El cine provocador y agresivo de Andy Warhol.

Cuando iniciamos la serie de Arte contemporáneo, asumimos de forma directa que: «El fin confeso de muchos artistas contemporáneos era escandalizar (épater), es decir, realizar conscientemente provocaciones mediante la transgresión estética. Desde su inicio, la búsqueda de sucesivas formas de ruptura de las convenciones nunca ha tenido fin. El arte contemporáneo es un torbellino dispuesto a hacer añicos e ignorar toda convención académica o formal».

El arte moderno es una forma de expresión que busca romper con los cánones tradicionales y provocar reacciones incómodas en el espectador. Inconforme con representar la realidad, busca, cuestiona, transforma y crear nuevas posibilidades. El arte moderno no busca complacer, sino desafiar. No es una simple moda o un capricho, sino una forma de expresión que refleja los cambios sociales, políticos y culturales de cada época, y la inconformidad de los creadores con su espacio vital.

Uno de los primeros ejemplos de ruptura con la tradición, y quizás el más sonado, es el famoso cuadro “Les Demoiselles d’Avignon” de Pablo Picasso, pintado en 1907. Esta obra es considerada como el inicio del cubismo, movimiento artístico que rompió con la perspectiva tradicional y representó la realidad desde diferentes ángulos y planos. El cuadro muestra a cinco mujeres desnudas en un burdel, con rostros deformados y angulosos. La obra causó un gran escándalo por su temática y estilo, que rompía con los cánones de belleza y armonía de la pintura clásica. Picasso quería mostrar la crudeza y la violencia de la vida moderna, así como la liberación sexual y la emancipación femenina.

Otra gran provocación y rompimiento los cánones académicos establecidos, fue sin duda “La Fuente” de Marcel Duchamp, presentada en 1917. Se trata de un simple urinario de porcelana firmado con el seudónimo “R. Mutt”. La obra fue rechazada por la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York, que organizaba una exposición abierta a todos los artistas. Duchamp quería cuestionar el concepto de arte y la autoridad de las instituciones artísticas. Su obra planteaba que cualquier objeto podía ser arte si el artista lo elegía y lo presentaba como tal. Duchamp provocó una gran polémica y abrió el camino al arte conceptual, que se basa en las ideas más que en las formas.

En 1999, finalizando un siglo de rompimientos en el arte, Tracey Emin va más allá en el desafío y exhibe su instalación “Mi cama” (My Bed); Se trata de una réplica de la cama de la artista, con las sábanas sucias, las almohadas arrugadas y objetos personales como preservativos usados, tampones, botellas de alcohol y cigarrillos. La obra refleja el estado emocional de la artista tras una ruptura amorosa, así como su vida íntima y sus hábitos. La obra causó una gran controversia por su falta de estética y su exhibicionismo. Emin quería mostrar la realidad de su vida sin filtros ni adornos, así como reivindicar el papel de la mujer en el arte.

“Mi cama”, es una obra de arte icónica y seminal de la artista británica Tracey Emin. Fue creado hace más de 20 años y, a pesar de su antigüedad, sigue siendo una de las representaciones de vulnerabilidad más llamativas del arte contemporáneo.

En la década de 1950, surge en el Reino Unido y Estados Unidos el Arte Pop; caracterizado por el uso de imágenes y elementos de la cultura popular y de consumo, como anuncios, cómics, carteles, latas, botellas, etc. Con sus imágenes, el arte pop se inspira en la realidad cotidiana y masiva, y busca romper con las tradiciones elitistas y académicas del arte.

El exponente más famoso del arte pop fue Andy Warhol, artista estadounidense que creó obras icónicas como las latas de sopa Campbell, los retratos de Marilyn Monroe o las botellas de Coca-Cola. Warhol también fue el fundador de la Fábrica, un estudio y espacio creativo donde se reunían artistas, músicos, actores y modelos, y donde se producían películas, revistas, discos y eventos.

Con su cine experimental y desafiante, Andy Warhol buscaba incorporar elementos visuales y sonoros propios de la cultura popular, como la música rock, el cine, la televisión o los cómics. Sus obras, sin excepción, se caracterizaron por su crítica social, su humor irreverente, su erotismo y su ruptura con las convenciones escénicas tradicionales.

“La Fábrica” fue el nombre que se le dio al estudio de arte de Andy Warhol en Nueva York, donde el artista pop creó algunas de sus obras más icónicas y experimentó con diferentes medios como la pintura, la fotografía, el cine y la música. “La Fábrica” también se convirtió en un espacio de encuentro y expresión para la contracultura de los años 60 y 70, donde Warhol invitaba a sus amigos, colaboradores y admiradores a participar en sus proyectos artísticos y en sus fiestas extravagantes.

Uno de los aspectos más controvertidos de la Fábrica fue el teatro que Warhol desarrolló en ella, llamado The Exploding Plastic Inevitable. Se trataba de un anticipado y creativo espectáculo multimedia que combinaba las proyecciones de las películas experimentales de Warhol con la música en vivo de la banda The Velvet Underground, liderada por Lou Reed. El teatro también incluía efectos de luz, sonido y humo, así como bailarines y actores que interactuaban con el público. El resultado era una experiencia sensorial abrumadora y provocativa, que escandalizaba a muchos por su contenido sexual explícito, violento y político.

El teatro de Warhol en “La Fábrica”, fue una forma de cuestionar los límites del arte y la moral, así como de celebrar la diversidad y la libertad creativa. El artista pop quería mostrar la realidad de su época, marcada por la guerra, el consumo de drogas, la rebeldía y el hedonismo. “La Fábrica” fue un lugar donde Warhol plasmó su visión del mundo y donde creó una comunidad de artistas que lo acompañaron en su trayectoria.

Con el paso del tiempo; a fuerza de perseverancia y desafíos, se cierra el círculo creativo del arte contemporáneo, lo que fue provocador en un inicio, pasó primero ha tolerado y luego incluido en la corriente institucional del mercado del arte, pasando a ser un estímulo para que surgieran nuevas “provocaciones artísticas”. Surge así la imagen del artista maldito, independiente y marginal. Paradójicamente, los magnates del arte, estaban encantados de subvencionar las obras contemporáneas revolucionarias y provocadoras, que a pesar de atacar las bases académicas en que sus mecenas, resultaban a la larga en excelentes inversiones: «Si se vende bien, es bueno», y ¡claro que se vendió y se vende bien!, a precios exorbitantes nunca antes vistos en la historia del arte.


“La Fábrica”, de Andy Warhol puede ser considerada como el clímax y apoteosis de la provocación en el arte contemporáneo.

Warhol se hizo famoso trabajaba noche y día en sus cuadros, que consistían en serigrafías y litografías fabricadas en serie de la misma manera que las grandes empresas capitalistas fabricaban productos de consumo. Para poder seguir este ritmo de trabajo reunió a su alrededor a una camarilla de estrellas porno, drogadictos, drag-queens, músicos y librepensadores que le ayudarían a elaborar sus cuadros, actuarían en sus películas y crearían el ambiente que convirtió en leyenda a “La Fábrica” y sus provocadoras producciones.

“La Fábrica” fue famosa por sus escandalosas fiestas y por ser frecuentada por jóvenes con pretensiones artísticas, bohemios excéntricos y consumidores de anfetaminas. Entre ellos, Warhol elegía a las llamadas Warlhol Superstars, a las que promocionaba durante cierto tiempo hasta que nombraba a la siguiente Superstar, llevando así a la práctica su famosa frase que aseguraba que “todo el mundo tendría en el futuro, quince minutos de fama”.

El estudio original era conocido como “La fábrica plateada” (Silver Factory); porque las paredes estaban recubiertas de papel de estaño, espejos rotos y pintura plateada, una decoración que Warhol a menudo completaba con globos del mismo color. Billy Name dio su estilo a la Factory, combinando la estructura industrial del estudio sin amueblar, con el color plata brillante. Los años de la Fábrica fueron conocidos como la Edad de plata, no solo por el diseño del local, sino también por el decadente y despreocupado estilo de vida de los personajes habituales del estudio, basado en el dinero, las fiestas, las drogas y la fama.

La Factory se convirtió en lugar de encuentro de músicos como Lou Reed, Bob Dylan, Nico (quién escribió Factory Girl sobre la Factory), Brian Jones o Mick Jagger. Warhol incorporó al grupo de Reed y su grupo musical “The Velvet Underground” en las fiestas del estudio y en el proyecto Exploding Plastic Inevitable, espectáculo que combinaba arte, rock, películas rodadas por Warhol y bailarines de diversos tipos, incluyendo partes recreadas con escenas sadomasoquista.

La cultura de masas estadounidense era el objeto habitual de las obras de Andy Warhol, pero al mismo tiempo le gustaba transgredir sus estrictas normas sociales. La desnudez, el sexo explícito, las drogas, las relaciones homosexuales y personajes transgéneros aparecían en la mayoría de las películas rodadas en la Silver Factory. Estos temas eran inaceptables para la sociedad de la época, por lo que los cines donde se proyectaban estas películas en ocasiones eran asaltados por la policía y sus espectadores detenidos por obscenidad, hechos que a la larga despertaron curiosidad y atrajeron la atención de más espectadores.

Para hacer sus películas, Warhol creó en la Fábrica un ambiente muy permisivo, y en ella se celebraron desde bodas entre drag-queens hasta espectáculos porno. El amor libre era frecuente en el estudio en una época, los años 60, en que las costumbres sexuales estaban cambiando y se estaban haciendo más abiertas. Esta atmósfera de libertad sexual era fomentada por el propio Warhol, y la utilizó para rodar las relaciones sexuales de sus amigos e incluirlas en sus películas, como en el caso de los films Couch y Blow Job.

Entre los asiduos a la Fábrica también había famosos drag-queens como Holly Woodlawn y Jackie Curtis y transexuales como Candy Darling, quienes actuaban con frecuencia en sus películas y espectáculos. Debido al ambiente transgresor y sexualmente liberado, las orgías bajo el influjo de las drogas eran algo común.

Joe Dallesandro en 1971. Jack Robinson/Condé Nast, vía Getty Images

Sin que nadie se sienta aludido u ofendido, es totalmente cierto reconocer que por “La Fábrica” pasaron muchas celebridades de las artes y las letras, como Truman Capote, Allen Ginsberg, Salvador Dalí, Bob Dylan, Mick Jagger, Fernando Arrabal, Brian Jones, John Giorno y un interminable listado que mejor finalizar aquí.


Valerie Solanas; no era habitual en la Fábrica, pero fue la causante del fin cuando intentó asesinar a Warhol en 1968, provocándole secuelas físicas y psicológicas que arrastraría durante toda su vida. El 3 de junio de 1968, Valerie Solanas disparó a Warhol y al crítico de arte y comisario Mario Amaya en la entrada al estudio.

Valerie Solanos arrestada tras disparar a Andy Warhol.

Antes del atentado, Valerie había sido un miembro discreto del colectivo de la Fábrica. Redactó el «Manifiesto SCUM» («capa de suciedad») un alegato feminista separatista contra el patriarcado que, con el paso de los años, adquirió cierta resonancia. Valerie había dado una obra de teatro a Warhol proponiéndole que fuese su productor. Warhol aceptó y le pidió el borrador del texto. Este borrador de la obra nunca regresó a Solanas. Se cree que Warhol nunca tuvo la intención de producir la obra ni como obra teatral ni como película y el manuscrito se le perdió. Esto enfureció a Solanas, quien pasaba por un momento de desequilibrio mental e inestabilidad emocional. Amaya sufrió sólo heridas menores, y fue dado de alta ese mismo día. Warhol, sin embargo, recibió tres disparos (el primero ni lo rozó) pero los otros dos disparos lo dejaron muy grave. La secuela de este ataque le acompañó el resto de su vida, y el recuerdo del atentado dejó en él una marca profunda para el resto de su vida.

Tras el tiroteo, el acceso a “La Fábrica” quedó rígidamente controlado, y en opinión de muchos, esto causó el fin de sus escandalosas, promocionales y exitosas producciones de arte contemporáneo.

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8 respuestas a “El cine provocador y agresivo de Andy Warhol.

  1. Me gusta mucho el «pop art», es un arte muy representativo del siglo XX, busca la influencia en la cultura de masas, y Andy Warhol es el más representativo de este movimiento. He podido ver sus obras en exposiciones que han hecho diferentes museos aquí en Madrid y son fantásticas. Qué interesante la historia que cuentas sobre su vida.
    Otro artista que me gusta mucho es Roy Lichtenstein, compré una reproducción de una de sus obras «Mujer en el baño, 1963» en el Thyssen, cuando estuve viendo la exposición, «mitos del pop» en 2014
    Gracias por compartir, querido Volfredo. Un abrazo.

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