Mi Dios, qué osadía, voy a iniciar mi narración con una imagen que desde el punto de vista técnico niega todos los preceptos de la composición fotográfica, porque la figura que en la descripción pretendo destacar, la afamada “Giraldilla”, aparece diminuta y lejana en el centro de la composición.
Por favor, pido paciencia para explicarme y para ello narro una historia que mezcla tradición y leyenda y hace mágica la realidad del entorno.
El Castillo de la Real Fuerza, construido en una fecha tan remota como 1539, es uno de los baluartes icónicos de La Habana colonial y de todas las Américas. Es sus orígenes, el castillo fue habitado por el Capitán General de Cuba Hernando de Soto y su joven esposa doña Isabel de Bobadilla.
Cuenta la historia que el 12 de mayo de 1539 partió de La Habana hacia la Florida; El Capitan General Hernando de Soto, al frente de una expedición compuesta por nueve buques y 537 caballos escogidos de entre los mejores de Cuba. A partir de ese momento, y por orden expresa del Gobernador, su esposa doña Isabel de Bobadilla, se hacía cargo de la administración del país.

El Capitán Hernando de Soto nunca regresó a La Habana. Poco después de arribar a la Florida, una extraña peste que al parecer correspondía con la fiebre amarilla de los trópicos, cobró su joven vida.
La joven esposa Doña Isabel, esperó a su amado durante largas horas, años tras años, oteando el horizonte desde la torre de vigilancia de la atalaya del Castillo, emulando a Penélope en los tiempos modernos americanos.
Aquella larga espera convirtió a Isabel en un personaje legendario, que miraba al horizonte e intentaba descubrir, más allá del alcance de su vista, las naves que traerían a su esposo de regreso al hogar. Finalmente, la desdichada y fiel amante, tras años de larga espera, murió de amor.
Lustros más tarde, un artista habanero de origen canario, Jerónimo Martín Pinzón, en la tercera década del siglo XVII, se inspiró en aquella mujer que era símbolo de la fidelidad conyugal y esculpió en bronce una figura en su recuerdo. La pequeña estatua se conoce como la Giraldilla y bien pronto de se convirtió en el símbolo de la ciudad de La Habana, por su tradición e historia, con matices de leyenda y fábula de amor.
Aunque la narración resulta encantadora y aviene bien con el realismo mágico de nuestra escritura, confieso que no creo en ella. Si observas bien, la actitud y pose de la estatua, esta representa a una mujer altanera que mira desafiante al cielo, mientras su túnica ajustada está rasgada hasta lo más alto el muslo derecho. A priori, y sin pretender ser psicoanalista, resulta obvio que esta manera de posar, no corresponde con la imagen resignada de una mujer fiel, abatida por la espera.

Propongo una visión más real de nuestra doña Isabel de Bobadilla, hoy inmortalizada en la Giraldilla y símbolo de la Ciudad de San Cristóbal de La Habana. El encanto y fama internacional de la amorosa escultura, rebasa con mucho la leyenda de amor que le dio vida y la mantuvo esperando eternamente por el retorno de su amado esposo.
En su nicho privilegiado, en lo más alto de la atalaya del Castillo de la Real Fuerza, siempre cubierta por el azul único de nuestro cielo, entre muros de piedras amarillo ocre de Jaimanita, y floraciones exultantes de rojo, que mantienen el color durante todo el año; La Giraldilla es dama ilustre que debe su linaje noble, al distinguido séquito de historias, leyendas, y colores que siempre han acompañado su entorno.
Sin duda alguna esta descripción justifica nuestra original composición fotográfica. Ella no es escultura de bronce, pequeña y tímida. Su imagen va más allá, es parte de nuestro cielo y el entorno de La Habana Colonial, ese que hace maravilloso todo cuanto reguarda. ¿Compartes mis criterios?
Más allá de la leyenda.
La Giraldilla es una veleta, con la figura de una mujer, que sostiene en su mano derecha una palma de la que solo conserva el tronco, y en la izquierda la Cruz de Calatrava, orden a la que pertenecía el gobernador. Tiene 110 centímetros de alto y la falda recogida sobre su muslo derecho. En su pecho aparece un medallón con el nombre del escultor.
Durante siglos, la veleta fue respetada por decenas de huracanes tropicales, hasta que el destructivo ciclón del 20 de octubre de 1926 la arrancó de su pedestal y la hizo caer al patio. La figura que se observa en la actualidad en la Real Fuerza es una réplica, pues la original se encuentra en el Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales, a la vista de todos, pero protegida de los vientos huracanados que desconocen la historia de amor que encierra en sí y el valor que tiene para los habaneros este símbolo de la ciudad.
Aunque mucho sufrió por la muerte de su esposo, doña Isabel de Bobadilla no murió de amor, como cuenta la leyenda, sino que retornó a España, “junto a sus potentados familiares”, con los cuantiosos bienes heredados de su consorte, como bien afirma el investigador Pedro A. Herrera López, quien ha hurgado durante años y años en antiquísimos archivos, textos y publicaciones periódicas relacionados con estos acontecimientos.
#LoRealMaravilloso
#HistoriaMágica

Maravillosa historia
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🩶
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Gracias Christine y lindo día para todos.
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Realidad y leyenda se dan la mano.
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Fascinante historia, gracias Volfresdo por compartir.
Lindo y bendecido día.
Un abrazo cálido.
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Desde luego la imagen de Beatriz de Bobadilla no tiene mucho de abatida y apenada por la ausencia de su esposo.
En Sevilla está la Giralda y el Giraldillo que corona la Giralda. Es una escultura en forma de mujer que sirve de veleta y representa el triunfo de la fe cristiana. Fue realizada en 1568 por Bartlomé Morei. Historias mágicas entrelazadas la una con la otra a través de #LoRealMaravilloso
Un fuerte abrazo, querido Volfredo.
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Gracias por tu comentario que amplia nuestro horizonte. En realidad hay muchas esculturas veletas, la nuestra algo salamera como caribeña al fin. Un fuerte y cordial abrazo querida Marylia.
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Es interesante que portara la cruz de Calatrava, ya que se afirma que Isabel de Bobadilla era conversa.
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Muy interesante tu observación Marcos, investigaré sobre ella y te daré respuesta. Gracias por tu comentario y cordial saludo.
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