Harakiri (Seppuku). Película de 1962.

A finales de la década de los sesenta del pasado siglo, Cuba quedó profundamente conmocionada por una serie de impactantes proyecciones cinematográficas, que a sala llena y durante semanas se exhibieron a lo largo y ancho en todo el país.

Por un extraño acuerdo ente Cuba y Japón, cuyas razones aún desconozco, el cine japonés inundo nuestras salas de proyección, un cine totalmente nuevo que hablaba y contaba historias de una cultura milenaria, desconocida para los cubanos hasta el momento.

Yo era adolescente, pero presté tal atención a aquel suceso, que aún recuerdo el nombre y trama de todas las películas que se proyectaron hace ya 60 años, divididas en dos grandes grupos: el primero de ellos, constituido por un conjunto de películas de aventura y acción, con el ciego y justiciero espadachín Zatōichi al frente y un segundo grupo, integrado por largometrajes de profundo contenido, considerados dramas shakespearianos de la cultura oriental, que abrieron Japón a Occidente bajo la dirección de Akira Kurosawa y Masaki Kobayashi.

De la larga y galardonada carrera fílmica de Kurosawa, hemos hablado reiteradamente en nuestro blog y al final dejaré los enlaces a sus contenidos, mientras que a Kobayashi y su emblemática película Harakiri dedicamos hoy nuestro espacio, el cual será el punto de partida a una nueva serie de relatos mágicos que nos llevaran del Japón Imperial a la Roma agónica del siglo IV, en pleno martirio de los santos patronos del catolicismo.


Harakiri (Seppuku) es una película japonesa dirigida por Masaki Kobayashi en 1962. La trama se desarrolla entre 1619 y 1630, durante el Período Edo y el shogunato Tokugawa, y relata la historia de un samurái sin amo o rōnin:

Escena de la película Harakiri. Película de 1962 dirigida por Masaki Kobayashi

En 1630, un largo período de las guerras civiles finalizó en Japón con el establecimiento absoluto del Shogunato Tokugawa, el cual impuso su poder en todo el país y estableció la paz duradera. Miles de samuráis quedan sin amo y deambulan entre los antiguos feudos, desamparados y sumidos en la pobreza extrema. Según dictaba el Bushidō o código samurái, una honrosa salida a tal situación era el ritual de suicidio conocido como Seppuku o Harakiri.

Un viejo y empobrecido rōnin, Tsugumo Hanshirō, que había servido al Clan Geishu antes de su derrota, acude a la casa del Clan Iyi solicitando un lugar digno en el que practicarse el Harakiri. Es recibido por el regente Saitō Kageyu, que, para disuadirlo, le relata la historia de otro joven samurai, Motome Chijiiwa, quien también había servido al Clan Geishu, el cual llegó bajo la falsa pretensión de practicarse el Harakiri, y la esperanza de recibir unas monedas a cambio de revertir su petición.

Tatsuya Nakadai en el papel de Tsugumo Hanshirō. Pelicula Harakiri; 1962

El Clan, para disuadir a otros rōnin que acudiesen con la misma intención, forzó a Motome a practicarse el Harakiri a pesar de haber descubierto que sus espadas eran falsas y fabricadas en bambú, con lo que el suicidio se convirtió en una penosa y agonizante muerte.

Después de escuchar el relato, Hanshirō sigue determinado a practicarse el Harakiri, y Kageyu acepta la petición, confiado en que ello reafirmará la moral y la fama del Clan Iyi. Antes de comenzar el ritual, presidido por Kageyu y rodeado de los miembros del Clan, Hanshirō pide relatar los hechos que le han conducido a tal desgarradora decisión.

Recurriendo a la retrospectiva, la película nos muestra los vínculos de Hanshirō con el joven Motome Chijiiwa, cuya protección le fue confiada por su padre, un amigo samurái del Clan Geishu que murió por Harakiri tras la disolución del Clan. Hanshirō crio sin otra compañía a Motome y su hija Miho que terminarían casándose y dándole un nieto. Pero la situación de pobreza de la familia lleva a su hija Miho y su nieto a enfermar de tuberculosis, por lo que Motome, sin dinero para un médico y habiendo empeñado ya sus espadas, decide probar suerte en la residencia del Clan Iyi.

Pocos días después, tres hombres del Clan Iyi le devuelven el cuerpo sin vida de Motome, y en los días sucesivos mueren su hija y su nieto. Actuando solo, Hanshirō busca de uno en uno a los tres miembros del Clan que le devolvieron a Motome para batirse en duelo con ellos, arrancándoles sus coletas en lugar de matarlos, un acto que supone una absoluta humillación para un samurái.

Tras su relato, el regente Kageyu, consciente de que Hanshirō busca vengar la muerte de Motome, ordena a sus hombres atacar. En un gran combate por todo el palacio, Hanshirō da muerte a varios hombres y destroza la figura del Ídolo del Clan, emblema y personalización del honor de la familia. Antes de ser abatido, Hanshirō, malherido, se practica el harakiri.

Kageyu, para preservar el honor del Clan, restaura el Ídolo y ordena a sus tres hombres humillados por Hanshirō al cortarles la coleta que se practiquen el Harakiri. Finalmente, oculta también las bajas causadas por Hanshirō durante el combate, haciendo constar en los diarios que han sido causadas por enfermedad.


El cine japonés y la crudeza de sus relatos, dejó desde entonces profundas huellas en mi mente, y desde aquella lejana fecha, no he perdido oportunidad de conocer sobre Japón y su ancestral cultura aparentemente inhumana y totalmente ajena a la nuestra.

El harakiri es una expresión de la cultura japonesa que ha generado fascinación y repulsión en Occidente. Algunos lo han admirado como una muestra de honor y coraje, mientras que otros lo han rechazado como una forma de violencia y fanatismo. Lo cierto es, que se trata de un suicidio complejo y polémico, que refleja las tensiones entre la tradición y la modernidad, entre el individuo y la sociedad, y entre la vida y la muerte.

Sobre este hecho y otros muchos relatos que parten del mismo, iremos a lo largo de la serie que iniciamos hoy. Nuestra historia continuará….

Ficha técnica

Harakiri (Seppuku). Película de 1962.

Dirección: Masaki Kobayashi

Guion: Shinobu Hashimoto

Música: Tōru Takemitsu

Fotografía: Yoshio Miyajima

Protagonistas: Tatsuya Nakadai, Rentarō Mikuni, Shima Iwashita, Akira Ishihama


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9 respuestas a “Harakiri (Seppuku). Película de 1962.

  1. Como me gusta leerte, cada d´ía es una sorpresa tu entrada.
    Recuerdo esa película, Harakiri. Sabiendo lo que significa el título, entendemos lo intenso que es el cine japonés, al menos, las pel´ículas que he visto. «Una pastelería en Tokio» ha sido de las películas que más me han gustado. Es de 2015 y me encantó por los diferentes temas que aborda. Un abrazo grande. Nuestra historia, continuará… #CineMágico 😘😘😘😘😘

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  2. El destino se hizo un Harakiri con mis entrañas. Estoy en el segundo
    tiempo del segundo alargue. No se cuanto de casualidad y cuanto de causalidad tiene el vivir. Hace un par de días, pongamos que la concentración la estoy haciendo lejos de la ciudad y vuelvo para los eventos programados, vi HARAKIRI, película que siquiera en Cinemateca me había cruzado con ella. El cine japonés, salvo Kurosawa, siempre ha sido de escasos estrenos en salas comerciales. Así que entre paginas de dudosa reputación legal o vía la editora «a contracorriente films» he ido recuperando algunos títulos que tengo en un lago debe. Me quedo con una sonrisa.

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