La alegría de vivir el Impresionismo.

Pierre-Auguste Renoir, uno de los maestros del impresionismo, puede ser definido como el “pintor de la alegría”. Para él, pintar significaba la alegría de vivir, la búsqueda de la belleza y la fascinación frente a la naturaleza.

Sus pinceladas fluidas y colores vivos transmiten una sensación de vitalidad y optimismo. Renoir se especializó en capturar escenas cotidianas, como reuniones familiares, bailes, y momentos costumbristas al aire libre. Sus obras reflejan la vida en la sociedad parisina del siglo XIX, y su enfoque en lo mundano y lo humano es fundamental para el Impresionismo.

Renoir mantuvo en vida una estrecha relación con Claude Monet y otros artistas impresionistas. Juntos experimentaron con técnicas al aire libre y desafiaron las normas académicas. Pintaron paisajes, retratos y escenas de la vida diaria, contribuyendo al desarrollo del movimiento.

Las escenas al aire libre de Renoir, especialmente aquellas que capturan la luz y la atmósfera a lo largo del río Sena, son verdaderamente representativas de la alegría de vivir característica de los pintores impresionistas.

Los impresionistas se interesaban profundamente por la luz natural y cómo esta afectaba los colores y las formas. Renoir no fue la excepción. Sus pinturas al aire libre a menudo presentan una paleta de colores brillantes y vibrantes. La luz del sol se filtra a través de las hojas de los árboles, se refleja en el agua y crea sombras cambiantes en las figuras humanas. Esta atención a la luz y al color es fundamental para transmitir la sensación de alegría y vitalidad.

Las obras de Renoir en el Sena en escenas simples y familiares transmiten una sensación de libertad y despreocupación. Los personajes parecen estar inmersos en el momento presente, disfrutando de la belleza de su entorno de forma natural y espontánea. Renoir pintaba rápidamente al aire libre, sus trazos sueltos y su estilo fluido reflejan la frescura y la vitalidad de la vida al aire libre. Nunca tomo en cuenta por los detalles minuciosos, y siempre trato de reflejar la impresión general que la escena dejaba en su mente.


Baile en el Moulin de la Galette (en francés: Bal au moulin de la Galette) es una de las obras más célebres del pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir, que se conserva en el Museo de Orsay en París, siendo uno de los cuadros más emblemáticos del museo.

“Baile en el Moulin de la Galette” de Pierre-Auguste Renoir; 1876. Escena de género, óleo sobre lienzo. Localización: Museo de Orsay, París.

Fue expuesto en la III exposición de los impresionistas (1877). Desde 1879 hasta 1894, estuvo en la colección de Gustave Caillebotte, quien más tarde lo legó al Estado Francés. Desde 1986 pertenece en exhibición permanente en el Museo de Orsay. Existe otra versión en manos privadas.


“El almuerzo de los remeros” (en francés: Le déjeuner des canotiers), 1881, es un cuadro del pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir, que se conserva en la Colección Phillips, en Washington D. C.

El cuadro muestra un grupo de amigos de Renoir descansando en una terraza del restaurante Maison Fournaise​ sobre el río Sena en Chatou, Francia. La escena muestra un clima de alegría popular que se asemeja a una obra anterior suya, Baile en el Moulin de la Galette (1876). Por otra parte, Renoir ya había retratado tanto el local como el tema del remo en otra obra, Déjeuner chez Fournaise (1875).

“Almuerzo de remeros” de Pierre-Auguste Renoir, 1981. Escena de género. Óleo sobre lienzo. Localización: Colección Phillips en Washington D. C.

En esta obra, Renoir representa a sus amigos y clientes habituales del establecimiento, como el pintor y mecenas, Gustave Caillebotte, sentado en primer plano a la derecha, hablando con la actriz Angèle Legault y el periodista Adrien Maggiolo. La muchacha en el centro, ligeramente a la derecha, bebiendo, es Ellen Andrée, una actriz que fue modelo también para otros impresionistas como Degas, Édouard Manet, y Henri Gervex. En la parte posterior aparecen, un hombre con sombrero de copa y los amigos de Renoir, Lestringuez y Lhote, que hablan con la actriz Jeanne Samary.

La composición se ordena siguiendo dos diagonales, la primera agrupa a los hombres en camiseta (remeros), la segunda va desde el faldón izquierdo del mantel hasta el lado derecho del fondo, de esta forma se crea profundidad. En la intersección destaca la mesa con el mantel blanco y su naturaleza muerta o bodegón donde hay un barril, botellas, copas y una cesta de fruta.

En este cuadro Renoir capturó una gran cantidad de luz. Como se puede apreciar, la mayor cantidad de luz viene de la gran abertura en el balcón, detrás del hombre en camiseta y sombrero. Las camisetas de ambos hombres en el fondo y el mantel de mesa actúan en conjunto para reflejar esa luz y enviarla a través de toda la composición. A diferencia de otras obras impresionistas, en esta se puede apreciar cierta nitidez en las formas.

La pintura fue expuesta en la séptima exposición impresionista, en 1882. El marchante Durand-Ruel compró la obra y la dio a conocer por el mundo. La presentó en Londres, Nueva York y Boston, entre otras ciudades. En 1923 compró la obra el coleccionista Duncan Phillips por 125 000 dólares, hoy vale igual cantidad expresada en millones.


Durante el verano de 1869, Monet y Renoir instalaron sus caballetes en La Grenouillère, un balneario y balneario a orillas del río Sena, no lejos de París. Monet anotó el 25 de septiembre: «Tengo un sueño, una pintura, los baños de La Grenouillère, para los que he hecho algunos bocetos malos, pero es solo un sueño. Renoir, que acaba de pasar dos meses aquí, también quiere hacer este cuadro».

La Grenouillere era una especie de balneario frecuentado por Renoir y Monet, pasan el día juntos y compiten para retratar el mismo escenario para averiguar cuál de ellos puede capturar más rápidamente la impresión de la situación.

“La Grenouillère” de Claude Monet; 1869. Óleo sobre tela. Museo Metropolitano de Arte, Metropolitan Museum of Art (Met), New York City, Estados Unidos.

Un paisaje de ensueño, pinceladas que dan vida a rayos de luz, el agua como espejo y las hojas verdes reflejadas en la misma. Uno casi puede respirar el verano en la obra de Renoir, la multitud augura risas y un día que pareciera ocurrir en otro mundo.

“La Grenouillère” de Pierre-Auguste Renoir; 1869, óleo sobre tela. Museo Nacional de Estocolmo; Suecia.

Las pinceladas de Renoir son cortas y aparentan diferentes iluminaciones para simular el reflejo en el agua. Uno pudiera decir sin duda que se trata de un día entre amigos competitivos mientras se nutren de la felicidad de sus modelos, sin embargo, ¿qué secreto esconde Renoir?

El famoso pintor sufría de una severa artritis reumatoide, la cual fue afectando sus rodillas, pies y, sobre todo, ambas manos. Fue extendiéndose a tal grado que no podía sujetar los pinceles correctamente. No obstante, esto no detendría al pintor, al contrario, compartió su filosofía de vida cuando le incitaban a dejar el pincel al ver el dolor que le ocasionaba el esfuerzo: «El dolor pasa, pero la belleza permanece.»

Renoir nos legó en esta obra de arte un testimonio de su filosofía, su forma de ver las cosas, su impresión. El ver la belleza en lo cotidiano, el sobreponer lo bello al dolor.

#LoRealMaravilloso

#ArtesVisuales

#HistoriaMágica

#Historia

#Pintura

https://www.volfredo.com/


14 respuestas a “La alegría de vivir el Impresionismo.

    1. Si, yo vivo en Ciego de Ávila, justo en el medio de la Isla y aquí las lluvias no han sido tan devastadoras gracias a Dios. Es un gusto desearte una feliz semana estimada Rebecca, te he seguido de cerca en tu viaje a las raíces, ha sido fenomenal.

      Le gusta a 2 personas

Deja un comentario