Rodney Smith: La poesía visual de lo cotidiano.

Rodney Smith (1947-2016) fue un maestro en el arte de captar lo efímero, elevando la fotografía a un plano casi literario, en el que las imágenes se convierten en metáforas visuales que habitan en el umbral entre la realidad tangible y lo onírico. Con un estilo inconfundible que fusiona la serenidad de la tradición clásica con la inventiva contemporánea, sus fotografías parecen habitar un mundo paralelo.

Basadas en la película y la luz, sus fotografías oníricas sin retocar son tan notables por su arte como por su belleza física.

Smith cultivaba un acercamiento al arte fotográfico que desafiaba las convenciones del momento. Aunque sus imágenes estaban bañadas de una nostalgia palpable, eran también, por encima de todo, atemporales. Con un dominio exquisito de la luz y la composición, sus obras se caracterizaban por un espléndido equilibrio entre lo formal y lo poético. En cada una de sus fotografías, la escena nos invita a preguntarnos qué existe más allá de lo que se muestra.


Nacido en 1947 en la ciudad de New York, su vida estuvo marcada desde temprana edad por el deseo de sus padres de que se dedicara al sacerdocio. Este mandato familiar, aunque no destinado a perdurar como vocación de vida, fue un principio que modeló, de alguna forma, su ser. En consecuencia, Rodney se sumergió en los estudios de teología, y con seriedad y dedicación completó una Maestría en Divinidad en la Universidad de Yale, en una época donde los ideales religiosos y espirituales dominaban gran parte de su mundo interno. Esta fase de su vida estuvo impregnada de un profundo sentido de búsqueda, no solo en términos espirituales, sino también existenciales.

Sin embargo, fue dentro de ese contexto de rigores académicos y religiosos donde se gestó su verdadera pasión, que no residía en los estudios teológicos sino en el arte. A pesar de haber comenzado en el camino de la teología para cumplir con los deseos de su familia, la fotografía se convirtió en el lenguaje que realmente le permitió explorar el mundo y su propia visión interna. Fue en Yale donde, además de sus estudios teológicos, Smith encontró en la fotografía una vocación que, “era más una llamada del alma que una elección profesional”.

Durante su tiempo en Yale, Rodney tuvo la fortuna de estudiar bajo la tutela de uno de los grandes maestros de la fotografía estadounidense, Walker Evans, quien no solo era un referente para la nueva ola de fotografía, sino también un mentor que, con su enfoque sobrio y su mirada aguda, supo guiar a Smith hacia una comprensión más profunda de la imagen. La influencia de Evans fue crucial para el joven fotógrafo, quien comenzó a incorporar, bajo su tutoría, los principios de la fotografía documental de forma personal y artística. Aunque Evans se inclinaba hacia la captura de lo cotidiano, Smith desarrolló una visión que transformaba lo mundano en lo mágico, lo real en lo maravillosamente posible.

Así, el proceso que lo llevó a ser fotógrafo profesional fue, en un sentido, una suerte de liberación interna, un alejamiento de las expectativas familiares, pero también un retorno a lo más genuino de su ser. La tensión entre los estudios religiosos, que hablaban de la espiritualidad de la vida humana, y el llamado artístico que lo impulsaba a ver el mundo con ojo poético, terminó por dar lugar a un cuerpo de trabajo que hoy se considera profundamente filosófico, lleno de reflexiones sobre la existencia, la belleza, la fugacidad y lo trascendental.

Es fascinante cómo los primeros años de Smith, marcados por la teología, adquirieron una influencia sutil en su enfoque fotográfico. A pesar de haberse alejado de la carrera clerical, nunca abandonó por completo los dilemas existenciales que lo acompañaban. De hecho, muchos de los temas recurrentes en su obra —como la figura humana en solitario, los paisajes enigmáticos y la constante búsqueda de significado— pueden verse como una extensión de la misma reflexión que cultivó en sus años de estudio teológico.


Desde sus inicios en el mundo de la fotografía; Smith se destacó por su enfoque característico que combinaba la precisión técnica con una visión profundamente poética. Sus capturas estaban marcadas por una elegancia sobria, propia de un cuento de hadas, en la que la luz, la composición y los detalles jugaban un papel primordial.

Rodney prefería una cámara de 35 mm con una lente de 50 mm para sus primeros trabajos. Quería tener movilidad y acercarse a sus sujetos.

Las imágenes de Rodney Smith son tan precisas en su composición como emotivas en su mensaje. Sus fotografías, a menudo en blanco y negro, se caracterizaban por una delicada, casi teatral, iluminación que les daba una atmósfera de intemporalidad. Los sujetos de sus fotografías, ya sean solitarios o acompañados, parecen estar inmersos en una reflexión interna, como si fueran personajes de una novela que esperan el desenlace de su propio destino; al convertir cada imagen en una meditación visual sobre la condición humana, la naturaleza y el paso del tiempo.

Rodney Smith, uno de los fotógrafos más creativos del siglo XX, se dedicó a crear imágenes hermosas y surrealistas que transportan a los espectadores a mundos paralelos.

Al igual que en el cine clásico, cada fotografía parecía ser una escena extraída de un mundo alternativo, un lugar donde los personajes se desplazan en el espacio, pero nunca están completamente presentes. Cada elemento visual —el vestuario, la postura, la relación entre los sujetos y el entorno— fue cuidadosamente considerado para crear una atmósfera que invitaba a la contemplación. En sus paisajes, los cielos y los horizontes se desdibujaban como si estuvieran suspendidos en un estado de espera, a la vez distantes y cercanos, como una metáfora del paso del tiempo y de la contemplación del infinito.

Aquí le dejo un tablero en Pinterest, con una selección de fotografías icónicas de Rodney Smith:

Nuestra historia continua, leer más en:

https://volfredo.com/2025/03/29/rodney-smith-y-el-realismo-magico-de-la-imagen/

#LoRealMaravilloso

#Fotografía

https://www.volfredo.com/


3 respuestas a “Rodney Smith: La poesía visual de lo cotidiano.

    1. Querida Azurea:
      Hemos dedicado mucho tiempo en Lo Real Maravilloso al realismo mágico, nacido en y para la literatura, aunque también tiene seguidores en la fotografía, la pintura y el cine. Mañana hablaremos del realismo mágico en la pintura; espero que sea de tu agrado. Un abrazo y feliz día.

      Le gusta a 1 persona

Deja un comentario