Picasso: el luto azul de un genio.

En 1901, cuando Pablo Picasso contaba 19 años, cuando su gran amigo, el pintor Carlos Casagemas, con quien intimó primero en Barcelona y luego en París, se quita la vida de un disparo en el parisino Café Hippodrome, hoy Palace Clichy. El joven Casagemas, al ser rechazado por la modelo Laure Gargallo, enloquecido por celos y frustraciones trata primero de asesinar a la modelo, y luego dirige el arma a su propia sien. Picasso se obsesionó con el suicidio y se volcó en la producción de muchos cuadros en los que recreaba al amigo muerto y su sepelio. El incidente supuso un antes y un después en la obra de Picasso, y dio inició al “Periodo azul” (1901 – 1904).


El pintor Carles Casagemas Coll fue clave en la vida de Picasso: su gran amigo en la Barcelona bohemia de “Els Quatre Gats”, su compañero de taller en el Gòtic, y su rival artístico (competían casi como un divertimento, pintando los mismos personajes de los bajos fondos y chicas de burdel).

Casagemas viajó a París junto a Picasso para visitar la Exposición Internacional de 1900. Se instalaron en el antiguo estudio de Isidre Nonell, sin duda el artista que más influencia ejerció en la formación de la personalidad pictórica de Casagemas. Fue allí donde se enamoró de Laure Gargallo, conocida como Germaine Gargallo, modelo y corista de vida ligera dedicada por entero al divertimento.

Al cabo de tres meses, Picasso intentó alejar a su inseparable amigo de París porque empezaba a tener malos presentimientos, y logró llevarlo por Navidad a Málaga. Pero Casagemas estaba tan obsesionado por su modelo que regreso tan pronto pudo a París, donde le esperaba un final trágico.

Casagemas, profundamente deprimido por el rechazo de Germaine, intentó matarla con una pistola en el parisino Café Hippodrome, hoy Palace Clichy. Tras errar el disparo, se apuntó a la cabeza y disparó, acabando con su vida a la edad de 20 años. El suicidio marcó profundamente a los amigos del pintor, Manolo Hugué y Manuel Pallarés, quienes se hallaban presentes en el momento del trágico accidente, confesaron que fue el hecho que más los había impactado en sus respectivas vidas.

Nadie sufrió el suicidio de Casagemas, de la forma que hizo Picasso que, sin estar presente, se obsesionó hasta el punto de dedicarle varios cuadros en los que recreaba a su amigo muerto o su entierro. Con el suicidio de Casagemas, se produjo un antes y un después en la obra de Picasso, quién a partir de este incidente inició su etapa artística conocida como el período azul. Las obras correspondientes a esta etapa se caracterizan por la sobriedad de los tonos azules y temáticas oscuras como la prostitución, la soledad, la depresión y la pobreza.


Con un futuro prometedor después de haber recibido una medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes con tan solo 15 años, Picasso decidió abandonar el camino académico para seguir su propio derrotero, algo que no gusto mucho a su familia.

Después de abandonar la Escuela de Bellas Artes, Picasso pasó los años siguientes divirtiéndose con los amigos que había hecho en la academia. Solía pasar las noches paseando por las calles bohemias de Barcelona y acudía con frecuencia a burdeles. Su padre se decepcionó mucho al percatarse, que el futuro brillante que soñó para su hijo y ya tenía en sus manos, lo estaba dilapidando entre juergas, bares y prostíbulos.

Pablo Picasso en aquella época, también comenzó a frecuentar un famoso cabaret de la época llamado «Els Quatre Gats (los 4 gatos)». Aquel cabaret era el lugar de encuentro del circulo intelectual de la vanguardia artística y los anarquistas de barcelona. Allí le cuentan que la pintura estaba cambiando, y que el realismo y todo cuanto habían aprendido en la escuela, ya no le iba a dar para comer. Fue así como Picasso descubrió que la pintura moderna era el futuro.

En el año 1900, con 19 años y acompañado de Casagemas, su amigo pintor, decidió abandonar Barcelona para dirigirse a París sin dinero y siquiera hablar dos palabras en francés. Tenía el objetivo de aprender sobre ese nuevo arte del que tanto había oído hablar, dando la espalda para siempre a toda la enseñanza tradicional que había aprendido de su padre.

Picasso se instaló en un pequeño estudio de París junto a su amigo y una pequeña comunidad de pintores catalanes que también tenían escasos recursos económicos. Tan pronto como llegaron, Pablo llamó la atención de un comerciante de arte que se encargaba de vender las colecciones de aquellos artistas y con un sueldo de 150 francos al mes (el salario medio de aquella época), lo contrató.

Picasso asistió a todas las exposiciones de Paris de aquel entonces, analizando el nuevo estilo de los pintores impresionistas y pensando al instante en que él podía hacerlo mucho mejor.

Ya en París y con un sueldo estable, Picasso siguió disfrutando del mundo de las noches parisinas junto a sus amigos, hasta que tristemente esto desencadenó en un trágico triángulo amoroso de consecuencias funestas.

Su amigo Casagemas estaba profundamente enamorado de la modelo y corista Germaine Gargallo, pero esta mujer no lo amaba a él, sino a Picasso. Esto provocó que más tarde, durante una cena grupal en la que Picasso no estaba presente, su amigo sacará una pistola en mitad de la cena, le disparar a ella errando el tiro y luego se suicidará con un disparo en la sien.

Cuando Pablo se enteró de la trágica noticia, aparentemente no le dio mucha importancia porque se encontraba en Barcelona, inmerso en un nuevo proyecto.


Seis meses más tarde, Picasso regreso a Paris, y se aloja en el estudio que había pertenecido al difunto Casagemas, porque el maltratado recinto había sentido rentado por un año. Fue en el estudio donde pasaba las noches con Germaine en alevosa actitud.

Confieso que en este punto me he detenido en varias ocasiones sin encontrar explicación, al hecho que pronto se produjo y lo cambió todo: el recuerdo de su amigo muerto comenzó a atormentar a Picasso. Esto lo condujo a una depresión que lo llevó a romper la relación que mantenía con la fatídica bailarina que desencadenó aquel triángulo amoroso. Es entonces cuando comenzó un nuevo período de pinturas tristes, frías y atormentadas por la muerte: su conocida época azul.

Autorretrato (19019. Pablo Picasso, época azul.

La etapa azul fue una etapa de quiebra económica en la que Picasso se encerró en su casa por más de tres años sin conseguir vender su obra. Sus cuadros azules y tristes, no gustaban y no lograba hacerlos vender.

Esta quiebra le ocasionó problemas con su promotor y pronto quedó sin la remuneración económica de este. Se dice que, durante esta etapa, Picasso tuvo que robar comida para poder alimentarse.

Pablo Picasso. La habitación azul, 1901. Phillips Collection.

A los 21 años, hundido por el fracaso y los remordimientos, Pablo regresó a Barcelona para refugiarse en su familia mientras reflexionaba sobre el sentido de su existencia.

En enero de 1903 Picasso permanecía en Barcelona. En primavera comenzó el cuadro “La vida” (hoy en el Cleveland Museum of Fine Arts), uno de los mayores y más complejos lienzos de su época azul. Considerado su trabajo más importante de estos años, destaca por el simbolismo oscuro en sus primeras obras, y fue objeto de múltiples interpretaciones académicas, sobre las cuales el artista nunca se pronunció.

Picasso realizó cuatro bocetos preparatorios para el cuadro, variando la composición de las figuras al menos dos veces; cabe destacar que la figura masculina, que empezó como un autorretrato, acabó siendo la representación de su amigo Carlos Casagemas. “La Vida” resume la mayor parte de los temas y la atmósfera de la época azul: el pesimismo nihilista desarrollado en su época de formación en Barcelona, recrudecido bajo las dificultades materiales que sufre en esta etapa de su vida: «Picasso cree que el arte es hijo de la tristeza y del dolor», decía su amigo Jaime Sabartés.

“La Vida”, y las reflexiones del pintor entorno a ella, de algún modo le ayudaron a superar los remordimientos y a pasar página. Pronto el color azul cedió su espacio a los tintes rosados de la siguiente etapa de su vida pictórica y la fortuna regreso una vez más, para nunca abandonarle durante el resto de su larga existencia.


Pinturas del período azul de Pablo Picasso

Los cuadros del período azul de Picasso están cargados de dolor y tristeza. Estas pinturas transmiten una sensación de frío y melancolía nunca apreciada en ninguna otra época de Picasso. La soledad de los niños, la miseria de pobres, mendigos y ciegos son a menudo descritos en los cuadros de ese momento: “Las dos hermanas” (Museo del Hermitage, San Petersburgo), “Pobres a orillas del mar” (Galería Nacional de Arte, Washington D.C.), “El viejo guitarrista ciego” (Instituto de Arte de Chicago), “El asceta” (Barnes Foundation, Filadelfia), y “La Celestina” (Carlota Valdivia) (Museo Picasso, París), se cuentan entre las primeras obras maestras de Picasso en su época azul.

La tragedia
El viejo guitarrista ciego.
Evocación.

Hacia finales de 1903 Picasso entendió, que solo si se establecía de forma permanente en Francia, podría recuperar su reputación perdida y superar la melancolía de la etapa azul. Se trasladó al estudio del escultor Pablo Gargallo (1881-1934), quien en aquel momento se encontraba en París, en el número 28 del Carrer del Comerç de Barcelona, donde finalizó La Celestina (Carlota Valdivia) y comenzó un nuevo Retrato de Jaime Sabartés (Kunsternes Museum, Oslo) que finalizó en la primavera de 1904, con este cuadro logró poner fin a sus nostalgias azules.

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