Grace Kelly; bella historia de amor y vida.

La vida de Grace Kelly transcurrió entre el brillo de Hollywood y la nobleza de Mónaco, encarnó la dignidad, la conmoción y la humanidad en cada faceta de su existencia. Su carrera en el cine, marcada por actuaciones memorables, reflejaba una elegancia innata y una profundidad emocional que resonaba con el público. Películas como “La ventana indiscreta” y “Atrapa a un ladrón” no solo mostraron su talento actoral, sino también su capacidad para capturar la complejidad de los personajes que interpretó.

Su transición de actriz a princesa no fue menos impresionante. Como Princesa de Mónaco, Grace Kelly se dedicó a sus deberes reales con la misma gracia y compromiso que caracterizaban sus actuaciones. Se convirtió en un símbolo de la filantropía y el estilo, y su influencia en las artes y la cultura continúa siendo un legado palpable.

La humanidad de Grace Kelly brilló a través de su trabajo caritativo y su dedicación a causas sociales. Su compasión y empatía, evidentes tanto en su vida pública como privada, la hicieron querida por muchos. Su muerte prematura fue un golpe para el mundo, pero su vida sigue siendo un testimonio del impacto duradero que una persona puede tener cuando vive con dignidad y humanidad. Grace Kelly no solo fue una estrella de cine o una princesa; fue un reflejo de lo mejor de nosotros: una figura que personificó la belleza, la bondad y la inspiración ética de la vida digna.


Grace Patricia Kelly (Filadelfia, 1929- Mónaco, 1982) era la tercera de los cuatro hijos que tuvo la familia Kelly. Hija de John Brendan Kelly, un empresario de la construcción y atleta olímpico de remos; y de Margaret Katherine Majer, educadora y exatleta de ascendencia alemana.

Cuando nació Grace, la familia Kelly ya gozaba de una cierta bonanza económica y la hazaña olímpica de su padre hacía que fuera una familia conocida en Filadelfia. Esta holgada situación económica le permitió matricularse en la Academy of Dramatic Arts de Nueva York y recibir estudios sobre actuación actoral y artes dramáticas.

Dotada de un exquisito talento innato y gran dedicación, ascendió con rapidez y éxitos los caminos de la actuación. Muy joven, en 1949, Grace Kelly tuvo su primera gran oportunidad de actuar por primera vez en Broadway, con la compañía del célebre Raymond Massey, con una obra de August Strindberg titulada “The Father”. Las críticas sobre su actuación fueron muy favorables y después de este éxito recibió varias ofertas para actuar en el teatro y en la televisión. En los dos años siguientes interpretó más de sesenta papeles dramáticos de todo tipo, sobre todo para televisión.

El éxito en la televisión le proporcionó la oportunidad de dar el salto a la pantalla grande. En el verano de 1951, recibió la oferta para actuar en la película de Fred Zinnemann, “Solo ante el peligro”, con Gary Cooper y Katy Jurado como compañeros de rodaje. Poco después de terminar el rodaje y antes del estreno del filme, el legendario director de cine John Ford acudió al preestreno de la película y vio por primera vez a Grace Kelly actuar.

Grace Kelly en “Atrapa a un ladrón”, película estadounidense de 1955, dirigida por Alfred Hitchcock.

Tras el éxito obtenido con “Mogambo”, la Warner Brothers pidió la cesión de Grace Kelly en la MGM para participar en “Crimen perfecto, (1954)”, película de Alfred Hitchcock con la que alcanzó gran popularidad. Al año siguiente, consolidada ya como una de las principales estrellas de Hollywood, la Paramount Pictures la llamó para participar en otro filme de Hitchcock, se trataba de “La ventana indiscreta”, protagonizada por James Stewart.

Grace se dedicó al cine con pasión y entrega, logrando desarrollar en una productiva carrera de cinco años 11 películas, y hacerse de un Óscar y dos Globos de Oro.


En 1955, mientras rodaba la película “El cisne”, durante su estancia en Mónaco, fue presentada al príncipe Raniero III de Mónaco quien la invitó a visitar los jardines de palacio y poco tiempo después inició una relación amorosa con él. Durante el rodaje se produjo un hecho que cambió por completo su vida, el príncipe Raniero III de Mónaco viajó en avión hasta la casona de los Kelly en Filadelfia para pedir la mano de Grace Kelly y acordar los términos del compromiso.

El 5 de enero de 1956, el compromiso fue anunciado en el mundo. La noticia causó sensación en Hollywood, pero supuso que se retirara y finalizara su carrera cinematográfica, ya que el pueblo de Mónaco no podía permitir que su princesa apareciera de pareja con otros hombres en la pantalla.  Alfred Hitchcock, declaro resentido por la pérdida de su actriz fetiche: «Casarse con un príncipe está en el camino de éxito de Grace. Lo ha hecho con la facilidad de un trapecista. Pero no sé si la plataforma donde debe aterrizar será demasiado estrecha».

La boda de Rainiero III y Grace Kelly, una unión que marcó un hito en la historia de Mónaco y del glamour hollywoodense, se celebró en abril de 1956. Este enlace entre la realeza y el estrellato fue un acontecimiento de ensueño que capturó la imaginación del mundo entero.

Su Altezas Serenísimas los príncipes Grace y Raniero III de Mónaco.

Rainiero III, Príncipe de Mónaco, y Grace Kelly, estrella de cine estadounidense, contrajeron matrimonio en una ceremonia civil en el Palacio del Príncipe el 18 de abril, seguida de una ceremonia religiosa en la Catedral de Nuestra Señora Inmaculada el 19 de abril. La novia, ganadora del Premio de la Academia y protagonista de películas icónicas como “La ventana indiscreta”, deslumbró al mundo con su elegancia y belleza. El novio, soberano del Principado, ascendió al trono en 1949 y fue conocido por su visión modernizadora.

La cobertura mediática de la boda fue sin precedentes, con más de 30 millones de espectadores siguiendo la transmisión en vivo por televisión, cortesía de Metro-Goldwyn-Mayer Studios. La prensa describió el evento como la “boda del siglo” y “la boda más esperada del mundo”, destacando su significado como el primer evento moderno en generar tal exageración mediática.

El compromiso de la pareja fue anunciado tras un encuentro fortuito durante el Festival de Cine de Cannes en 1955, que llevó a una sesión de fotos en el Palacio de Mónaco. La propuesta de matrimonio tuvo lugar en la casa familiar de Kelly en Filadelfia, marcando el inicio de una historia de amor que trascendería el tiempo y el espacio.

La boda real no solo fue un evento de gran pompa y circunstancia, sino también un momento definitorio en la historia cultural del siglo XX, fusionando la realeza europea con la realeza de Hollywood y dejando un legado perdurable en el imaginario colectivo.

A partir de entonces su vida y su trabajo estuvieron dedicados por entero a su familia y a su nuevo país. Su figura y elegante estilo dieron un nuevo impulso al Principado de Mónaco, el cual creció económicamente gracias al turismo de lujo y a la llegada de grandes fortunas e inversionistas, atraídos por las concesiones económicas y ventajas fiscales impulsadas por Raniero. Esta pujanza y la consolidación de una familia reinante con descendencia garantizaron la pervivencia de Mónaco como estado independiente, que evitó así ser anexionado por Francia.


El 13 de septiembre de 1982, una desagradable noticia conmovió al mundo en sus cimientos: Grace Kelly, Princesa de Mónaco, había fallecido como resultado de un trágico accidente automovilístico, hecho que marcó el fin de su elegancia y gracia terrenal. La princesa, que había cautivado tanto a la pantalla grande como a la realeza europea, dejó un vacío imborrable en el corazón de Mónaco y de todos aquellos que admiraban su carisma y humanidad.

El funeral, llevado a cabo en la Catedral de Nuestra Señora Inmaculada el 18 de septiembre de 1982, fue un evento que reflejó la estatura y el afecto que Grace Kelly inspiraba. Miles de personas se congregaron para rendir homenaje, mientras que figuras destacadas de la realeza y celebridades se unieron en el luto. La princesa yacía en la Capilla Palatina del Palacio del Príncipe de Mónaco, donde 26.000 personas presentaron sus respetos.

La homilía, pronunciada por el Arzobispo de Mónaco, Charles Amarin Brand, resaltó la fe católica de la princesa y su impacto en su vida pública y privada. La música que acompañó la ceremonia, incluyendo obras de Joseph Haydn, Samuel Barber y Johann Sebastian Bach, añadió un toque de solemnidad y belleza al servicio fúnebre.

El cortejo fúnebre, que trasladó el cuerpo de la princesa desde el palacio hasta la catedral, fue un momento de profunda emoción. La princesa Estefanía, quien también sufrió heridas en el accidente, no pudo asistir. El príncipe Rainiero, junto con sus hijos, el príncipe Alberto y la princesa Carolina, encabezaron la procesión, un testimonio del amor y la unidad familiar en tiempos de dolor.

Tumba de la princesa Grace de Mónaco. Catedral de San Nicolás (Mónaco).

Acudieron a sus exequias representantes de todas las Casas Reales del mundo: reyes, reinas, príncipes, grandes duques y jefes de Gobierno lloraron su partida. Transcurridos 23 dolorosos años, Raniero III sería sepultado junto a ella tras su fallecimiento, el 15 de abril de 2005, poniendo fin a una bella y conmovedora historia de amor

#LoRealMaravilloso

#CineMágico

#HistoriaMágica

#Historia

https://www.volfredo.com/


2 respuestas a “Grace Kelly; bella historia de amor y vida.

  1. Una prometedora actriz norteamericana que cambió el cine por la realeza europea de Mónaco. Fue en 1982, querido Volfredo, hay una errata en la fecha inicial. La otra está correcta. Cosas que pasan con el directo. Recibe un fuerte abrazo.

    Le gusta a 3 personas

Deja un comentario