Cayo Media Luna: bendición, fábula y belleza.

Durante la conquista española en el siglo XVI, un grupo de cayos situados al norte de la zona centro-oriental del archipiélago cubano adquiere su nombre cuando Diego Velázquez, en uno de sus viajes, los divisó por vez primera. Tan impresionado quedó el conquistador ante la exuberante vegetación y sus hermosas playas que decidió otorgarles el título de “Jardines del Rey”, en honor a Fernando el Católico, rey de España.

Entre las formaciones geográficas más representativas del archipiélago, destacan por su extensión y condiciones de hábitat para la flora y fauna: Cayo Coco, Santa María, Guillermo y Romano, todos ellos unidos en la actualidad a la isla grande de Cuba, por un sistema de carreteras que facilita el acceso a los visitantes.

Playa Pilar, paraíso al norte de Ciego de Ávila.

Recientemente, la reconocida y popular plataforma TripAdvisor, reconoció a Playa Pilar, situada en el extremo oeste de cayo Guillermo entre las mejores playas del mundo, hecho que, como avileño de pura cepa me llenó de orgullo y me motivo a escribir sobre ello. Grande fue mi asombro al percatarme de la gran aceptación que tuvo la entrada, que despertó el interés general más allá de nuestras fronteras.

Entre los comentarios recibidos, uno de ellos, enviado por Humberto, respetuoso cubano que abandonó Cuba hace muchos años, hizo un grupo de precisiones que recibí con agrado y me pidió a su vez, que incluyera en un próximo relato a un cayuelo situado justo al frente de Playa Pilar, conocido como Media Luna, una pequeñísima isleta, poco más que un arrecife, que de inmediato llama la atención por su enigmática vegetación no autóctona de elevados pinos, que desafían la imaginación al tratar de explicar su procedencia.

Cayo Media Luna, fotografiado desde el mar.

Con una extensión de solo 13,7 hectáreas y una altitud máxima de tres metros sobre el nivel del mar, Cayo Media Luna -situado frente a Playa Pilar en Cayo Guillermo- tiene entre sus principales atractivos un museo marino, resultado del choque y naufragio de una embarcación de gran calado con la barrera coralina que la rodea, una de las más grandes y hermosas de la región del Caribe.


Durante la Segunda Guerra Mundial, en específico, cuando los Estados Unidos se implicaran de lleno en el conflicto bélico luego del ataque Pearl Harbor, Hawái, por parte del Imperio del Japón el 7 de diciembre de 1941, un popular escritor y conocido reporte de guerra, Ernest Hemingway, tomó la decisión de implicarse directamente en la guerra y luchar sin ayuda, contra los submarinos alemanes que agazapados en las profundidades del Canal Viejo de Bahamas, acechaban los convoyes militares que partían hacia Europa causándoles daños irreparables y llevando a muchos de sus navíos al fondo del océano.

Hemingway artilló su barco y con el propósito de atacar o al menos denunciar a la guardia costera de Cuba y Estados Unidos la posición de los submarinos alemanes, comenzó, por iniciativa propia, el patrullaje de los cayos y mares situados al norte de la región centro occidental de Cuba. Estos hechos, bien documentados, aparecen en detalles en el siguiente enlace:

Ernest Hemingway visita Cayo Guillermo y sus hermosas playas.

La única descripción de estos hechos, asequible a todos y bien documentada; aparece en su novela autobiográfica “Islas en el golfo”, (Islands in the Stream, su título en inglés), publicada con carácter póstumo en 1970:

«Con el sol a la espalda le fue relativamente fácil encontrar el paso entre los arrecifes y luego, sorteando los corales más altos y los bajíos, arrimar hasta el refugio de sotavento. Era una pequeña playa en forma de Media Luna y la isla estaba cubierta de hierba seca en aquel sector, mientras que a barlovento era rocosa y a veces llana. El agua destacaba verde y límpida sobre el fondo de arena y Thomas Hudson se acercó a la playa y echó el ancla, dejando el barco con la proa casi en la orilla. El sol brillaba en lo alto y la bandera cubana ondeaba sobre el garito de la radio y los demás edificios».

«Pasaremos el cayo de la Media Luna tan cerca como me sea posible de la orilla y todos observaréis con los gemelos. Si alguien ve algo que lo diga. Desembarcaremos en el bote… Sabía perfectamente que los restos del buque naufragado estaban hacia el oeste, pero con la marea alta solo se divisaba un bulto rojizo».

Estas dos citas, tomadas textualmente de los capítulos 5 y 14 de la novela, demuestran que durante el patrullaje bélico realizado por Hemingway por el archipiélago Jardines del Rey, en el año 1943, el pequeño cayo Media Luna se encontraba habitado, y ya existía el barco hundido en su costa oeste, hoy convertida en museo subacuático.


Durante la travesía de Hemingway por las costas cubanas en su yate Pilar, el Premio Nobel de Literatura 1954 quedó tan impresionado con las bellezas del diminuto cayo, que decidió inmortalizarlo en la famosa novela Islas en el Golfo (1970). Al navegar por la zona, aún algo alejado de la línea de visión, pudo percibir los puntos verdes de los cayos Guillermo y Media Luna, y luego admiró el océano y la hermosa costa. Muchas publicaciones afirman que cuando navegaba por sus playas y arenas, escribió frente a Guillermo… “Media Luna es un cayo alegre que me proporciona felicidad”, esa célebre frase que todos aseguran haber leído, yo no la he encontrado luego de releer en tres ocasiones la novela.

Mapa de los cayos situados al norte de Ciego de Ávila, aparece señalado con una recta en rojo, el recorrido por mar entre Punta Alegre a Media Luna. Obsérvese a demás el recorrido por carretera partiendo de la ciudad de Morón.

Conocí el Cayo Media Luna en el año 1980, cuando me dirigía por mar a la patana situada en la punta este de Cayo Guillermo, que más tarde sería mundialmente conocida como Villa Vigía. El recorrido en barco era la única ruta posible en aquella fecha; partía desde Punta Alegre en dirección noreste, hasta alcanzar y contornear Cayo Coco y luego el extremo oeste de Cayo Guillermo.

Media Luna se divisaba como un pequeño cayo que apenas sobresalía sobre el nivel del mar y era evidente la actividad humana en su playa, pues los pinos que la cubrían habían sido traídos desde otro sitio y plantados con anterioridad, razonamiento lógico porque las coníferas no pertenecen a la flora autóctona del archipiélago.

Los marineros de la embarcación, todos nacidos en Punta Alegre, aseguraban que la Isla había pertenecido al exdictador Fulgencio Batista, y luego que este huyera del país, los pescadores la habían utilizado como refugio temporal y por último terminaron saqueado la propiedad. En 1980 solo se divisaban los cimientos de lo que otrora fue una enorme casa de playa y los pinos que cubrían la isla. Este relato, lo escuché en varias ocasiones hasta que se diluyó en el tiempo y fue sustituido por una nueva leyenda, surgida de la propaganda asociada al turismo.

En la actualidad, se afirma sin documentación de respaldo alguna, que Cayo Media Luna, ubicado a 1500 metros al norte de Cayo Guillermo, fue propiedad de José Miró, un catalán que emigró a Cuba. Josep Miró prometió que dejaría su isla como herencia, al primer barón de la línea de descendencia de su hija mayor. Al triunfo de la Revolución, el gobierno comunista cubano expropió la isla y Miró regresó a España, donde la historia se pierde sin dejar respaldo o literatura que demuestre su autenticad.

También se ha vinculado la isla con la historia de los corsarios y piratas. Cayo Media Luna está rodeado de un impresionante fondo marino con hermosas formaciones coralinas, bancos de peces y los restos de una embarcación hundida que fue descrita por Hemingway como un “bulto rojizo”. Al decir de los especialistas, el barco que reposa en el fondo data del año 1920, hundido por accidente al chocar con la barrera de arrecifes coralinos existente en la zona, considerada una de las más grandes de la región del Caribe.

En realidad, los piratas del Caribe no tienen ninguna relación con el barco hundido y sus pecios. El corso y la piratería tuvo su época de máximo esplendor durante los siglos XVI al XVIII y luego de un acuerdo entre los países europeos que habían estado utilizando a los piratas y corsarios para sus propios fines y beneficios; fueron capturados como escarmiento, encarcelados; o ejecutados, para evitar así una nueva oleada de piratería. Muchos de estos piratas y corsarios se vieron obligados a huir a otros mares o simplemente desaparecieron con el tiempo.

Los pecios del navío siniestrado, situado a escasa profundidad en aguas poco profundas de excepcional transparencia, son perfectamente visibles desde la superficie y constituyen un atractivo turístico que todos quieren visitar.

Devenido museo submarino, junto a los restos del barco hundido se exhiben cañones de galeones, un ancla gigante, una hélice, al parecer, de un submarino; vasijas de cocina, objetos de barro y porcelana y una estatuilla de bronce sumergida, conocida como la estatua de Guillermo. Estos elementos citados llegar al fondo del mar como objetos promocionales añadidos por la mano e intención del hombre y no de la naturaleza, decenas de años después del hundimiento.

Algunos habitantes del fondo marino resultan agradables a la mesa, en tal sentido he hecho esta fotografía que así lo demuestra. By Volfredo´s photo.  

A día de hoy, Cayo Media Luna pertenece a Jardines del Rey, uno de los polos de recreo más importantes de Cuba. La instalación dispone de un muelle y pasarelas hasta la hermosa playa, y brinda servicio a los turistas que optan por excursiones en catamarán hasta la barrera coralina para realizar buceos, snorkeling y pesca deportiva. Dispone además de un ranchón-restaurante con capacidad para 120 personas, el cual recibe la electricidad mediante celdas fotovoltaicas.

Sus coordenadas son 22°37’41» N y 78°41’30» W en formato DMS (grados, minutes, segundos) o 22.6281 y -78.6917 (en grados decimales). Su posición UTM es QF30 y su referencia Joint Operation Graphics es NF17-08. Es estas precisas coordenadas, es posible encontrar a Media Luna, increíble paraíso de la naturaleza donde, a pesar de las muchas leyendas, una rotunda verdad se impone: se trata un lugar maravilloso donde Dios ha depositado todas sus bendiciones.

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7 respuestas a “Cayo Media Luna: bendición, fábula y belleza.

  1. La riqueza de un país está en lo que se descubre. Sin política y sin dios. Una ayudita (Sus coordenadas son 22°37’41» N y 78°41’30» W en formato DMS (grados, minutes, segundos) o 22.6281 y -78.6917 ) lo hace más rápido. El asombro y lo intrépido lo ponemos cada uno.

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