Mary Cassatt, más allá de las convenciones sociales.

Mary Stevenson Cassatt (1844-1926) fue una pintora y grabadora estadounidense que vivió la mayor parte de su vida en Francia. Aunque nacida en Pensilvania, pasó gran parte de su vida adulta en París, donde forjó amistad con Edgar Degas y se incorporó al movimiento impresionista.

La carrera de Cassatt se desarrolló en gran parte en Europa, y no es de extrañar que los viajes al extranjero que realizó cuando era niña hayan despertado su interés en el arte. En la década de 1850, Cassatt pasó varios años en Alemania y Francia, donde aprendió los idiomas y desarrolló un interés por dibujar. Tras volver a Filadelfia, se inscribió en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania, donde comenzó a estudiar pintura en 1861. Aunque sus padres apoyaron su interés en las artes, ellos –como muchas otras personas en este período– no consideraban que ser artista fuera una profesión adecuada para una mujer. Sin embargo, Cassatt continuó su educación artística hasta 1865. Un año más tarde, se mudó a París, Francia, donde su fecunda carrera como pintora dio comienzo.

“Niños jugando con un gato”, de María Cassatt. Fecha: 1908, Pintura de género. Óleo, lienzo (104,14 x 83,82 cm); Colección privada.

Tradicionalmente, la mayoría de los aspirantes a artistas que vivían en París estudiaban en la École des Beaux-Arts (Escuela de Bellas Artes). Sin embargo, a Cassatt no se le permitió asistir por ser mujer. Para compensar esta pérdida, combinó el estudio independiente (recibió clases privadas de Jean-Léon Gérôme, un destacado pintor francés) con el aprendizaje práctico como copista del Louvre. Además de producir copias de obras maestras, Cassatt creó pinturas originales durante sus primeros años en París, incluyendo “Dos mujeres arrojando flores”, obra que concibió con la esperanza de que fuera seleccionada para el tradicional Salón de París–exposición anual que presentaba pinturas seleccionadas bajo una estricta curaduría– la mayoría de ellas pintadas en un estilo realista.

Frustrada tras recibir una serie de rechazos por parte del Salón e inconforme con el trato a las participantes, abandonó el camino del academicismo y encontró su lugar entre los vanguardistas de París, integrándose al grupo de pintores conocidos como “impresionistas”.

Mary Cassatt dejó un legado duradero en la historia del arte. Sus representaciones innovadoras de madres y niños, capturadas en óleos, pasteles y grabados, siguen siendo admiradas por su habilidad para transmitir la intimidad y la cotidianidad. A través de su trabajo, Cassatt desafió las expectativas de género del siglo XIX y allanó el camino para futuras artistas mujeres. Su influencia en el impresionismo y en el mundo del arte moderno es innegable.

Hoy día, Mary Cassatt es considerada una figura imprescindible dentro del impresionismo francés, luego de demostrar al mundo, con su ejemplo personal, que la pasión y la determinación pueden superar cualquier obstáculo.


Vida artística de Mary Cassatt

En el vibrante y efervescente París de finales del siglo XIX, un movimiento artístico revolucionario estaba cobrando vida: el impresionismo. Caracterizado por su ruptura con las técnicas tradicionales y su enfoque en la captura de la luz y los colores fugaces, el impresionismo desafió las normas establecidas del mundo del arte. Entre sus filas, sin embargo, las mujeres eran una minoría. Una de las pocas artistas que logró irrumpir en este círculo dominado por hombres fue Mary Cassatt, una pintora estadounidense cuyo talento y determinación la convirtieron en una figura fundamental del movimiento.

Nacida en una familia acomodada de Pensilvania en 1844, Cassatt desde temprana edad mostró una gran aptitud para el arte. A pesar de las resistencias iniciales de su familia, que consideraban la pintura como una carrera poco adecuada para una mujer, Cassatt se empeñó en seguir su pasión. Viajó a Europa para estudiar con reconocidos artistas y se sumergió en el vibrante ambiente artístico de París.

En la década de 1870, Cassatt conoció a Edgar Degas, quien la introdujo en el círculo impresionista. A pesar de las reticencias iniciales de algunos miembros del grupo, quienes cuestionaban la presencia de una mujer en sus filas, Cassatt logró ganarse su respeto con su talento y dedicación. Su estilo, caracterizado por su pincelada suelta, sus composiciones equilibradas y su enfoque en la vida cotidiana, particularmente en la de las mujeres y los niños, aportó una nueva perspectiva al movimiento.

A diferencia de muchos de sus contemporáneos impresionistas, que se centraban en paisajes o escenas urbanas, Cassatt se interesó particularmente en la vida interior de las mujeres y los niños. Sus obras capturan momentos íntimos de la vida doméstica, como el baño de los infantes, la lectura de una madre a su hija o el simple placer de un paseo por el parque. Sus pinturas, además de su técnica magistral, transmiten una profunda empatía y sensibilidad hacia los sujetos representados, dotando la escena de especial ternura.

Cassatt tenía una profunda comprensión de la dinámica familiar y las relaciones entre madres e hijos. Sus pinturas reflejan la ternura, el amor y el cuidado que las madres brindan a sus hijos, así como los momentos de alegría y complicidad que comparten. También explora las complejidades de la maternidad, capturando los momentos de frustración, cansancio y soledad que pueden experimentar las madres.

Verano (Summertime), c. 1894, óleo sobre lienzo, 100,6 × 81,3 cm, Terra Foundation for American Art, Chicago.
Autorretrato, hacia 1880, gouache, acuarela y lápiz sobre papel, 32,7 x 24,6 cm, Washington, National Portrait Gallery.

La técnica de Cassatt era tan innovadora como su temática. El uso del color y la luz; unidos a su particular forma de componer las escenas cotidianas, hicieron destacar su arte como una forma innovadora de crear dentro del impresionismo. Sus composiciones; equilibradas y armoniosas, se apoyaban en una paleta de colores vivos y vibrantes que lograban trasmitir una atmósfera de alegría y vitalidad, al tiempo que empleaba la luz para crear profundidad y dimensión, mediante un tecnicismo perfecto.

Mary Cassatt. “Sara sonriendo” o “Cabeza de niña sonriendo” (Head of Smiling Chi).
Mary Cassatt. Muchacha arreglándose el pelo, 1886. Colección Chester Dale.

Cassatt era una maestra del color. Utilizaba diferentes tonalidades y matices para crear emociones y expresar ideas dentro de su narrativa pictórica, empleando los colores cálidos y brillantes para representar momentos de felicidad y alegría, mientras que reservaba los colores más fríos y oscuros para transmitir momentos de tristeza o soledad.

La luz también era un elemento fundamental en la obra de Cassatt. La utilizaba para crear profundidad y dimensión en sus pinturas, así como para destacar ciertos elementos de la composición. A menudo empleaba la luz natural para crear una sensación de realismo y autenticidad en sus obras.

Las composiciones de Cassatt eran equilibradas y armoniosas y lograban trasmitir -en independencia de su complejidad-, sensación de orden y tranquilidad.

La Belle Époque y el París de finales del siglo XIX.

A finales del siglo XIX, el mundo del arte era un espacio dominado por hombres. Las mujeres tenían pocas oportunidades para estudiar arte o exhibir su trabajo. Con frecuencia; eran consideradas incapaces de alcanzar la maestría artística necesaria y obligadas a desempeñar roles secundarios, como pintar retratos o escenas domésticas.

A pesar de su éxito como artista, Cassatt no estuvo exenta de las dificultades que enfrentaban las mujeres en el mundo del arte dominado por hombres. Enfrentó con tesón, discriminación, críticas condescendientes y la constante lucha por el reconocimiento, sin rendirse ante los desafíos.

Cassatt utilizó su plataforma como artista para desafiar las normas sociales y visibilizar la experiencia de las mujeres y jugó un papel fundamental en la creación de la Sociedad de Mujeres Artistas Americanas y Extranjeras en París en 1881. Esta organización tenía como objetivo brindar a las mujeres artistas un espacio para exhibir su trabajo y competir en igualdad de condiciones con sus pares masculinos. La Sociedad, en sus años de esplendor, organizó exposiciones anuales que atrajeron al gran público y ayudaron a elevar el perfil de las mujeres artistas.

La obra de Mary Cassatt ha dejado un legado indeleble en el mundo del arte. Su contribución al impresionismo fue fundamental, aportando una nueva perspectiva y sensibilidad al movimiento. Su valentía y determinación para abrirse camino en un mundo dominado por hombres la convirtieron en una inspiración para las artistas de generaciones posteriores.

Más allá de su importancia histórica, la obra de Cassatt continúa cautivando a la audiencia actual por su belleza, técnica y profunda sensibilidad. Sus pinturas nos invitan a observar el mundo con nuevos ojos, a apreciar la belleza de la vida cotidiana y a celebrar la fuerza y la complejidad de las mujeres.


Mary Cassatt en lo Real Maravilloso.

Desde el primer momento en que me encontré con las pinturas de Mary Cassatt, me sentí cautivado por su belleza y sensibilidad. Sus obras capturan la esencia de la vida cotidiana, especialmente la de las mujeres y los niños, con una naturalidad e intimidad que me conmueven profundamente. Hay algo en la forma en que Cassatt retrata los gestos, las expresiones y las interacciones entre sus sujetos que me hace sentir como si estuviera presenciando momentos reales de la vida y me hace recordar escenas pasadas en familia.

Me atrae especialmente, la forma en que Cassatt encuentra belleza en los aspectos más simples de la vida cotidiana. Una madre bañando a su hijo, una niña leyendo un libro, una familia paseando por el parque a sus hijos: estos son los temas que Cassatt explora con maestría, revelando la belleza y la complejidad de la vida familiar. Sus pinturas van más allá de la técnica impecable, y transmiten una profunda empatía y comprensión de la experiencia humana.

La lucha de Mary Cassatt contra el sexismo y su defensa de los derechos de las mujeres fueron importantes para su época, y siguen siendo relevantes en la actualidad. Su legado nos recuerda que la lucha contra todo tipo de discriminación social es una actividad continua. Hay mucho por hacer para garantizar que las mujeres tengan igualdad de oportunidades en el mundo del arte y en todos los ámbitos de la vida.

La vida y obra de Mary Cassatt, sigue inspirando a artistas y amantes del arte en todo el mundo, y su legado y empoderamiento resulta en la actualidad fundamental en la lucha por la plena igualdad de género.

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13 respuestas a “Mary Cassatt, más allá de las convenciones sociales.

    1. Tienes toda la razón querida Marylia, ambos comparten igual estilo pictórico, la diferencia, la gran diferencia, era su condición de mujer, que la hizo objeto de discriminación de género en su época a pesar de la calidad demostrada de su obra. Linfa tarde y un abrazo.

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