Navidad en Lo Real Maravilloso.

Queridos amigos: en estas fechas de alegrías y abrazos, quisiera detenerme un instante para hablarles desde la gratitud. Este espacio que compartimos no existiría sin ustedes, y por eso esta felicitación es también un reconocimiento a la comunidad que hemos creado unidos, hilo a hilo, palabra a palabra.

Me dirijo, con afecto y respeto, a todos aquellos que hacen posible este encuentro cotidiano:

  • A los amantes del arte y la poesía, que hallan en cada palabra un refugio y revelación.
  • A quienes buscan la verdad en los pliegues de la historia, con mirada crítica y corazón abierto.
  • A los respetuosos de Dios y de los hombres, que cultivan la fe sin fanatismo y la dignidad sin estridencias.
  • A las mujeres y hombres honestos y decorosos de todas las latitudes, cuyo ejemplo silencioso eleva el alma colectiva.
  • A quienes creen que la belleza puede ser trinchera, que la memoria es un acto de justicia y que la ternura también es Patria.
  • A ustedes, que, con cada lectura, cada gesto y cada comentario, sostienen este editorial cargado de magia que nos acompaña en nuestro andar por la vida.

Que esta Navidad sea un tiempo de cercanía, de ternura compartida y de sueños que se encienden como estrellas en la noche. Que cada palabra que aquí nace sea semilla de luz en el corazón colectivo, y que cada abrazo —aunque sea en la distancia— se transforme en un puente cálido capaz de atravesar las fronteras del silencio.

Desde Ciego de Ávila, hermanada con Macondo en el mito y esa realidad nuestra que nunca renuncia a la memoria histórica, les envío un abrazo fraterno, con el deseo de que el nuevo año nos encuentre más unidos en la poesía, la esperanza y la vida.

¡Feliz Navidad y un Año Nuevo pleno de bendiciones!


Deja un comentario