Haiku: síntesis de los sentimientos humanos.

El haiku es un tipo de poesía japonesa. Consiste en un poema breve, de diecisiete «moras», formado generalmente por tres versos de cinco, siete y cinco moras respectivamente.

La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y la emoción que produce la contemplación de la naturaleza. El haikú llegó a occidente a través de la obra del escritor inglés Reginald Horace Blyth (1898-1964), admirador y difusor de la cultura japonesa en el mundo anglosajón.

El Haikú pertenece a una literatura milenaria que en sus inicios estuvo fuertemente vinculado al budismo y otras filosofías orientales; he aquí ejemplos ilustrativos para que aprecies los detalles de este genuino estilo japonés de versificación:

Takarai Kikaku (1661-1707):

¡Ah, el mendigo!
El verano lo viste
de tierra y cielo.

Kobayashi Issa (1763-1827):

Al Fuji subes
despacio —pero subes,
caracolito.

Matsuo Bashō (1644-1694).

Silenciosamente, silenciosamente,

caen rosas amarillas de montaña

sonido de los rápidos.

Matsuo Bashō, poeta más famoso del período Edo, de Japón. Considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku.

Grande fue mi asombro al percatarme que esta particular forma de escribir, ha tenido ilustres seguidores en nuestra América, como Jorge Luis Borges y Mario Benedetti.

Jorge Luis Borges fue un buen conocedor de la poesía japonesa. En “La Cifra” (1981), dedicado a María Kodama, Borges incluye 17 haikus originales, no traducciones (curiosamente la cifra 17 se corresponde con el número obligatorio de sílabas del haiku clásico), todos con la estructura fija heredada de Basho (5-7-5). Resulta destacable, que el escritor y poeta argentino, cuando eligió los haikus de su preferencia; no se apartó ni una sola vez de la norma clásica.

En 1999, Benedetti publicó una obra dedicada al género, “Rincón de haikus”. Se trata de una colección de 224 haikus que compuso Benedetti y se publicó en el Editorial Sudamericana de Buenos Aires en 1999.

No obstante, estas curiosas observaciones, es posible asegurar, que, en América latina en general, el haiku ha sido casi ignorado como lectura y por supuesto como género a cultivar.

He escogido 10 haikus de Benedetti para disfrutarlos con ustedes, aunque de antemano conozco que les resultará extraño, poco familiar o inquietante:

・ La muerte invade / de vez en cuando el sueño / y hace sus cálculos 
・ Por si las moscas / hay profetas que callan / su profecía
・ Después de todo / la muerte es solo síntoma / de que hubo vida
・ Hay pocas cosas / tan ensordecedoras / como el silencio 
・ Cada suicida / sabe dónde le aprieta / la incertidumbre 
・ Me gustaría / mirar todo de lejos / pero contigo
・ No sé tu nombre / solo sé la mirada / con que lo dices
・ Si hubiera dios / nadie le rezaría / por no aburrirle
・ Cuando te ríes / mis ojos te acompañan / con lagrimones
・ Cuando diluvia / pienso que está cayendo / el mar de arriba 
・ Cuando mis ojos / se cierran y se abren / todo ha cambiado.


Sería injusto finalizar nuestra breve escritura sobre poesía nipona, sin hacer alusión a Taneda Santōka, nombre que resuena en los anales de la literatura japonesa, no solo por su poesía, sino también por su vida, tan intrincada y profunda como sus haikus. Nacido en 1882, Santōka vivió en una época de cambio, pero su vida personal estuvo marcada por tragedias y desafíos que definieron su arte.

La vida de Santōka comenzó en el seno de una familia acomodada, pero no feliz. Su madre se suicidó cuando él tenía solo diez años, un evento que dejó una cicatriz permanente en su psique. Su padre no pudo reponerse a la pérdida trágica de su esposa y mantuvo un comportamiento distante y negligente con su hijo, a quien no proporcionó el apoyo emocional necesario durante su infancia. Estos eventos tempranos sembraron las semillas de una vida de lucha contra la depresión y el alcoholismo en el futuro poeta.

El haiku es una forma de poesía muy apreciada en la cultura japonesa y se encuentra en muchos aspectos de la vida y el arte en Japón.

Convertido en monje Zen, Santōka adoptó un estilo de vida nómada. Viajó a pie por Japón, recorriendo aproximadamente 45,061 km, una hazaña impresionante. Estos viajes no solo fueron físicos, sino también espirituales y emocionales, reflejados en su poesía, que destilaba observaciones agudas de la naturaleza y la condición humana.

La poesía de Santōka es un espejo de su vida: cruda, directa y profundamente conectada con el entorno natural. Sus haikus son más que simples observaciones; son reflexiones de un alma que ha conocido el dolor, la soledad y la belleza efímera del mundo.

Traigo para ustedes una breve selección de haikus compuestos por Santōka, que, a pesar de su antigüedad y distancia física, mucha relación tiene con las muchas magias de Lo Real Maravilloso.

Las montañas, el mar…
Tengo agotado el corazón
de tanta hermosura.

Profundamente emocionado
por seguir vivo
es hora de remendar mis ropas.

Nada puedo hacer.
Mi vida de contradicciones
llevada por el viento.

La belleza de la puesta de sol
no muestra pena alguna
por la vejez.

La vida y obra de Taneda Santōka son un testimonio de la búsqueda de significado a través del arte. Su viaje, marcado por la tragedia, la introspección y la revelación, ofrece una ventana a un alma que buscó comprender la vida en sus términos más puros. En sus haikús encontramos no solo la belleza de la naturaleza, sino también un eco de la lucha humana, un recordatorio de que incluso en la adversidad, se puede encontrar la belleza y la verdad.

#LoRealMaravilloso

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11 respuestas a “Haiku: síntesis de los sentimientos humanos.

  1. Buen dia hno. Tienes razon, me suenan extraños los haikus, tengo que ensimismarme, releerlos, como me sucede ante los Versos Libres de Marti.
    Camino, ahora, unos 6 km diarios, sin fallar un dia, me tomaria 20 años y 7 meses igualar la marca del poeta. En los, al menos, 38 años que llevo corriendo, marchando y caminando, como practica consuetudinaria de ejercicios, debo andar por unos 80 000 km, lamentablemente; aunque lo hemos intentado, no nos acercamos a tantas cervezas. Un abrazo

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  2. Me ha encantado este post sobre el haikú. Poemas tan reducidos y que dicen tanto. Empecé hace años a conocer este tipo de poesía japonesa. Me llegó a través de una persona muy aficionada a ellos y todos los días recibía uno.
    Mario Benedetti es un ejemplo de que no sólo son los japoneses los que pueden hacerlo. Gracias, querido Volfredo por acercarnos a esta original y bella poesía. Un abrazo.

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    1. Pienso que el Haiku es poco conocido, no obstante tener prestigiosos cultivadores aquí en América, como Borges y Benedetti. No obstante, solo basta leer los versos de un ritón, para percatarse cuanta sensibilidad hay en ellos. Feliz día y cordial abrazo querida Marylia.

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