Édouard Manet: rompiendo las cadenas del arte.

Manet nunca expuso junto a los impresionistas. De hecho, siempre se negó a que sus trabajos fueran incluidos en ese movimiento. Sin embargo, quizá sin su ardua lucha, el propio impresionismo nunca hubiese visto la luz. Porque él protagonizó un giro decisivo en la historia de la pintura que terminó una época y dio comienzo a otra.

Édouard Manet (23 de enero de 1832-30 de abril de 1883) fue un pintor francés, reconocido por la influencia que ejerció sobre los iniciadores del impresionismo. Hijo de una familia acomodada, no fue un estudiante modelo en su juventud, sino más bien un aspirante a dandi que anhelaba formar parte de la alta sociedad parisina. En realidad, desde sus primeros trabajos, el pintor no buscó otra cosa que la aprobación de la Academia. Sin embargo, fue precisamente la audacia que mostró en sus obras la que acabó distanciándolo del favor de la crítica oficial.

Por encima de todo, Manet trató de seguir la estela de los grandes maestros de la pintura europea como Velázquez, Goya o Tiziano. Y, por ello, no deja de sorprender que detrás de uno de sus lienzos más denostados por la sociedad de su tiempo, Almuerzo en la hierba, se encontrase la imitación de un grabado del pintor renacentista Rafael. Como el propio pintor reconoció, en su cuadro tan solo estaba tratando de ofrecer una nueva versión del Concierto campestre, de Tiziano.

“Concierto campestre” es un cuadro de Tiziano, realizado en 1510, que se encuentra en el Museo del Louvre.

“Concierto campestre”, ha sido tradicionalmente atribuida a Giorgione, pero hoy en día los críticos prefieren asignarla a Tiziano. No se descarta que la obra hubiera sido iniciada por Giorgione y luego completada después de su muerte en 1510 por su talentoso alumno Tiziano. Los estudios radiográficos muestran el cambio de alguno de los personajes a última hora.

La obra perteneció originalmente a la familia Gonzaga, quizás a Isabella d’Este. Posteriormente, fue vendida a Carlos I de Inglaterra y luego al banquero francés Eberhard Jabach; este último se la proporcionó a Luis XIV en 1671 y por último llegó al Museo del Louvre de París, donde se conserva a día de hoy.

“Concierto campestre”, es una pieza icónica del arte renacentista y representa una escena pastoral con figuras en un paisaje idílico. Es conocida por su rica paleta de colores y por capturar la admiración renacentista por la poesía clásica y los valores del humanismo. Esta obra influyó de forma notable sobre Manet y es sin duda la fuente de inspiración de «Almuerzo sobre la hierba», la más polémica de todas sus pinturas.


Le Déjeuner sur l’Herbe («Almuerzo sobre la hierba» en francés), a menudo mal traducido como «Desayuno sobre la hierba») es un cuadro al óleo de 208 cm de altura y 264,5 de largo, pintado por Édouard Manet en 1863. Se exhibe en el Museo de Orsay de París.

“Le Déjeuner sur l’Herbe”, de Édouard Manet, fechado 1862 – 1863; en Paris. Estilo: Realismo. Género: escena de género. Óleo sobre canvas localizado hoy en el Museo de Orsay.

La yuxtaposición de un desnudo femenino con caballeros completamente vestidos suscitó controversia cuando la obra se mostró por vez primera en el Salon des Refusés en 1863, después de ser rechazado por el Salón oficial. Fue el lienzo «más irritante y controvertido» de esa exposición de obras rechazadas. Aparte de considerar vulgar el que una mujer estuviera desnuda junto a jóvenes vestidos, numerosos críticos rechazaron la modernidad del estilo, desde el punto de vista cromático y compositivo.

En 1863, Manet sorprendió al público francés al exponer su Déjeuner sur l’Herbe («Almuerzo sobre la hierba»). La idea del cuadro se le ocurrió durante una excursión a Argenteuil, a orillas del Sena. No es una pintura realista en el sentido social o político del término propio de un Daumier, sino que es una afirmación a favor de la libertad individual del artista. El escándalo que causaba una mujer desnuda almorzando despreocupadamente con dos hombres completamente vestidos, lo que ofendía a la moralidad de la época, se acentuaba por el hecho de que las figuras eran reconocibles.

El cuadro representa un almuerzo en un bosque, cerca de Argenteuil, donde discurre el Sena. La mujer desnuda, la modelo de Manet, Victorine Meurent, cuyo cuerpo está crudamente iluminado, y mira directamente al espectador. Está sentada sobre una tela azul, probablemente una parte de las ropas que se ha quitado. Los dos hombres son el hermano de Manet, Gustave, y su futuro cuñado, el escultor holandés Ferdinand Leenhoff. Están vestidos como dandis. Los hombres parecen estar ocupados, conversando, ignorando a la mujer. En frente de ellos, se muestran las ropas de la mujer, una cesta de frutas, y un pan redondo, como en un bodegón. En el fondo, una mujer ligeramente vestida vadea una corriente. Demasiado grande en comparación con las figuras del primer plano, ella parece flotar. La desproporción entre la mujer del fondo y la barca a la derecha se consideraba una impericia de parte del pintor: en realidad, los mórbidos contrastes cromáticos y la utilización de la perspectiva aérea en clave moderna inscriben esta obra entre las obras maestras del siglo XIX. La mujer del fondo es una modelo frecuente entre los pintores amigos de Manet, de nombre Alexandrine-Gabrielle Meley, que se convertirá más tarde en la esposa de Émile Zola, Alexandrine Zola.

El fondo pintado toscamente carece de profundidad, dando al espectador la impresión de que la escena no tiene lugar en el exterior, sino en un estudio. Esta impresión se refuerza por el uso de una intensa luz «fotográfica», que casi no deja sombras: de hecho, la iluminación de la escena es inconsistente y nada natural. El hombre a la derecha luce un sombrero plano con una borla, de la clase que normalmente se usa en los interiores.


Édouard Manet, un pintor cuya obra desafió las convenciones de su tiempo, sigue siendo un tema apasionante en la historia del arte. Aunque algunos lo consideraron obsceno en su época, su legado ha evolucionado y se le reconoce como un innovador y precursor del Impresionismo.

Manet vivió en una época de cambios sociales y artísticos. La Francia del siglo XIX estaba experimentando transformaciones políticas y culturales, y el arte no era la excepción. El Realismo y el Impresionismo emergieron como movimientos que desafiaban las normas académicas y buscaban representar la vida cotidiana de manera más auténtica.

En medio de la agitada sociedad francesa del siglo XIX, Manet se destacó por su estilo único y su elección de temas. A diferencia de otros pintores contemporáneos, no idealizaba a sus modelos ni los embellecía. Sus retratos y escenas de la vida urbana eran directos y a menudo provocativos. Por ejemplo, su famoso cuadro “Olympia” (1863) mostraba a una mujer desnuda mirando al espectador con desafío, desafiando las convenciones de la época.

Aunque Manet no se considera un “verdadero impresionista”, su influencia en el movimiento es innegable. Su paleta oscura y su enfoque en la vida moderna lo diferenciaron de sus contemporáneos. Sin embargo, su pincelada suelta y su búsqueda de la impresión visual también lo conectan con los impresionistas. Manet quería refrescar todos los géneros artísticos, independientemente de si eran desnudos, bodegones o paisajes.

Hoy, Manet es considerado un precursor del Impresionismo y un innovador en la pintura moderna. Su capacidad para destacar la interpretación personal junto a diferentes recursos técnicos lo distingue como un artista visionario. Aunque algunos todavía pueden ver su obra como obscena, su impacto en la historia del arte es innegable.

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12 respuestas a “Édouard Manet: rompiendo las cadenas del arte.

    1. Lo que sucede es que el manifesto en vida que No quería formar parte del movimiento Impresionista y de hecho, nunca expuso sus obras con ellos. De no haber sido tan fatalmente explícito, hoy sería el padre indiscutible de este movimiento, en mi modesta opinión. Un abrazo y feliz fin de semana.

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  1. Alan Takeda, me hizo llegar esta valoración sobre Manet, la comparto porque estoy muy de acuerdo con su criterio.
    Tantas complejidades y contradicciones. Un hombre rico que quería la validación del establishment, pero que violó las reglas convencionales para convertirse en un líder de la vanguardia. Destruye la perspectiva, el sombreado, el realismo y las pinceladas suaves para convertirse en la base del arte moderno. Ningún libro de encuestas puede ignorarlo.
    Alan Takeda
    So many complexities and contradictions. A man of wealth who wanted validation from the establishment, yet violated the conventional rules to become a leader of the avant-garde. He destroys perspective, shading, realism, and smooth brush Strokes to become a foundation of modern art. No survey book can ignore him.
    Feliz fin de semana para todos.

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  2. Una obra que te deja sin aliento. Cuando la vi en París en 1972 estaba expuesta en «El Jeu de Pome» un pequeño museo dedicado a los impresionistas sito en los jardines de las Tullerías, en la Place de la Concorde. Entonces ubicado en la planta baja, el cuadro, enorme, recibía al visitante con esa escena magnífica del desnudo femenino y los caballeros vestidos; después venían los impresionistas en el piso de arriba. Estoy totalmente de acuerdo contigo, de alguna manera, siempre, han ido juntos, como si Monet fuera el punto de partida y a su pesar. Magnífico post. Un fuerte abrazo.

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    1. Viniendo de su elegante y erudita apreciación crítica del arte, su comentario me llena de felicidad, yo amo el impresionismo por naturaleza. La vida cotidiana al aire libre, las costumbres como pintura de género, el movimiento y el color, son elementos que aprecio muchísimo en una obra de arte. Es un gusto desearle un feliz día estimada Bárbara y muchas gracias por sus comentarios siempre bienvenidos.

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