Pablo Picasso y la buena estrella.

El picador, “El picador amarillo” o “El pequeño picador”, como también se le conoce, es un cuadro de reducidas dimensiones (24 x 19 cm) pintado por Pablo Ruiz Picasso en 1890, sobre soporte de madera de cedro. De niño, el autor aprovechaba las tapas de las cajas de tabacos para realizar varios de sus óleos, entre ellos este.

En agosto de 1890, tuvo lugar en Málaga una serie de festejos en los que se lidiaron varios toros en la plaza de La Malagueta. “El picador amarillo”, se fecha justamente en esta temporada taurina, y es el primer óleo realizado por Picasso a la edad de ocho años, el cual se enmarca dentro de uno de los temas principales tratados por el pintor a lo largo de su productiva vida, la tauromaquia.

“El picador amarillo”, Pablo Picasso. 1890.

El óleo muestra a tres personajes situados tras la barrera. Dos figuras masculinas aparecen mirando hacia el tendido, mientras que una figura femenina aparece de perfil, mirando hacia la izquierda con el rostro maquillado de blanco, con una actitud aparentemente despreocupada por la acción que acaece sobre el albero.

El personaje principal de la obra es un picador que aparece sentado sobre su esquelético caballo de lidia, el cual se muestra sin el peto de protección y con los ojos vendados, ignorando el reglamento taurino de la época. Ambos están situados junto al valla, mientras esperan la embestida del morlaco.

En la obra se aprecia una acusada desproporción del volumen de los personajes, característica que Picasso jamás abandonaría en sus obras futuras. El caballo es excesivamente menudo para el picador, mientras que las figuras del público son demasiado grandes, teniendo en cuenta que se sitúan al fondo de la escena.

Estos tres personajes del público van ataviados de manera muy dispar; el personaje masculino de la izquierda porta un sombrero de ala ancha y la mujer se cubre con una mantilla (ambos con vestimenta popular andaluza), mientras que el personaje de la derecha aparece con un bombín sobre su cabeza, signo de posición social más elevada.

Tras los personajes, se muestra un fondo neutro, la oscuridad. Este fondo neutro corresponde a las enseñanzas técnicas aprendidas por Picasso de su padre, José Ruiz y Blasco. En pocos años, el incansable creador romperá con el academicismo formal, para encabezar la lista de las vanguardias creativas del siglo XX.

En la actualidad, “El picador amarillo” pertenece a un coleccionista privado radicado en París.


Durante el invierno de 1895, Picasso realizó su primer gran lienzo académico, “La primera comunión” (Museo Picasso, Barcelona), ciudad en la que residió nueve años, salvo algunas vacaciones de verano y cortas estancias en Madrid y París.

“La primera comunión”. Pablo Picasso. 1895.

Picasso pintó “La primera comunión” a los 15 años y en ella muestra con un estilo muy académico, la religión, una de las temáticas propias del Picasso de esta época. La importancia de este cuadro viene dada por su presentación en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona en 1896. Gracias a esta obra la carrera de Picasso dio un gran paso adquiriendo renombre en Barcelona. Una obra decisiva para una carrera que recién acababa de empezar.

El cuadro del pintor malagueño muestra a una niña vestida de blanco, arrodillada ante el altar, tomando la primera comunión. Picasso destaca esta figura al contrastar los colores rojos y oscuros del fondo con el blanco vestido de la joven. Se trata del primer cuadro del pintor en ser exhibido de manera pública.

“La primera comunión” fue pintada en 1896, utilizando la técnica de óleo sobre lienzo y tiene un tamaño de 166 cm de alto por 118 cm de ancho. En la actualmente se encuentra en el Museo Picasso de Barcelona.


Pablo Picasso tenía 10 años cuando comenzó a estudiar arte, en la Escuela de Bellas Artes de La Coruña, a los donde 16 años matriculó en la Escuela de Bellas Artes de La Lonja, en Barcelona, y participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid.

En octubre de 1900, Picasso de muda a París para asistir a la Exposición Universal, donde se exhibía una obra suya. En París se instaló en el estudio de Isidre Nonell, artista catalán que Picasso conocía. También conoció al que sería su primer marchante, Pere Mañach (quien le ofreció 150 francos mensuales por toda su obra) y entró en contacto con la galerista Berthe Weill. El éxito estaba asegurado, con solo 20 años, Picasso se encontraba ya en el umbral de la fama.

Picasso entró en el libro de los Récord Guinness con el título de pintor más prolífico de todos los tiempos, con una carrera profesional que duró 75 años (más si se tiene en cuenta que a los 13 ya expuso). Se calcula que el artista realizó más de 13 500 pinturas, 100 000 impresiones, 34 000 ilustraciones, 300 esculturas y un gran número de piezas de cerámica. El catálogo más importante y extenso de su obra, lo realizó el crítico de arte, coleccionista y editor francés Christian Zervos y en él incluyó 16 000 reproducciones de obras del artista debidamente autenticadas.

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