Yoko Ono: La viuda negra transformada en ángel.

«La culpa de todo la tiene Yoko Ono”, cantaba en 1995 la banda Def Con Dos. Y no solo era el título irreverente de una canción de rock española, sino el resumen de la maldición que durante seis décadas ha perseguido a Yoko Ono. Para resumir, la artista multidisciplinar japonesa fue en los 70 a la música lo que hoy Meghan Markle es a la monarquía británica.

Yoko Ono. Tokio, en su cumpleaños 90. ¡Felicidades!

Una mujer de otra raza, con otros principios, acusada de manipular a John Lennon y alejarlo de su familia y de deteriorar hasta la desintegración a los Beatles. Blanco de insultos xenófobos, racistas y sexistas, tachada de calumniadora, oportunista, e hipócrita con sus mensajes de paz e igualdad, además de ninguneada en su trayectoria artística.

Añada a la cadena de descréditos orquestadas por los medios, los tres matrimonios sucesivos de la frustrada artista: Toshi Ichiyanagi (matrimonio 1956-62), Anthony Cox (matrimonio 1962-69), John Lennon (matrimonio 1969; fallecido 1980), lo cual la hicieron particularmente vulnerable y blanco fácil a la crítica. Obsérvese que siempre contrajo nuevas nupcias el mismo año en que concluía su anterior divorcio.

Cumplido el pasado sábado los 90 años, se ha hecho justicia y parece haber sido resarcida de daños y prejuicios por la sociedad. Destacan para ello, sus 43 años de luto vividos como la viuda de John Lennon.

Al parecer, su prestigio artístico está mejor que nunca: en los últimos 15 años ha visto cómo sus canciones copaban listas de popularidad en los Estados Unidos, cómo el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) le dedicaba por fin una exposición monográfica y cómo la acreditaban por fin como coautora de la icónica canción “Imagine”.

Yoko Ono, página oficial en Twitter: “Piensa en paz, actúa en paz, difunde la paz”. @yokoono

Las redes sociales se han abierto al perdón y en la actualidad mantiene 4,5 millones de seguidores en Twitter, algo que pocas nonagenarias pueden decir, y hablando de millones, en este caso de dólares, ha convertido los 200 que le dejó John Lennon en 1980 en 700 a día de hoy, según Celebritynetworth.com.

Estos días, además, la CBS ha anunciado que prepara un documental titulado ‘Daytime Revolution’, centrado en la semana de 1972 en la que John Lennon y ella tomaron el control del espacio televisivo más visto del momento, “The Mike Douglas Show”, y lo llenaron de ideas revolucionarias artística y políticamente.

¡Gracias, gracias, gracias por todos los hermosos deseos de cumpleaños! Soy una chica muy afortunada. ¡Te amo! Mucho amor, Yoko

Pero al margen de su reconocimiento como artista, quizá lo más injusto de la simplificación de su figura sucede cuando se mira a su vida personal. Hay mucho que contar antes y después de que John Lennon apareciera en su vida y se casara con ella en 1969 en Gibraltar. Igual que hay mucha más tragedia que el asesinato de la leyenda musical el 8 de diciembre de 1980 frente al edificio Dakota de Nueva York, la que era y es su residencia a día de hoy: «fue mi única casa con él, no quiero irme», le dijo en una ocasión a Jonathan Ross. Como resumió hace tres años su amigo cercano, el periodista Elliot Mintz, “en estos 87 años, Yoko ha vivido 400”.

Nacida en Tokio en 1933 en lo que sin duda era una familia acomodada (hija de una artista y un banquero, y con un abuelo adoptivo de tradición samurái), tuvo una educación exquisita entre Japón y Estados Unidos que se vio truncada por la Segunda Guerra Mundial. El conflicto bélico los lanzó a todos a la hambruna y a su padre, en concreto, a un campo de prisioneros de guerra en Saigón.

Una vez recuperado el estatus, la joven Yoko llegó a ser compañera de clase de Akihito, el futuro emperador de Japón, y tras volver a Nueva York acabó casándose en secreto con el músico vanguardista japonés Toshi Ichiyanagi (quien murió, por cierto, en octubre del año pasado). Corría el año 1956, ella tenía 23 años y su relación, que duró seis, terminó en divorcio. Después ella ingresó en una institución psiquiátrica en Japón por sufrir de una depresión crónica.

«Ella es increíble, revolucionaria»: Los fanáticos y compañeros artistas sonaron en el cumpleaños número 90 de Yoko Ono durante el fin de semana en Central Park con cantos, campanas y notas escritas a mano.

Pero el mayor desgarro de su vida llegó con su siguiente marido, el músico de jazz y productor cinematográfico Anthony Cox. Fue él uno de los promotores de que fuera dada de alta en el centro de salud mental en el que se encontraba y se casaron con tanta rapidez que su matrimonio fue inicialmente anulado, ya que el divorcio con Ichiyanagi no se había hecho efectivo todavía. Cuando logró concretar su segundo matrimonio en 1963, lo peor estaba por llegar. En esa segunda ceremonia, Yoko Ono estaba embarazada de siete meses de su primera hija, Kyoko Chan Cox, pero pronto empezaron los problemas matrimoniales, que culminaron en una feroz batalla por la custodia de la niña.

El miedo de Cox a que la fama de John Lennon (que ya había entrado en escena) le alejara de su hija hizo que negara prácticamente el contacto de la pequeña con su madre. Esto llevó a Yoko y a John a secuestrar a Kyoko en Mallorca durante unos días, episodio retratado en un cortometraje español titulado con el nombre de la hija.

Cox se hizo con la custodia total en 1971, amparado en el consumo de drogas de la madre, ya por entonces víctima del odio mediático. No contento con eso, Cox cambió legalmente el nombre a su hija (a partir de entonces Ruth Holman) y la enroló en una secta cristiana en Iowa.

Dinero, tiempo y recursos, no consiguieron que Yoko se reencontrara con su hija, causándole un dolor y una angustia inimaginables. Parece cruel que fuera la misma época en la que los medios solo hablaban de enredados tejemanejes y trapisondas oportunistas por parte de la artista.

Los dos grandes traumas de su vida se solaparon cuando asesinaron al ex-Beatle y Yoko Ono recibió un telegrama de su hija y su marido dándole el pésame, pero sin aclarar su paradero. En 1986, Yoko Ono (refugiada en la inseparable relación con el hijo que tuvo con Lennon, Sean, dio por cerrada su búsqueda con una carta abierta a su hija. “Si alguna vez quieres ponerte en contacto conmigo, debes saber que me encantaría y que deseo profundamente saber de ti. Pero no debes sentirte culpable si decides no contactarme. Tienes mi respeto, amor y apoyo para siempre”, escribió.

Doce años más tarde, en 1998, Kyoko decidió finalmente retomar el contacto, tras haber sido madre de su hija Emi y reflexionar sobre lo ocurrido desde la adultez. Yoko la perdonó sin rencor y celebraría en 2000 la llegada de su segundo nieto. Pero la otrora calumniada como parásito de sus maridos nunca más pensó si quiera en casarse. Un final relativamente feliz para quien, pese a todo, no pierde la fe en la humanidad, en el arte, en el amor y en la naturaleza. “Soy una bruja”, tituló su álbum en 2006. “Pero una bruja buena”, aclaró entonces al periodista español Carlos del Amo.

Así lo muestra cada día en sus redes sociales, donde sigue mandando mensajes inspiradores con humor y donde ha decidido celebrar sus 90 cumpleaños haciendo una llamada a sus seguidores para que escriban mensajes de buenos deseos y, por cada uno recibido, plantar un árbol.

“Llevo décadas haciendo cosas de las que nadie habla”, declaró a los medios en 2015.


Antes de cerrar la actual publicación, decidí visitar a Yoko en su página de Twitter, @yokoono; y en ella descubrí que, en honor a su cumpleaños, la artista abrió un “Árbol de buenos deseos”, donde puedes dejar y expresar de forma interactiva tus mejores sentimientos y anhelos.

En su instrucción original para el árbol de los deseos, Yoko escribió:

Pide un deseo
Escríbelo en un pedazo de papel
Dóblalo y átalo alrededor de una rama de un árbol de los deseos.
Pídele a tu amigo que haga lo mismo.
Sigue deseando
hasta que las ramas estén cubiertas de hojas con mensajes.

Aquí les muestro el texto que dejé en el árbol de Yoko, a nombre de todos. Bendiciones

Deseo de Lo Real Maravilloso para nuestros queridos amigos y seguidores.

#LoRealMaravilloso

#PeriodismoCrítico

#Historia

https://www.volfredo.com/


9 respuestas a “Yoko Ono: La viuda negra transformada en ángel.

  1. Buen dia. Mi idolo musical y su gran amor. Yoko era ya una reconocida artista vanguradista cuando conocio a John, precisamente, cuando el beatle visitaba una exposicion suya en Londres.
    Cuanta necedad en su muerte.

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s