Museo del Automóvil de La Habana.

Un museo al aire libre se define como una colección cuyas exhibiciones tienen lugar en un recinto abierto, fuera de los confines de un edificio, en superficies de distintas dimensiones que van desde patios y parcelas hasta terrenos extensos como campos o poblaciones enteras, como sucede con la entrada invitada a nuestro blog hoy.

Entre los museos al aire libre de fama mundial, aparecen enlistados en primeros lugares por su relevancia, el museo Rodin de París y la populosa Rambla de Barcelona, con sus calles, parques y avenidas emblemáticas llenas de monumentos históricos y puntos de referencia cultural.

Sin embargo, rompiendo todos los récords y reportes en los medios y la web, el “Museo del Automóvil”, de la ciudad de La Habana, es el mayor museo de su tipo en el mundo y comparte características únicas que los hacen insuperable. De este original museo, no codificado por su nombre, contaré para ustedes hoy su historia.

Ford descapotable de 1926, en perfecto estado de conservación y uso.

Abierto las 24 horas del día, los 365 días del año, el espontaneo museo del automóvil de la ciudad de La Habana, ofrece la oportunidad al visitante, de pernotar en el interior de la ciudad museo, el número de noches que así desee, sin límite de tiempo ni recargas de costos adicionales.

Las piezas museables, únicas en el mundo por su número, conservación y funcionalidad, incluyen todo tipo de automóviles y medios de locomoción de principios del pasado siglo, considerados clásicos y catalogados por prestigiosos especialistas de reconocido prestigio internacional, que han logrado ponerlos en pleno funcionamiento utilizando piezas originales. Esta realidad puede comprobarla rentando y transitando en uno de los originales vehículos, al tiempo que disfrutas de la suave brisa del Malecón habanero.

Fachada del Hotel Inglaterra, comprendida dentro de La Acera del Louvre, lugar histórico en La Habana Vieja. Obsérvese la multiplicidad y originalidad de los medios de transportes estacionados en el parqueo.

El museo cuenta entre sus colecciones permanentes, con excelentes automóviles descapotables clásicos, pintados a todo color, con amarillo de los girasoles de Van Gogh y otros pigmentos, qué pintores impresionistas de la estatura de Cézanne y Gaugín trajeron a América y hoy obtienen por medios artesanales nuestros chapisteros, devenidos en restauradores eméritos.

Las áreas de exposición de nuestro museo al aire libre se extienden por la totalidad de los municipios habaneros y cuenta con sucursales en las capitales de provincia de todo el país. Usted puede ver un auto clásico, flamante y orondo en cualquier parte, es ese sentido puede considerarse a nuestra tropical y caribeña isla, como la joya de la conservación automotriz.

Una característica única constituye el servicio de traducción del museo andante, el cual se ofrece al visitante en cuanto idioma sea capaz de hablar, lenguaje de señas incluido. El turista puede dialogar en sánscrito, latín o arameo, no importa; será atendido y entendido de inmediato por flamantes choferes que nunca han asistido a universidad alguna y, sin embargo, entienden todas las lenguas; eso sí, siempre que pague en efectivo y dé preferencia, por adelanto.

Otra característica singular es el hecho de permitirse el uso de celulares, cámaras fotográficas de todo tipo y equipos de filmación; con la salvedad, y este es un detalle de realce, de que el museo no se responsabiliza con su pérdida, robo o extravío.

El museo, basado en tecnologías 5 G, es tan real e interactivo, que algún que otro visitante puede ser atropellado, con el mayor respeto, en plena vía pública, mientras que otros reciben alaridos de contenido soez en seis idiomas, por sus imprudencias de en la vía.

Esperamos por tu visita, el museo mágico del automóvil y sus conductores, aguardan por usted.

En la actualidad, es común ver una gran cantidad de autos clásicos en las calles de La Habana. Estos vehículos son conocidos como “almendrones” y son un símbolo icónico de la ciudad. Muchos de estos autos datan de la década de 1940 y se han mantenido en funcionamiento gracias a la creatividad y habilidades mecánicas de los cubanos. Estos vehículos son conocidos por su estilo retro y su capacidad para resistir el paso del tiempo.

A pesar de que estos autos son muy populares, también presentan desafíos para los conductores y pasajeros. Muchos de ellos no tienen cinturones de seguridad, airbags o sistemas modernos de frenado. Además, algunos vehículos han sido modificados para funcionar con motores diésel o gasolina, lo que puede tener un impacto negativo en el medio ambiente.

A pesar de estos desafíos, los almendrones siguen siendo una parte importante del paisaje urbano de La Habana y son una atracción turística popular. Si estás interesado en ver algunos de estos autos clásicos en persona, puedes considerar tomar un tour en uno de ellos o visitar el Museo del Automóvil en La Habana.

Si bien no hay cifras exactas sobre la cantidad de almendrones que circulan en La Habana, se estima que hay alrededor de 60,000 vehículos clásicos en toda Cuba.

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