Antonio Fillol, pintor desafiante y contestatario.

El Museo del Prado, uno de los principales tesoros culturales de España, ha sorprendido al mundo del arte al anunciar la adquisición del cuadro “El sátiro”, una obra del pintor valenciano Antonio Fillol Granell (1870-1930). Este cuadro fue retirado de la Exposición Nacional de 1906 por considerarse “inmoral”, y ha sido adquirido por el museo por 110.000 euros debido a su destacada temática social y su valiosa perspectiva histórica.

Según el director adjunto de “Conservación e Investigación del Museo del Prado”, Andrés Úbeda: «la pintura de Fillol es una manifestación única en la pintura española del siglo XX, ya que aborda de manera cruda y directa un tema que el arte de la época prefería ignorar». Es evidente que el autor se atrevió a exponer la realidad incómoda y perturbadora que pocos artistas se atrevían a pintar.

“El sátiro” fue creada originalmente para la Exposición Nacional de 1906 y provocó una fuerte reacción por parte del jurado de ese año, lo que llevó a la expulsión del pintor junto con otros artistas. La obra, inspirada posiblemente en una noticia real, presenta una escena de una rueda de reconocimiento donde una niña intenta identificar a su violador, señalando tanto a las víctimas como a los culpables y a los funcionarios indiferentes que la rodean.

La pintura tiene un nombre que puede resultar confuso o engañoso: “El sátiro”. En la mitología griega y romana, un Sátiro es un semidiós del campo, representado con orejas puntiagudas, cuernos, cola y pies de cabra, que acompañaba a Dionisios y se entregaba a la danza, la música y el vino. Este personaje no aparece representado en ninguna parte de la escena del cuadro, razón por la que debemos inferir que el título de “El sátiro” hace referencia al apodo que se le dio al violador en la prensa, y también alude a la perversión y la depravación de los abusadores de menores.

Sátiro es toda persona lujuriosa, lasciva o libidinosa y toda obra dramática o poética en que se ridiculizaban los vicios o defectos humanos. En este sentido, el título de la pintura, puede aludir al carácter monstruoso y depravado del violador, que se aprovecha de la inocencia y la vulnerabilidad de la niña. También puede hacer referencia a la burla y la sátira que el pintor ejerce sobre la sociedad de su época, que toleraba o ignoraba estos abusos.

“El sátiro” de Antonio Fillol. Galería Central del Museo Nacional del Prado.

El hecho de que la pintura haya sido considerada “inmoral” por la sociedad de la época refleja cómo las convenciones sociales y el arte se negaban a enfrentar problemas sociales tan graves como el abuso y la violencia hacia las mujeres y los niños. Sin embargo, en la actualidad, se valora su importancia histórica y social como un testimonio significativo de las realidades que la sociedad enfrentaba en ese momento.

La obra de Fillol ha sido rescatada del olvido y se incluirá en las salas de pintura de los siglos XIX y XX del Museo del Prado, junto con otras pinturas que comparten igual perspectiva crítica de carácter social o político. La intención es que el cuadro se pueda entender en su contexto histórico y se confronte con otras obras de tono más conservador y respetuosas de las convenciones sociales de la época.


Antonio Fillol fue un pintor valenciano considerado en la actualidad como uno de los principales representantes del realismo social y autor de una extensa obra artística que recoge escenas, paisajes y costumbres del pueblo valenciano, tratadas con delicadeza, pero a la vez, con gran profundidad. Fue discípulo de Ignacio Pinazo y catedrático de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Destacó también en su faceta de retratista, realizando una colección de pinturas de personajes típicos valencianos, dotándolos de una fuerte carga psicológica y evocativa. Su arte pictórico se caracteriza por la crítica social y el realismo expresivo, con pinceladas espontáneas y brillantes, y una técnica enriquecida con una estudiada composición y perspectiva. Algunas de sus obras más famosas son “La gloria del pueblo”, “La bestia humana”, “El sátiro” y “La rebelde”. Su obra está presente en los principales museos de España, así como en distintos organismos oficiales, coleccionistas y herederos.

La exposición “Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931)”, organizada por el Museo del Prado en 2020, fue una iniciativa del museo para reflexionar sobre el papel de la mujer en el sistema del arte español desde el siglo XIX hasta principios del XX. La exposición demostró cómo las imágenes de las mujeres que se ajustaban al ideal burgués fueron respaldadas y difundidas por los poderes establecidos, mientras que las que se oponían a ese modelo fueron rechazadas o censuradas. En esta exposición se presentaron dos obras de Antonio Fillol, las cuales denuncian la violencia contra las mujeres y bridan apoyo a sus aspiraciones de libertad. Estas obras son:

“El sátiro” (1906); pintura que muestra la rueda de reconocimiento de un abusador de una niña. Fillol fue expulsado de la Exposición Nacional de ese año por su temática incómoda y provocadora y su obra fue considerada «inaceptable para el jurado de la Exposición Nacional de ese año, de la que fue expulsado junto con otros autores». La pintura, inspirada en una noticia real, fue creada para ser expuesta en dicha exposición, y en ella el autor «señaló claramente víctimas, verdugos y funcionarios aburridos, a los que ni siquiera el tratamiento desgarrado de Fillol consigue conmover», precisa el museo.

Los curados del Prado, consideran que “El sátiro” se puede entender en su contexto histórico, razón por la cual se exhibirá en las salas de pintura de los siglos XIX y XX, junto a pinturas «que comparten esa misma sensibilidad crítica de carácter social o político» y se confrontará «con otras de tono más acomodaticio con las convenciones sociales».

El Museo del Prado adquirió la obra en junio de 2023. La inclusión de “El sátiro” en las colecciones del museo, contribuirá a ampliar la representación de Fillol en la pinacoteca y permitirá a los visitantes apreciar la diversidad de su obra.

Según explicó en un comunicado el director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, Andrés Úbeda, «no son frecuentes en la pintura española de principios del siglo XX manifestaciones tan descarnadas de un problema sobre el que el arte había decidido cerrar mayoritariamente los ojos».


Veinte años antes de “El Sátiro”, Fillol pintó «La bestia humana», una obra cuya contemplación nos invita a tomar conciencia sobre la prostitución, la corrupción y el abuso físico. La revolucionaria pintura denuncia y desenmascara la explotación sexual, situando en el fondo de la escena a un cliente que espera pasivamente, mientras fuma un cigarrillo, a que la «patrona» logre convencer a una joven para que acceda al encuentro. La muchacha se deshace en lágrimas a sabiendas de que sin duda será víctima de una violación.

“La bestia humana” obra de Antonio Fillol. Museo del Prado (Fotografía de Sarah Durwin).

“El sátiro” marca la séptima obra del pintor valenciano en los fondos del Museo del Prado, uniéndose a piezas como “La gloria del pueblo”, “La defensa de la choza”, “La bestia humana”, “Los amigos de Jesús”, “La rebelde” y el “Autorretrato”.

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