El soldado más disciplinado del mundo (1).

La disciplina del pueblo japonés es una de las características más admiradas y respetadas en el mundo. Se basa en una serie de principios que rigen la conducta individual y colectiva de los japoneses, tanto en el ámbito personal como en el profesional.

Los japoneses valoran la armonía social y la cortesía, y evitan los conflictos y las ofensas. Se expresan con humildad y deferencia hacia las personas mayores, las autoridades y los superiores y cuidan el medio ambiente y el patrimonio cultural.

El pueblo nipón, se esfuerzan por cumplir con sus obligaciones y responsabilidades, tanto en el trabajo como en la familia y la comunidad. Son leales, honestos y confiables, a la vez que perseverantes y siempre dispuestos a no rendirse ante las dificultades.

Su cultura milenaria y filosofía, basada en la meditación y equilibrados preceptos, los ha dotado de moderación, austeridad y riguroso autocontrol. Mantienen la calma y la compostura en todo momento, controlando con eficiencia sus emociones y deseos para no dejarse llevar por la ira, el miedo o la tristeza, ni por el placer, la codicia o la pereza.

La disciplina y la moral de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, fue aún más exigente y sacrificada; y tuvo su base en el código samurái, el nacionalismo y el culto al emperador. Los soldados japoneses eran entrenados para ser leales, obedientes y valientes, y para considerar la rendición como una deshonra imperdonable. Muchos de ellos preferían morir o suicidarse antes que caer prisioneros o aceptar la derrota. Algunos incluso continuaron luchando en las selvas y montañas de Asia después de que Japón se rindiera en 1945, sin aceptar o creer que la guerra había terminado.


El 15 de agosto de 1945, el emperador japonés Hirohito hizo algo inédito hasta entonces: hablar por la radio y anunciar la rendición ante Estados Unidos como la mejor opción para la nación. Apenas unos días antes, las bombas atómicas habían destruido Hiroshima y Nagasaki y el día en que cayó la segunda bomba, Iósif Stalin declaró la guerra a Japón y los soviéticos se desplegaron por la región ocupada en Manchuria, en China y en cuestión de semanas, ya estaban aterrizando en la isla de Hokkaido, al norte de la isla principal. La guerra era insostenible, y solo había dos alternativas: la rendición incondicional o la aniquilación total del Japón. Aun así, el discurso de casi no ocurre, tal era la resistencia de todos a la rendición.

Las ciudades de Hiroshima y Nagasaki quedaron absolutamente devastadas tras las bombas atómicas.

El discurso histórico de Hirohito por radio anunciando la capitulación de Japón en la Segunda Guerra Mundial, fue la primera vez que el pueblo japonés escuchó la voz de su soberano, que hasta entonces solo se había comunicado con sus súbditos por medio de escritos formales. El discurso fue grabado previamente por motivos de seguridad y se transmitió a las 12 del mediodía, hora local. Se trataba de una medida extraordinaria que respondía a la situación crítica del país tras el ataque de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, con la cual el emperador aceptaba las condiciones de la declaración de Potsdam y expresaba su deseo de evitar más sufrimientos a su pueblo y al mundo.

Entre las frases más importantes del discurso se pueden destacar las siguientes:

– «Después de reflexionar profundamente sobre la situación mundial y el estado actual del Imperio japonés, he decidido adoptar como solución a la presente situación el recurso a una medida extraordinaria.»

– «He ordenado al Gobierno del Imperio que comunique a los países de Estados Unidos, Gran Bretaña, China y la Unión Soviética la aceptación de su Declaración conjunta.»

Hirohito confirmaba que Japón se sometía a las condiciones de los Aliados, que incluían la ocupación militar y el desarme.

– «Debéis soportar lo insoportable». Expresó Hirohito a sus subordinados, al tiempo que pedía que aceptaran la derrota con dignidad y resistencia, sin caer en el desespero o la violencia.

Sin embargo, la decisión de capitular no fue fácil ni unánime entre los líderes japoneses, que enfrentaban una situación crítica tras los devastadores ataques nucleares de Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki, y la invasión soviética de Manchuria.

El discurso de rendición causó conmoción y desconcierto entre la población y las fuerzas armadas japonesas, que habían sido educadas en el culto al emperador y la victoria a cualquier precio. Muchos no podían creer lo que oían y pensaban que se trataba de una falsificación o una traición. La reacción más extrema fue el suicidio, que algunos japoneses consideraron como una forma de demostrar su lealtad al emperador o de expiar su culpa por la derrota. Se estima que unas 10.000 personas se quitaron la vida tras el discurso del emperador, entre ellas varios políticos, militares, escritores y artistas. Algunos civiles también se suicidaron junto con sus familias o atacaron a los soldados aliados que ocuparon el país. Otros se resistieron a rendirse y continuaron combatiendo o realizando actos de sabotaje contra los aliados, entre ellos, el héroe de nuestra historia, que se refugió en la selva tropical de una isla remota, donde se mantuvo cumpliendo sus órdenes durante décadas, ignorando o desconfiando de los mensajes que le informaban el fin de la guerra.

Para muchos japoneses, la rendición en la Segunda Guerra Mundial fue un auténtico drama.

Nuestra historia continua, para algunos soldados la guerra recién comienza.

#LoRealMaravilloso

#PeriodismoCrítico

https://www.volfredo.com/


14 respuestas a “El soldado más disciplinado del mundo (1).

  1. Me ha dejado sin palabras…
    Ya van varias veces esta semana, por unos u otros motivos, me quedo realmente emocionada. Gracias a que después me recupero, y empiezan las palabras a brotar a borbotones en mi cerebro.
    Confiando, en hacerle sentir igual, cuando lea mi última entrada del blog… Tierra Arrasada, se despide muy atentamente, su fiel bloguera,

    Le gusta a 1 persona

    1. Me alegra mucho te gusten y emocionen las cosas que escribo, todas cargada del romanticismo idealista que me caracteriza y vuelco en cada palabra. Son respetuoso de los valores humanos, la diversidad y la tolerancia, y siempre salgo en defensa de la naturaleza y voy en contra de aquellos que la maltratan. La simpatía mutua de nosotros viene de ahí, de la defensa a ultranza de la humanidad y su entorno natural. Cordial abrazo y feliz fin de semana.

      Me gusta

      1. A mi me enseñaron que en el cielo, sólo están los buenos. El Ángel caído, los malos van al infierno, o al purgatorio… metafóricamente hablando.
        En el mundo en que vivimos, si una persona es mala, su propia maldad, antes o después le pasará factura.
        Es mejor vivir con la paz en el alma, ‘haz el bien, y no mires a quién’.

        Le gusta a 1 persona

Replica a Lunfa Firulete De La Polemática Y La Fêtería. Cancelar la respuesta