español, Los Veinte, era el nombre de un grupo de artistas de vanguardia que exhibieron anualmente sus obras de arte desde alrededor de 1883 hasta 1893.
Fue fundado en Bruselas como una reacción contra las reglas de la Academia de Bellas Artes de Bruselas, y el abogado y crítico de arte Octave Maus era su secretario.
Las exposiciones incluían artistas belgas e internacionales de diferentes modalidades y Van Gogh fue invitado a la exhibición de enero de 1890.
Sin embargo, dos días antes de la inauguración de la exposición, uno de los miembros de Les XX, el simbolista belga Henry de Groux, amenazó con retirar su propio trabajo, “no deseando encontrarme en la misma habitación que la risible maceta de girasoles de Monsieur Vincent, o cualquier otro agente provocador”.
En el banquete de apertura del evento, el 18 de enero, estallaron las hostilidades cuando los seguidores de Van Gogh se pronunciaron en contra de De Groux, casi precipitando un duelo.
El artista belga atacó una vez más las pinturas de Van Gogh y lo llamó “un ignorante y un charlatán», relató Maus más tarde.
«En el otro extremo de la mesa, (Henri de Toulouse-) Lautrec saltó de repente, con los brazos en alto, gritando que era una barbaridad calumniar así a tan gran artista.
De Groux replicó. Tumulto. Se nombraron padrinos (para el duelo).
«(Paul) Signac declaró con frialdad que, si Lautrec moría, él mismo se ocuparía del asunto»… es decir, tomaría su lugar y mataría a De Groux.
Afortunadamente, no se llegó a tal extremo y los pintores franceses y amigos de Van Gogh, Signac y Lautrec, no tuvieron que morir ni matar.
A De Groux lo expulsaron esa misma noche de Les XX, pero al día siguiente, se disculpó y se le permitió renunciar.
Más tarde se mudaría a París, donde se convertiría en guardaespaldas de Émile Zola durante el caso Dreyfus y produciría muchas obras que ilustraron los horrores de la Primera Guerra Mundial.
El mayor deseo de Theo van Gogh era que la obra de su hermano Vincent fuera más conocida, pero lamentablemente solo sobrevivió a su hermano seis meses.
Fue su esposa, Jo van Gogh-Bonger, quien vendió algunos de sus cuadros, prestó todos los que pudo para exposiciones y publicó las cartas a Theo.
“La fascinante historia de la vida de Van Gogh es una de las razones por las que su trabajo gradualmente conquistó al mundo entero. Sin la dedicación de Jo, esto nunca hubiera sido posible”, señala el sitio web del Museo Van Gogh.
#LoRealMaravilloso

Beautiful post for a great painting!
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Thank you very much Luisa, it is a pleasure to receive your comments on Lo Real Maravilloso, a site where Van Gogh occupies a special place. Have a nice day everyone.
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Thank you so much for your lovely reply ❣️❣️
Much appreciated
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❤️❤️❤️
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Muy interesante y bonitas ilustraciones. 👏👏👏💫💫💫
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Gracias Azurea, todo en Van Gogh es bello, y su última pintuta tiene un significado especial. Lindo día.
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Genial. Muy bien expuesto.
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Good day, Volfredo. I am convinced of Van Gogh’s genius time and again and am ready to be convinced of it countless times.
How right Heinrich Wölfflin (Swiss theorist and art historian) was when he substantiated his conclusions on the formal-stylistic method of analyzing works of art. Indeed, no matter how strange it may seem to us now that our compatriots did not understand the depths of Van Gogh’s work, this is due to various «methods of vision» characteristic of certain historical eras and associated with the evolution of the mental nature of man. They simply could not see in the artist’s masterpieces what we see in them now.
Thank you for the publication and have a nice day!
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Good morning, dear Olga. The history of art is full of misunderstandings, a fact that can be explained by the subjective nature of its interpretation, professional competition and also jealousy. This is the only reason that can explain the rejection of Van Gogh’s works at a renowned international exhibition such as the “Exposition of the XX”, where such prestigious names as Pissarro, Monet, Seurat, and Cézanne, among others, appeared. Only Lautrec defended him in a discussion so heated that it ended with challenges to a duel.
When I read the newspapers of the time, which fortunately are available on the web, I felt anger, a feeling that usually makes me explode whenever I notice an injustice.
It is a pleasure to wish you a lovely summer afternoon and to count on your precious comments on Lo Real Maravilloso.
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Volfredo, thank you for the detailed explanation. I agree that in any activity there is competition and bias, subjectivity and not very honest methods of struggle.
However, I think, agreeing with Wölfflin, that there are also objective reasons – why the surrounding artists could not see Van Gogh’s unconditional talent. He was so far ahead of his time that they could not understand him.
I wish you a good mood!
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Dear Olga, I wholeheartedly share Wölfflin’s opinion, which you also share. It is true: Van Gogh was so far ahead of his time that many, including the avant-garde artists of that time, were unable to appreciate his brilliant talent.
I am pleased to wish you a splendid summer day.
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Thank you, Volfredo. I wish you a good weekend!🌞🤗🌞
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