Lo Real Maravilloso

La Edad Media o Medioevo, es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Convencionalmente, su inicio es situado en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América.

Durante este largo período de la historia, la escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento, que, en todos los casos, supuso siempre la clara sumisión de la razón y el arte a la fe cristiana.

Las obras de arte medievales surgieron en un contexto en el que no existía el concepto de arte como fin; ni el de la belleza como objetivo, ni siquiera el concepto mismo de artista o de bellas artes.

La obra de arte medieval cumplía tres cometidos y no podía salirse de ellos:

– Ser una ofrenda a Dios, a los santos o a los difuntos, con el fin de obtener su gracia e indulgencia. Es por ello que el hombre medieval (incluso aquellos, como San Francisco de Asís, que promovían la pobreza), no dudaban de la legitimidad de la riqueza de los adornos de las iglesias, monasterios u otros lugares de culto, puesto que esta riqueza era vista como una ofrenda necesaria a Dios, para la cual eran necesarios los mejores materiales y las mejores técnicas.

– Las imágenes medievales debían cumplir con la función pedagógica de explicar los dogmas de la fe cristiana y la historia sagrada, a los iletrados.

– Cualquier manifestación que pudiese considerarse ate, debía ser una afirmación del poder de Dios y de la Iglesia (el poder religioso); y en su defecto, del poder político (emperadores, reyes, y las mismas instituciones eclesiásticas).

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El arte medieval es una etapa de la historia del arte que abarca más de mil años de expresión artística en Europa, el Oriente Medio y África del Norte. Se caracteriza por la influencia de la religión cristiana, la herencia del arte clásico romano y las aportaciones de las culturas bárbaras que invadieron el antiguo imperio. El arte medieval se divide en dos grandes períodos: el románico y el gótico, cada uno con sus propios estilos y manifestaciones.

El arte gótico, más reciente, se considera transicional entre el medioevo y el Renacimiento, se desarrolló entre los siglos XII y XV, y se caracterizó por el uso de formas más naturales y reales, empleadas en la decoración escultórica de las fachadas y retablos de las Iglesias.

Si bien la iglesia no prohibió de forma absoluta los desnudos, estos eran imágenes planas, desprovistas de erotismo y sensualidad, que las más de las veces tenían la función de condenar el pecado original de Adán y Eva, y las faltas del placer carnal y la lascivia.

En la Edad Media, el desnudo artístico tuvo una presencia limitada y condicionada por los valores morales y religiosos de la época. Los eruditos medievales distinguieron diferentes tipos de desnudos, según su intención y contexto:

– El desnudo natural, como en la representación de Adán y Eva, el martirio de los santos o los resucitados en el Juicio final. Según la doctrina, el cuerpo era el resultado del pecado original, por ello, debía ser cubierto y sometido a la disciplina espiritual, evitando cualquier forma de sensualidad o placer carnal.

– El desnudo temporal, que comporta la pobreza, como en el caso de Job, o de santos penitentes, como María Magdalena o Francisco de Asís.

– El desnudo virtual, que se consideraba aparejada a la virtud, como representación de la Verdad (en esta época se solía representar el Salmo 85:10 con la Verdad desnuda y la Misericordia vestida).

– El desnudo criminal, propio de actos de vicio y maldad, vinculados a la representación del demonio o de dioses paganos.

Estos tipos de desnudo reflejan las actitudes y los prejuicios de una sociedad que veía el cuerpo como motivo de vergüenza y pecado, y que solo lo aceptaba en el arte cuando estaba justificado por un motivo religioso o moral.

Las figuras desnudas solían ser poco realistas o idealizadas, con rasgos exagerados o deformados para resaltar su carácter sagrado o pecaminoso. Así, los cuerpos de los santos o los ángeles eran esbeltos y luminosos, mientras que los cuerpos de los condenados o los demonios eran grotescos y oscuros. Además, era obligado emplear recursos como el velo, el paño o la hoja de parra, para ocultar las partes más íntimas del cuerpo. El desnudo artístico medieval era, por tanto, un desnudo simbólico y alegórico, que buscaba transmitir un mensaje más que recrearse en la forma y la belleza del cuerpo humano.

Uno de los ejemplos más conocidos de desnudo artístico, al final del medioevo, es el Juicio Final de Miguel Ángel, pintado en la Capilla Sixtina entre 1536 y 1541. En esta obra monumental, el artista representa a más de 300 figuras desnudas que rodean a Cristo y a los santos en el día del juicio. El desnudo de Miguel Ángel tiene una función dramática y moral, pues muestra la vulnerabilidad y el pecado de la humanidad, pero también su belleza y dignidad. El artista se inspiró en las esculturas clásicas de la antigüedad, pero les dio el carácter expresivo y dinámico de sus predecesores. Hago la salvedad que Michelangelo Buonarroti (1475-1564), fue un artista renacentista, quizás el más famoso de ellos.

El artista y el arte en la edad media tenían una función principalmente religiosa y didáctica. El arte medieval estaba al servicio de la Iglesia y de la fe cristiana, y buscaba representar las escenas y los personajes de la Biblia, los santos y los mártires, y las enseñanzas morales y espirituales. El artista medieval no buscaba la originalidad ni la expresión personal, sino que seguía los modelos y las normas establecidas por la tradición y la autoridad eclesiástica. El artista medieval tampoco firmaba sus obras ni buscaba el reconocimiento individual, sino que se consideraba un artesano al servicio de Dios y de la comunidad. El arte medieval tenía una función educativa y propagandística, ya que debía transmitir los valores y las creencias de la Iglesia a una población mayoritariamente analfabeta y sometida a su poder.

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