Los Zo’és han vivido de forma pacífica en la densa selva que se extiende entre los ríos Erepecuru y Cuminapanema, al norte del estado de Pará, desde tiempos inmemoriales. Construyen grandes casas sin paredes en las que viven varias familias, rodeadas de huertos, donde cultivan mandioca y otros tubérculos, pimientos, bananas y muchas otras frutas y verduras. Cultivan algodón, que hilan y guardan en conos que luego utilizan para tejer ornamentos corporales, confeccionar hamacas, y tejer portabebés con los cuales las madres transportan a los hijos atados a sus cuerpos.
En las décadas de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, los cazadores ilegales de jaguares y otros felinos salvajes para sacar provecho de sus pieles fueron los primeros en interrumpir la paz de la selva. Mas tarde llegaron los buscadores de oro y los recolectores de nueces brasileñas también comenzaron a adentrarse en la selva. Pero la tragedia no tardó en llegar: los Zo’és comenzaron a padecer enfermedades frente a las que no tenían inmunidad y sus poblaciones quedaron limitadas a escasas decenas de aborígenes.
En la actualidad, la presión sobre su territorio y recursos naturales ha aumentado: recolectores de nueces, buscadores de oro, y cazadores invaden periódicamente su tierra, y la frontera de los cultivos de soja, sembrada de forma extensiva luego de talar la selva, cada vez está más cerca.
Las imágenes tomadas desde el aire, resultan testimoniales y aterradoras, la selva se ve desaparecer a ojos vista, y cientos de miles de hectáreas de milenarios árboles desaparece cada año.

El ecosistema natural más grande del planeta, la Amazonía, muere; y las consecuencias ya repercuten en toda la biosfera, porque el proceso de biosíntesis que hace crecer al mundo vegetal, utiliza los gases tóxicos como sustrato, filtra la atmósfera y atrae la lluvia, y en ausencia de los bosques y selvas, la respiración del planeta se detiene.

El ecosistema natural más grande del planeta, la Amazonía, muere; y las consecuencias ya repercuten en toda la biosfera, porque el proceso de biosíntesis que hace crecer al mundo vegetal, utiliza los gases tóxicos como sustrato, filtra la atmósfera y atrae la lluvia, y en ausencia de los bosques y selvas, la respiración del planeta se detiene.
La biosfera es el sistema formado por el conjunto de los seres vivos del planeta Tierra y las relaciones que establecen entre ellos. Es un ecosistema global que da soporte a todos los seres vivos, con capacidad para controlar, dentro de sus límites, su propio estado y evolución.
¿Qué quiero decir con esto?, la respuesta es evidente, los daños ocasionados por el hombre a la biosfera, tendrán consecuencias globales y repercusión en todas las geografías y climas del planeta. Ninguna región geográfica está a salvo, desde los polos hasta el Ecuador, desde los ríos hasta los mares y océanos, desde los valles hasta las más altas cordilleras.
La ira del planeta tiene un nombre: “desertificación” y esta avanza en todas las regiones del Mundo, con Estados Unidos a la cabeza. El daño es ya irreversible, el caudaloso rio Colorado será un riachuelo en años, pero la sequía rebasa con mucho su recorrido y el este de los Estados Unidos, el 50% de su territorio de la nación más rica y poderosa del planeta, está bajo amenaza. Mañana continuaremos con más argumentos en nuestro afán por detener el desastre al cual nos dirigimos de forma voluntaria.
En el ámbito de las Ciencias de la Tierra, desertificación y desertización son conceptos diferentes, si bien en el lenguaje coloquial se utilizan como sinónimos.
#LoRealMaravilloso
Tremendo artículo, sobre un tema, q agobia a la humanidad, las tierras secas (para incluir en ellas, las q causó la desertificación y la desertización) q ya sobrepasan el 40 % de las tierras de nuestro planeta y el 79 % tiende a convertirse en desérticas.
Muy bien, estructurado y explicito, este especializado artículo sobre las causas que están extinguiendo los bosques en el mundo y convirtiendo en tierras àridas la superficie del planeta en que habitamos. Es un peligro tan impactante negativamente para la humanidad, que pudiéramos decir, que es equivalente al daño producido por varias explosiones atómicas.
Protejamos los bosques, plantemos al menos un árbol y cuidémoslo hasta su adultes y estaremos salvándonos nosotros mismos.
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Los Zo’és no serán los únicos perjudicados por el calentamiento global y la tala indiscriminada de la selva, la desertificación es a escala global y China, Australia y Los Estados Unidos encabezan la lista, paradoja esta que recuerda la justicia…mañana prometo argumentar al respecto. Gracias por tus comentarios.
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La Amazonía muere de a poco y la vida en el planeta se extinge, por eso el llanto urgente de la tierra. Salvemos nuestro ecosistema, excelente artículo. Felíz día.
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Te cuento que estamos rodeados de sordos y ciegos, voluntarios y negacionistas. Pero mañana vengo con más, porque China y USA van a arder entre los primeros.
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Excelente articulo es cierto muere la Amazonia y se deteriora el planeta..amemos el ecosistema y protejamos la naturaleza….es una pena ocurra esto..éxitos mi Volfre
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Al menos Lo Real Maravilloso y las personas de bien, estamos a favor del planeta. Gracias por tus comentarios que son siempre bienvenidos
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Unidos en la defensa del Planeta y la vida
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Reblogueó esto en miscabossueltos.
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Muy bueno el artículo. Muchas gracias. Abrazote.
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Gracias Marta, es un gusto, estamos unidos en la defensa del medio ambiente. Un abrazo
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