La verdad sobre “Los amantes”, de René Magritte.

Los amantes I (1928), forma parte de un pequeño grupo de cuadros pintados por Magritte en París en 1927-28, en los que la identidad de las figuras aparece misteriosamente envuelta en una tela blanca. El original se encuentra en la Galería Nacional de Australia; y una segunda pintura con igual título, fecha y tamaño, The Lovers II, pertenece a la colección de Richard S. Zeisler, de Nueva York. En ambos lienzos, un hombre y una mujer intentan besarse a través de dos túnicas de tela gris.

El origen de esta inquietante imagen se ha atribuido a diversas fuentes de la imaginación y el inconsciente de Magritte. Como muchos de sus amigos surrealistas, Magritte estaba fascinado por “Fantomas”, el sombrío héroe de la serie de suspenso que apareció por primera vez en forma de novela en 1913, y poco después en películas realizadas por Louis Feuillade. La identidad de “Fantomas” nunca se revela; aparece disfrazado en la película con un paño o una media en la cabeza. Este irrelevante argumento, para una pintura por la cual se han pagado decenas de millones de dólares, resulta poco atractivo, y esta es la principal razón por la cual, los investigadores se afanen en buscar nuevos argumentos que expliquen en afamado beso de los dos personajes cubiertos.

Otra explicación de las cabezas amortajadas en las pinturas de Magritte ha sugerido del recuerdo del suicidio de su madre. En 1912, cuando Magritte tenía solo trece años, su madre fue encontrada ahogada en el río Sambre. Cuando su cuerpo fue recuperado del río, supuestamente su camisón estaba enrollado alrededor de su cabeza.

Los amantes I; 1928 Galería Nacional de Australia.

Al propio Magritte no le gustaban las explicaciones que difuminaban el misterio de sus imágenes. Su estilo práctico evitó deliberadamente la suposición de que estas imágenes fueran la expresión de su fantasía personal o de neurosis ocultas. Son imágenes calculadas para desbloquear el lado más oscuro de la mente.

En Los amantes, un hombre y una mujer se abrazan en un gesto cariñoso, casi como si les estuvieran tomando una fotografía. Podría ser una instantánea de unas vacaciones, con destellos del verdor de la costa de Normandía y el mar más allá. Pero a través del simple dispositivo de los sudarios que cubren las cabezas de los amantes, y tiran hacia atrás contra sus rostros y se enrollan como cuerdas sobre sus hombros, la intimidad espontánea de la imagen se convierte en un espectro de alienación, asfixia e incluso muerte, esto hace, que la aparentemente ordinaria y absurda pintura se vuelve escalofriantemente real e inquietante, en el interior de la mente.


Los amantes II (1928), es un óleo sobre lienzo que representa a dos personas abrazadas. Las figuras se besan a través de velos. Están situados en una habitación de la cual las paredes tienen un sugerente juego de colores: La pared trasera es de color gris azulado con un tono más claro en la mitad inferior, la pared lateral es de color rojo ladrillo, mientras el techo contrasta con su color blanco y borde decorativo. La figura masculina viste traje negro y corbata con una camisa blanca lisa y abraza a una mujer vestida con una prenda roja sin mangas.

El hombre ocupa una posición dominante respecto de la mujer; ella levanta la cabeza mientras él se inclina para besar. Ambas figuras presentan un velo blanquecino que cubre completamente sus rostros y se ajusta en la cabeza. El rostro de la mujer está ligeramente inclinado hacia la izquierda, lo que hace que su amante sea más prominente y revela el contorno distintivo de su nariz.

Foto de Los amantes II de René Magritte. Colección de Richard S. Zeisler, Nueva York.

Los elementos que componen este cuadro, han sido objeto de profundo estudio por parte de críticos y psicoanalistas. A diferencia de la escena erótica y romántica de El beso de Gustav Klimt, Magritte presentó dos figuras con el rostro cubierto por una tela blanca, encerradas en un escenario ambiguo, e incapaces de comunicarse o tocarse verdaderamente, muchos se preguntan si este es un beso de amor negado.

La tela, de apariencia mortuoria, mantiene a las dos figuras separadas para siempre y, como tal, crea una atmósfera de misterio. La forma en que está pintada la habitación la hace parecer casi insignificante. Los colores llamativos están sombreados y no hay ventanas que den perspectiva. Es raro ver una habitación con paredes de colores tan variados. Los amantes son los objetos que centran la atención y añaden misterio e intriga a la escena.

Existen dos versiones (III y IV), de los amantes, en poder de coleccionistas privados, que prohíben y censuran toda publicidad. Por razones obvias, en la web aparecen solo referencias.


Los amantes es una de las obras más famosas y representativas del realismo mágico de René Magritte. Este estilo se caracteriza por la combinación de elementos cotidianos y fantásticos, y crea imágenes que desafían la lógica y la percepción.

Magritte buscaba con sus pinturas provocar al espectador y hacerle cuestionar la realidad y el lenguaje. En Los amantes, Magritte representa a una pareja que se besa apasionadamente, pero con las cabezas cubiertas por unas telas blancas que ocultan sus identidades. Esta imagen sugiere varias interpretaciones posibles, como el amor imposible, el amor prohibido, el amor ciego o el amor anónimo. Magritte no quiso dar una explicación única de su obra, y dejó abierta la interpretación al sentido propio del espectador.

“Los amantes” es una obra que muestra lo mejor del realismo mágico de Magritte. Con su beso amortajado y cómplice, los amantes logran crear una atmósfera de misterio, poesía y emoción, a partir de elementos simples y cotidianos, que transforma en símbolos la realidad más profunda y compleja.

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22 respuestas a “La verdad sobre “Los amantes”, de René Magritte.

  1. René Magritte en muchos cuadros bromea de los críticos y del espectador a propósito. Pone las palabras sueltas las que nada que ver con el cuadro , para dar el trabajo a los especialistas en el mundo de arte. Hay un montón de doctorados que explican la idea del artista y él , supuestamente , se ríe al leer las sugerencias. Los grandes se pueden permitirlo. Un abrazo.

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