Lo Real Maravilloso

Las exposiciones inmersivas, tan aceptadas y populares en la actualidad, son una forma de acercar el arte a un público más amplio y diverso, y ofrecer una experiencia diferente y enriquecedora al espectador general, sin que lleguen a sustituir a las obras originales. Ellas tienen el propósito de complementar y hacer más accesibles el arte a la sociedad. Muchas veces, las obras originales están en museos lejanos, en condiciones de conservación delicadas o con restricciones de acceso, en este escenario; las proyecciones digitales permiten que más personas puedan disfrutar de ellas, sin perder la calidad ni el detalle.

Las exposiciones inmersivas no desvirtúan la intención del artista, sino que la respetan y la potencian. En ellas, la selección de cada proyección se basa en el estudio riguroso de la obra, su contexto y significado y se introducen además elementos como la música, la narrativa o los efectos especiales para crear una atmósfera que refleje el universo del pintor. A esto hay que añadir, que en muchas ocasiones cuentan con la colaboración o el consentimiento de los propios artistas o sus herederos.

Estas exposiciones no deben considerarse una distracción vacía, sino una oportunidad de aprendizaje y sensibilización. Las proyecciones estimulan los sentidos y las emociones de los espectadores, y les invitan a reflexionar sobre el arte, la historia, la cultura o la sociedad. También pueden despertar el interés por conocer más sobre los artistas y su obra, y fomentar la creatividad y la expresión artística.

No hay duda de que el original de una pintura tiene un valor artístico, histórico y emocional incomparable, pero eso no significa que sea la única forma de disfrutar del arte. Las reproducciones, las copias o las proyecciones de estas, pueden ser una alternativa para que más personas puedan disfrutar del arte, sin perder la calidad ni la visión original del artista.

El original de una pintura no siempre es suficiente para comprender el arte. Muchas veces, las obras originales requieren de un contexto, una explicación o una complementación para ser apreciadas en toda su dimensión. En estos casos, las imágenes virtuales y los archivos multimedia, resultan un complemento útil y necesario para entender mejor el arte.

Si bien, los elementos ya enumerados constituyen atributos en favor de las exposiciones de arte de carácter inmersivo, no debemos olvidar, como ya señalamos en la publicación precedente; que: «disfrutar de las pinturas originales en ambientes sosegados es una experiencia única y enriquecedora. Las pinturas originales son obras de arte únicas e irrepetibles, creadas y firmadas por los artistas con su talento y personalidad; y al contemplarlas podemos apreciar la técnica, el estilo, el color y la expresión de cada autor, así como las emociones y sensaciones que estas obras transmiten de forma directa».

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La noticia, por su espectacularidad, sacudió de indignación mis fibras emocionales más íntimas: «Australia hace historia con un zoo sin animales ni jaulas que otros países ya están pensando en imitar».

El país oceánico, que es a la vez por su enorme extensión u continente, inauguró en 2022 el Hologram Zoo, un recinto con multitud de especies representadas con hologramas:

Así reza textualmente la inaudita noticia: «El Hologram Zoo de Brisbane es un recinto de mil metros cuadrados que se describe a sí mismo como un zoológico pese a, como ya indicamos, no contar con ningún animal. En él, los visitantes podrán ver hologramas de especies pertenecientes a África, el Ártico y, como no podía ser de otra manera, Australia. Además, también tendrán la opción de consultar los fondos marinos e incluso ver muestras de dinosaurios, todo ello sin tener la necesidad de encerrar a los animales en jaulas. Además, su mayor particularidad es que se tratan de exposiciones 3D, un aspecto que da a los visitantes la posibilidad de “caminar alrededor de los animales y tocarlos”».

En cuanto a la experiencia, la noticia señala que: «La imagen 3D parece flotar en el aire. Gracias a esto, los espectadores pueden moverse en círculos sobre estas representaciones para verlas desde distintos ángulos. A raíz del éxito de esta idea, otras empresas ya han mostrado su interés en emular sus capacidades. Y esto, sumado a la situación crítica de algunos zoológicos tradicionales, podría llevar a los mismos a ser sustituidos por estas experiencias que utilizan espectáculos de luces y modelados 3D, una opción menos dañina para la fauna de todos los rincones del planeta».

Es innegable, que los “zoológicos virtuales o inmersivos” pueden ser una forma de educar al público general sobre la biodiversidad, los ecosistemas y las amenazas que sufren los animales en su hábitat natural, sin que su existencia, sustituya en modo alguno, la existencia del zoológico natural con los animales vivos en entornos protegidos que remeden sus condiciones de vida en la naturaleza. En este sentido, resultan útiles e instructivos, los zoológicos virtuales basados en realidad aumentada, hologramas o robots que recrean el comportamiento y el aspecto de los animales.

Sin embargo, no debemos olvidar que la extensión territorial de Australia es de 7 741 220 km², lo que la convierte en uno de los países más grandes del mundo; mientras que su población, de 25 767 000 habitantes (estimación de 2023), lo la sitúa en el puesto 55 de la tabla de población, compuesta por 196 países, y su densidad de población de 3 habitantes por km², le confiere los funestos atributos de: continente más despoblado del Planeta y segundo país con menor densidad de población, solo por detrás de Namibia.

Australia posee además una gran diversidad de especies endémicas. Algunas fuentes estiman que el 83% de los mamíferos, el 89% de los reptiles, el 90% de los peces e insectos y el 93% de los anfibios que habitan el continente son endémicos, mientras que otras fuentes indican que hay más de 22.000 especies de flora, de las cuales más del 90% son autóctonas.

La riqueza de la fauna y flora de Australia se debe a varios factores, como el aislamiento geográfico del continente, la estabilidad de sus placas tectónicas y el efecto de inusuales pautas de cambio climático a lo largo del tiempo geológico. Estas condiciones han permitido que la vida silvestre se adapte y evolucione de forma única, dando lugar a formas de vida tan sorprendentes como los marsupiales, los monotremas, el emú o el ornitorrinco.

Australia es un país maravilloso para explorar y descubrir su naturaleza asombrosa, que incluye desde playas, montañas, llanuras y desiertos hasta bosques de acacias y eucaliptos. Razón por la cual, en el enorme y deshabitado continente, no existe necesidad alguna de acudir a los hologramas e imágenes virtuales para recrear a los niños en un zoológico virtual.

Educar a nuestros hijos en el amor a la naturaleza y las actividades recreativas al aire libre es una forma de fomentar su desarrollo integral, tanto físico, como mental y sociocultural. Estas actividades mejoran la capacidad de concentración, la memoria y la función ejecutiva, que son esenciales para el aprendizaje, a la vez que estimulan la creatividad, la curiosidad y el pensamiento crítico de los niños y fortaleciendo su autoestima, confianza y autonomía, al tiempo que fomentan la cooperación, la empatía, el respeto hacia los demás y el medio ambiente

Por el contrario, evitar las condiciones naturales de observación de la naturaleza y sus ecosistemas, sustituyéndola por imágenes virtuales y hologramas, conduce irrevocablemente a las temidas adicciones tecnológicas, epidémicas en nuestros días.

Los niños dependientes a las redes y su virtualidad, llamo la atención sobre su cifra: hablo de cientos de millones de niños distribuidos en todas las geografías del Planeta; presentan problemas de sueño, rendimiento académico y déficit de atención para todo aquello que no provenga de la web, mientras que la obesidad, el sedentarismo y los trastornos alimenticios asociados a la inactividad física, disminuyen su autoestima, los frustran y los hacen niños y adolescentes irritables.

El aislamiento, la introversión y falta de habilidades sociales producida por el ciberacoso, ha hecho aparecer nuevas patologías y reforzado otras ya existentes como la ludopatía, adicción al videojuego y otras conductas compulsivas que hacen a nuestros menores esclavos de la web y sus famélicos contenidos.

Existen muchas razones para educar a nuestros hijos en el amor a la naturaleza y las actividades recreativas al aire libre y evitar la adicción o dependencia tecnológica, mientras permanecen y crecen aislados en el hogar, atados voluntariamente a un ordenador. En este sentido, permitir que nuestros hijos disfruten de zoológicos virtuales, es algo más que una “tomadura de pelo”; es una negligencia educativa que nos implica a todos, dada sus funestas consecuencias para la sociedad y el sano desarrollo de nuestros hijos.

Leer primera parte del artículo en el siguiente enlace:

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