Lo Real Maravilloso

Vincent van Gogh pasó sus últimos dos meses de vida en la localidad de Auvers-sur-Oise, ubicada al norte de París. Durante este período, demostró una sorprendente productividad artística, creando alrededor de ochenta pinturas, que incluían retratos y paisajes, todos ellos de una calidad excepcional.

Para Van Gogh, la naturaleza era una fuente de consuelo y renovación de energías. En consecuencia, la temática predominante de sus pinturas en este lugar, se centró en la representación de escenarios naturales, como campos de maíz, hileras de heno y jardines florecientes.

Inmerso en la naturaleza de Auvers, Van Gogh modificó una vez más su estilo, empleando una paleta de colores vibrantes, luminosos y potentes. Estaba convencido de estar trabajando mejor que nunca, y Theo, lleno de entusiasmo por la aparente mejoría de su querido hermano, le escribía a diario para darle ánimos: “has encontrado tu camino, hermano mayor, y el bagaje que acumulas es sólido y fuerte”.

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“Raíces de árbol”, es una pintura de aspecto abstracto del artista holandés Vincent van Gogh. La pintura es un óleo sobre lienzo, de 50,3 x 100,1 centímetros, fechado a finales de julio de 1890 en Auvers-sur-Oise.  En la actualidad, las investigaciones han demostrado que esta fue probablemente la última pintura del maestro. ​

En «Raíces de Árbol», se aprecian líneas serpenteantes y sinuosas que recorren el lienzo, creando un paisaje abstracto, atractivo y dinámico. Las raíces, pintadas en tonos de azules profundos y verdes vibrantes, evocan un sentido de movimiento continuo, capturando la fluctuante vida de Van Gogh y sus luchas personales.

Al acercarnos a la pintura, observamos abundantes raíces de árboles que emergen de forma majestuosa, extendiéndose por todo el lienzo sin un fin aparente, representadas con las increíbles pinceladas enérgicas y orgánicas, propias de Vincent.

A su vez, se vislumbran troncos y hojas, los cuales contrastan con el fondo visible, de colores terrosos, marrones y amarillos, lo que acentúa la sensación de vida en la obra.

Van Gogh nos invita a explorar la relación entre el ser humano y la naturaleza, así como la disputa constante por crecer y encontrar un lugar en el mundo, una lucha que él mismo experimentó a lo largo de su vida.

La pintura no está terminada en la parte inferior, donde permanece parcialmente dibujada. El hecho de que Van Gogh no terminara una pintura es excepcional, ya que era conocido como un artesano laborioso que siempre terminaba con premura toda actividad artística a la que daba inicio.

¿Fue la muerte la causante del inusual atraso?

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Durante mucho tiempo se ha debatido sobre qué pintura fue la última obra de Van Gogh, porque no solía fecharlas. Muchos expertos afirman que fue “Trigal con cuervos”, tomando como punto de partida el largometraje “Sed de vivir”, película biográfica de 1956 de Vincente Minnelli que presenta a un Van Gogh interpretado por Kirk Douglas, pintando “Trigal con cuervos” mientras enloquece, justo antes de suicidarse.

Andries Bonger, quien escribió algunos de los eventos que rodearon la muerte de Vincent y era cuñado de Theo van Gogh, el hermano de Vincent, señaló en una carta: “La mañana antes de su muerte, había pintado una escena del bosque, llena de sol y vida”.

En 2012, El Museo Van Gogh publicó un artículo de Van Tilborgh y Bert Maes que argumentaba que la carta se refería a “Raíces de árbol”, una pintura inacabada que en la actualidad pertenece a la colección del museo. Esa afirmación es hoy ampliamente aceptada por los estudiosos.

Los estudios continuaron y los académicos han especulado durante mucho tiempo sobre la secuencia de eventos ocurridos el día del tiroteo. Recientemente, Wouter van der Veen, director científico del Instituto Van Gogh, una organización sin fines de lucro establecida para preservar la pequeña habitación del artista en el Auberge Ravoux en la posada en Auvers-sur-Oise, declaró a los medios que ha descubierto una gran pieza del rompecabezas: la ubicación precisa donde Van Gogh creó su última pintura, “Raíces de árbol”: «Ahora sabemos lo que hizo durante su último día». Este hallazgo podría ayudar a comprender mejor cómo el artista pasó su último día.

 “Raíces de árbol” fue pintada en la Rue Daubigny, una carretera principal que atraviesa Auvers-sur-Oise, localidad ubicada 32 kilómetros al norte de París, descubrió Van der Veen. Las raíces y troncos de árboles enredados y retorcidos aún se pueden ver hoy en la ladera de una colina, a solo 152 metros del Auberge Ravoux, donde Van Gogh vivió los últimos 70 días de su vida.

Van der Veen declaró que llegó al hallazgo mientras observaba por azar antiguas fotografías de Auvers fechadas alrededor de 1905, que le había prestado Janine Demuriez, una mujer francesa de 94 años que ha coleccionado cientos de postales históricas. Una de ellas muestra a un ciclista en la Rue Daubigny, de pie, junto a un terraplén empinado, donde las raíces de los árboles son claramente visibles.

La postal “no es un documento secreto oculto a las miradas ajenas”, afirmó Van der Veen. “Muchas personas ya la han visto, y reconocen el tema, el motivo de las raíces de árbol. Estaba oculto a plena vista”.

Van Gogh habría caminado a lo largo de la Rue Daubigny para llegar a la iglesia de la ciudad, que ya había pintado “La iglesia de Auvers-sur-Oise” en junio de 1890, para luego dirigirse a los extensos campos de trigo justo afuera de la ciudad, donde pintó “Trigal con cuervos” en julio, afirma Van der Veen.

Debido a la forma en que se representa la luz en las raíces, Van der Veen interpreta que Van Gogh pintó la escena hacia el final de la tarde, alrededor de las 5 p.m. o 6 p.m. Dice que cree que esto significa que Van Gogh probablemente haya pasado todo el día pintando.

“Ahora que sabemos que pintó durante todo el día, hubo aún menos tiempo para que eso sucediera”, dijo Van der Veen.

Van Gogh ya había realizado con anterioridad, cuando vivía en La Haya en 1882, dibujos sobre raíces de árboles y describió la obra a su hermano, Theo, en una carta donde expresaba sus ideas al pintar un árbol que “expresara algo de la lucha de la vida”, y que él veía “enraizándose frenética y fervientemente, por así decirlo, en la tierra, e incluso siendo destruido por la tormenta”.

Van der Veen dijo que “Raíces de árbol” expresaba algo similar. “Terminar su vida con esta pintura tiene mucho sentido”, afirmó. “La pintura ilustra su lucha de la vida, y enfrentamiento a contra la muerte. Eso es lo que deja atrás. Es una nota de despedida en colores”.

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